'El nuevo exótico hotel Marigold': La segunda
Salvo alguna que pueda coincidir con tenerle una excesiva manía a Richard Gere, no se me ocurre ninguna otra razón significativa como para pensar que 'El nuevo exótico hotel Marigold' no gustará y convencerá a los que ya les gustó y convenció 'El exótico hotel Marigold', lo que básicamente supone el cumplimiento de la más relevante promesa que una secuela pueda hacer. Más de lo mismo, que no necesariamente mejor... como tampoco necesariamente peor. El gusto expansionista de una improbable franquicia tras el que sólo cabe preguntarse, ¿habrá dos sin tres?
En un segundo visionado es cuando se termina de apreciar mejor un filme cualquiera, una vez ya sabes qué esperar exactamente y por lo tanto de qué estar pendiente. Generalmente, pienso, a veces, que es algo que suele redundar positivamente en la mayoría de ocasiones, incluso en los casos "más chungos"... lo que duren, claro, dado que los casos "más chungos" no suelen durar mucho más que lo que pueda durar una pasada curiosa y/o aburrida por nuestros tres o cuatro canales favoritos, que a nadie le gusta sufrir por el mero hecho de sufrir cuando al mal tiempo se le puede poner buena cara (o cambiar de canal).
No he vuelto a ver 'El exótico hotel Marigold' desde que la viera cuando fuese que la viera. La impresión que ha quedado guardada en mi cabeza desde entonces, aparte del recuerdo de saber a ciencia cierta que la he visto, es la de un título agradablemente distraído de ver, así, sin más (sin menos). Dudo que la vuelva a ver... entera, si acaso algún fragmento si se me pone a tiro, de casualidad, pero no más de cinco minutos para no empezar a pensar que estoy perdiendo el tiempo. Porque también recuerdo y/o creo recordar que me decepcionó, básicamente, porque esperaba algo más, digamos, emblemático que el nombre de sus protagonistas.
Pues bien, ver por primera vez 'El nuevo exótico hotel Marigold' viene a ser como ver por segunda vez 'El exótico hotel Marigold' (pero sin la sensación de estar perdiendo el tiempo). O algo que se le parezca: una vez vista la primera, uno ya sabe más o menos que esperar de lo que ofrece la segunda. O sea, más de lo mismo servido, virtualmente, con la misma simpatía contagiosa por un grupo de británicos maduros (y un joven indio) que disfrutan haciendo de estrellas de cine en vez de intérpretes shakesperianos (o de exótico vendedor de perritos). Puede que demasiado altruista como para dejar huella, puede que demasiado egoísta como para que esto importe.
Cómo dice un personaje en un momento dado, el presente es ahora. ¿O eso era de otra película?
Nota: 6,5
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Historias, sin más. Nota. 5.