Pride (Orgullo) - LGSM
Imagínense ir predispuesto a ver una película como 'Selma' y encontrarse en su lugar algo como 'Pride (Orgullo)'. No, no, no se trata de un error del proyeccionista, sino una de las cosas que -a menudo- pasan cuando uno es tan despistado como un servidor. Como si fueran la noche y el día, dos acercamientos a sendos hechos históricos pro derechos civiles desde perspectivas completamente distintas: mientras que la norteamericana es un drama "serio", "profundo" y "trascendente" la británica es un drama "amable", "ligero" y "buenrollista", tanto como para que más que un drama se la pueda considerar una comedia con todas las de la ley.
'Pride (Orgullo)' está basada en la historia real que aconteció en la Inglaterra de aquel excitante verano de 1984, cuando el Sindicato Nacional de Mineros (NUM) y un grupo de gays y lesbianas -que se hicieron llamar Lesbians and Gays Support the Miners (LGSM)- se unieron para hacer frente a las políticas de Meryl Streep... digo, de Margaret Thatcher. Una visión "en clave de humor" en la que "dos mundos totalmente dispares chocan" pero que, sin embargo, "terminarán por unirse" con el objetivo de "tirar por tierra todos los prejuicios". O cuando uno más uno son dos, y dos más dos son cuatro: no esperen encontrar una película-denuncia a lo Ken Loach ni nada por el estilo.
Las reminiscencias de 'Pride (Orgullo)' están orientadas hacia títulos más socialmente aceptados como 'Full Monty' o 'Billy Elliot'. Más claro agua y a juego con la tradición británica -presencia de Bill Nighy incluida-, todo ello acompasado con algunos éxitos de la época como los de Frankie Goes To Hollywood (Relax), New Order (Blue Monday), Pet Shop Boys (West End Girls), Culture Club (Karma Chameleon), Queen (I Want To Break Free), Bronski Beat (Why)... a diferencia de 'Selma', el conflicto pasa a ser secundario y los personajes toman la palabra, y aunque el resultado "moral" -por llamarlo de alguna manera- pueda ser inferior su calado e impacto emocional aumentan considerablemente.
Prácticamente sólo al final uno repara que estamos hablando de un "inspirado en hechos reales". Podría haberlo sido, podría no haberlo sido: como 'Full Monty' podría o no haber sido que lo mismo da, lo que no quita para que, igualmente, estemos ante un relato se intuye que "demasiado peinado" como para ser prototípico de la herencia del "inspirado en hechos reales" de carácter costumbrista (y sobre todo populista). Una historia "amable", "ligera" y "buenrollista" que no escatima sus correspondientes apuntes melodramáticos, pero cuya finalidad principal es contribuir con una sonrisa perenne a que nos olvidemos de la existencia del teléfono móvil durante un par de horas.
Nota: 6,5
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Los actores están muy bien. Imelda Staunton roba la escena casi cada vez que sale, y Bill Nighy se sale y consigue trasmitir mucho con poco. La música está muy bien elegida y acompaña de manera brillante a la película.
No sé por qué si quieres hacer una película sobre política o algo que cambió un país, esa huelga cambió a UK, tiene que ser forzosamente "seria" y "profunda" para ser "trascendente". Hay prejuicios respecto a las comedias. Es verdad que muchas son poco más que mediocres y se quedan en "graciosillas", pero no todas. Siempre se tiende a menospreciar la risa cuando es lo más difícil de conseguir. Siempre se tiende a menospreciar la comedia cuando es, probablemente, el género en el que más difícil es hacerlo bien.
7,75
Mi nota es 7/10.
Choque de mentalidades, supuestamente opuestas e incompatibles, que saben unirse en idealidad y fuerza para sacar lo mejor de ambos y ganar todos en su aspecto positivo; por supuesto, como toda merecida hazaña heroica, tiene su bruja y detractores, sus momentos de tensión y traición pero, si algo reina es la simpatía, jovialidad, frescura y talante grato que te hace pasar, con extrema facilidad, por sus momentos de risa, drama, cariño y tragedia con afecto, dulzura, alegría y un generalizado bienestar contento, como estado de ánimo, que hace que te relajes, sonrías, te emociones tenuemente y disfrutes de todo su formato.
Porque lo que ofrece es orgullo de estrechar manos, manos unidas en confianza que vale de respaldo, refuerzo, respeto y dignidad mutua, seguridad de hallar un inesperado amigo cuando estás en plena batalla contra un gigante, porque aquí, David no vence a Goliat, pero reconoce el esfuerzo y valor de su compañero de armas, por tanto, cuando es requerido, el favor es devuelto con sinceridad y conciencia de que todos los grupos, minorías reprimidas sufren el mismo dolor y represión y luchan por los mismos derechos.
Tierna, amable, de aroma acogedor y aire encantador, aporta amas de casa en club de lesbianas, mineros bailando en la pista de un bar gay, homosexuales desfilando por Gales, con todos los mirones escandalizados, y mucha camadería de abrazos y buen rollo, mezcolanza de vida, creencia y existencia que comparten la dureza y dificultad del camino, porque cuando se violan los derecos apoyándose en una inmoral ley da igual seas minero, esposa, lesbiana o gay, el azote es el mismo y la lucha igual de compleja e injusta.
Festividad y alegría, aceptable humor y ofuscado empeño para revivir a este grupo, el movimiento L.G.S.M. -gays and lesbians support the miners- que, con fondo de gran corazón, retrata un momento exacto de la historia de Gran bretaña que, en su momento, causó gran impacto.
Un "Jardín de la alegría" en calles urbanas y sobre asfalto que busca la misma afinidad y complicidad en el público, gustar, entretener y ser querido y recordado con apego y gratitud de pasar un tiempo risueño y ameno, que te da a conocer un hecho verídico de trascendencia humana y social, y cuyo recuerdo será agradecido y satisfactorio gracias a su confortable esencia y espíritu social.
Expresiva en su interpretación, no deja de presentar típicos clichés entre los miembros de sus filas, prototipo esperado de apariencia y evolución pero, poco importa cuando, Matthew Warchus, sabe ganarse al espectador para que saboree el momento y observe a estos "Full monty", que desnudan sus almas y exponen todo su corazón, para plasmar la buena fe y productividad del ser humano cuando se deja de prejuicios y ataduras y, simplemente, sustenta y da soporte a otro ser humano, hermano de sufrimiento, pena y esperanza de una vida próspera y digna.
Como flecha solitaria pueden fácilmente doblegarte, muchas flechas unidas serán sólidas, impactantes e inolvidables, "en las cosas necesarias la unidad, en las dudosas la libertad, y en todas ellas la caridad"; respeto por lo conocido, interés por lo nuevo, comprensión por lo diferente y fiesta, carcajadas a pares, jolgorio incesante cuando se pueda, solidaridad emocional y ¡más fiesta!, siempre fiesta pues "hay que tener orgullo, vivir con orgullo que la vida es corta, es muy corta..."