'Whiplash': Te quiero. Te odio. Te necesito
Stanley tenía, por aquel entonces, setenta años. Por supuesto, su salud ya no era la de antes, y el cuerpo le pedía, de vez en cuando, que se tomara algún que otro descanso, ni que sólo fuera para poder seguir, a posteriori, con el ritmo al que su incombustible cerebro le había sometido a lo largo de... toda su vida. En esto mismo estaba en aquel momento. Si...