Buscador

Twitter Facebook RSS

Día 3: Comunismo vulnerable, Francia en el espacio y el junco que no se quiebra

Vía SEFF por 09 de noviembre de 2020
Imagen destacada

Canta el Dúo Dinámico en una de esas canciones que son himnos para este país eso de "Soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie". La frase es un canto a la resistencia y a aguantar adversidades, y eso es lo que ha hecho el Festival de Cine Europeo de Sevilla durante su tercer día. La comparecencia a medio día del presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, traía noticias demoledoras para el certamen. Un nuevo paquete de medidas restrictivas obligaba a la organización a esforzarse un poco más para asegurar el desarrollo de la muestra, y el SEFF, como el junco de la canción del Dúo Dinámico, se dobla, pero no se quiebra.

Las medidas perjudican de pleno a la última sesión del festival, que ya había sufrido un adelanto de horas suprimiendo las habituales proyecciones de años anteriores en torno a las 22:00 de la noche debido al toque de queda impuesto por la propia Junta. Programada ahora para eso de las 19:00 de la tarde, la organización ahora se estruja el cerebro para cuadrar el resto de pases que quedan del festival hacia tramos horarios más tempranos. Este es el contexto en el que el SEFF tendrá que vivir a partir del próximo martes 10, día en el que las medidas quedan oficialmente en vigor.

En una demostración extraordinaria de compromiso con la cultura y con la experiencia festivalera, el SEFF anunciaba que se sigue apostando por la modalidad presencial avisando de reprogramaciones inmediatas que serán comunicadas en las próximas horas. Explicada esta situación adversa, las películas siguen sucediéndose en las salas del C.C. Nervión Plaza en un domingo donde lucía un sol ciertamente sarcástico. El staff organizativo del festival, que merece un reconocimiento mayúsculo por su encomiable esfuerzo en cumplir todos los protocolos de sanidad, no cesa en su intento de amenizar tan desangelado panorama a todos los asistentes.

Es en este escenario (casi propicio para lo que cuenta la cinta) donde Andréi Konchalovsky presenta su nueva película en la Sección Oficial del festival, 'Dear Comrades!'. El tono que usa el ruso es muy severo, destapando carencias y señalando casi a modo de regaño los defectos más grotescos del sistema comunista. Anarquía ideológica, caos organizativo y sobre todo mucho miedo a la represión. Una masacre perpetrada por el ejército ruso en una fábrica donde se está celebrando una huelga pone de manifiesto la visión más vulnerable y tétrica de la URSS, un discurso del que si alguien tiene potestad es el contrastado cineasta ruso de 83 años.

El blanco y negro sirve aquí de compresión narrativa, de celda que cautiva todo el terror visual que la película destila. Es Yulia Vysotskaya, con una actuación desgarradora e intensa, la vía que canaliza todo este horror sensorial. La película es una obra de suma envergadura, de esas a las que la grandeza se le ve hasta en cualquier plano transitivo. De hecho, puede que 'Dear Comrades!' sea un tentempié suculento para adentrarse en la forma que parece que va a usar David Fincher para contarnos 'Mank'. Cine de corte clásico, de encuadre recto y de incolora firmeza visual.

Uno de los países que suele traer películas de extrema sensibilidad al Festival de Cine Europeo de Sevilla es Francia. Este año, el país galo llegaba a la SO del certamen con 'Gagarine', un drama de estilo juvenil y de tijera bastante obrera. Jamás se había visto una petición (habría que debatir si es hasta directa) a Hollywood de hacer una película espacial tan vehemente como la que hacen el dúo de Fanny Liatard y Jerémy Trouilh en este filme. Es una exhibición de conocimientos del género y de homenajes a películas formidables de temática estelar, que queda lastrada por una pretenciosidad muy dañina.

La idea interesa, y la forma de rodarla y narrarla es maravillosa, usando la órbita para planos, para la estructura metaficticia del relato e incluso para varios diálogos de la cinta. El estilo está tan marcado, que al final acaba convirtiéndose en una ofrenda al cine espacial más que en una película. 'Interstellar' en la esencia, '2001: Una odisea del espacio' en la puesta en escena, 'Gravity' para la amalgama de planos, y ' First Man (El primer hombre)' para la banda sonora. La película es un deleite al culto, pero no consigue separarse de la etiqueta de fanática porque se olvida de expresar qué quiere ser, volviendo fría incluso a la subtrama amorosa.

Una pena que el papelón de Alseni Bathily quede sepultado por la falta de personalidad del guión. Su Youri no late ni respira sin su principal pasión, que no es otra que la de ser de su barrio, uno que está a punto de ser demolido para siempre. Un patriotismo terrenal que almacena la lectura más atractiva del filme y que al final se ve empequeñecida por el constante recurso de la fantasía: La pertenencia. Una ópera prima que luce más fallida que deslumbrante, pero a la que no se le pueden negar los méritos técnicos que hicieron que hasta Thierry Frémaux, director del Festival de Cannes, quedase encandilado con ella.

El inicio de semana se presenta inquietante para el SEFF. La inminente reprogramación debido a la minimización de sesiones por el cese de toda actividad no esencial a partir de las 18:00 es el enésimo obstáculo que el coronavirus le tiende al sector de la cultura en este país, pero como bien le enseñaba Rocky Balboa a su hijo "no importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que pueden golpearte. Y lo aguantas mientras avanzas. Hay que soportar sin dejar de avanzar, así es como se gana". Ese es el lema que debe tatuarse a fuego el festival, esa es la actitud a adoptar, porque ir al cine es seguro, y más aún durante el Festival de Cine Europeo de Sevilla.

That's what I say.

Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_


Click aquí para más información


Temas relacionados

< Anterior
Siguiente >

Comentarios