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Día 4: Con Kate Winslet llegó la excelencia

Vía SEFF por 10 de noviembre de 2020
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El único lunes que tiene la 17ª edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla en su haber trajo consigo un dato de dudosa honra: Era el último día del festival con la normalidad horaria propuesta antes del paquete de medidas que se anunciaron ayer y que entran en vigor este martes 10 de noviembre. Muchísimas dudas desde el público asistente y compás de espera desde la organización hasta que el sistema lograse cargar los nuevos horarios que reestructuran las sesiones que se ven afectadas por el corte de la actividad social de carácter no esencial a partir de las 18:00.

Pero el día era diferente. Justo antes del almuerzo, el SEFF presentaba una de las películas más apetitosas de la Sección Oficial y de largo de todo el certamen, la 'Ammonite' de Francis Lee. El cineasta inglés regresaba al festival sevillano después de traer en el 2017 también a competición oficial 'Tierra de Dios', y siguiendo la inercia de la narrativa del romance prohibido en clave homosexual que narraba esta, Lee se nutre en su segunda película como director de la vida de la extraordinaria paleontóloga del siglo XVIII Mary Anning, sobre la que ficcionaliza un affaire con una colaboradora suya documentada, Charlotte Murchison.

La frialdad de 'Ammonite' está absolutamente premeditada por su director. Lee extrae toda la vida al relato volviéndolo desangelado y distante. Es una decisión cuestionable pero que le da sus réditos: Consigue una dirección madura, pulcra y muy sofisticada. La manera que tiene de narrar corporalmente es mucho más efectiva que la de otros dramas románticos que optan por la intimidad como un personaje más. El uso de las manos como generador de pasión, de erupción de ese volcán interno que ambas protagonistas llevan dentro quieto, tras años de inactividad, es de un cuidado sensorial de mucho volumen a la hora de contar la historia.

Debería quedar legislado como acontecimiento ver a Kate Winslet actuar. Lo que hace en 'Ammonite' es un ejemplo de que el desgarro no siempre parte desde la lágrima. Cuánto recelo, cuánta ansia de vida coartada por un duro pasado. Una actuación extraordinaria, de las mejores de su carrera muy probablemente. En cuanto a Saoirse Ronan, es evidente que el guión le tiende una trampa porque le hace parecer demasiado juvenil. Eso le perjudica, dado que su introducción es la de una mujer oprimida por su matrimonio y al final termina siendo una chica con anhelos sexuales. No debería ser señalada ella como culpable por esto.

'Ammonite' es una película imponente, alejada de esa tendencia que tiene el cine dramático moderno de privatizar en exceso el romance. Esta prefiere intimar con los personajes, con sus reacciones y sus ánimos. Estudio de personajes por encima de oda al amor vedado, más en la línea de 'Moonlight' que en la de 'Retrato de una mujer en llamas'. Y aquí sería interesante dejar algo muy claro ya que sale a colación la película francesa. Esta no tiene la más mínima intención de seguir su estela. Su relación es meramente temporal, son contemporáneas pero en ningún caso son hermanas a modo de precuela y secuela. Sería injusto valorar la cinta así.

Después de un drama tan potente, el cuerpo y sobre todo la mente piden algo liviano, comestible y desenfadado. La elección, atendiendo a lo ofrecido por el festival en la primera sesión de tarde, estaba clara: La francesa 'Effacer L'Historique', una obra del conocido dúo cómico del país galo que forman Benoît Delépine y Gustave de Kervern. La propuesta es muy agresiva, una película hilarante de enredos entre 3 amigos vecinos que se vierte sobre el molde de la sátira sin ningún filtro. Es tan vertical que se vuelve demasiado tediosa, aunque en Francia entró como el agua siendo un curioso éxito de taquilla y crítica.

Se nota que es un proyecto hecho más por antojo que por encargo. Esto se advierte en la complicidad del reparto (pertenecen los 3 protagonistas al gremio cómico de la industria francesa) y en la naturalidad con la que la historia recibe los gags, aunque algunos de ellos sean bastante abruptos. La película habla de una declaración de guerra a las grandes compañías tecnológicas, pero sería un grotesco error tomar a la misma como un dogma sobre el peligro de internet o rebatirle el tono jocoso con el que habla de temas como el ciberbullying o la difusión de la privacidad. Ni es la intención ni es la excusa, es solo la fuente de humor.

La última película del día es una con claras intenciones académicas, y no es un dato, sino información. 'Apples' es la enviada por Grecia para pelear el Oscar a la Mejor Película Extranjera y suceder a la inolvidable 'Parásitos'. El filme empieza impredecible, desmarcándose de todos los géneros posibles, confundiendo con la ayuda de su indetectable propuesta, sometiendo al espectador como parece que le gusta últimamente hacer al cine griego moderno, hasta que al final, sin que se advierta rastro alguno, la película está abrazando el alma del que la ve. Todo con la inestimable ayuda del compinche, un contenido Aris Servetalis.

La ternura de su relato siempre está escondida, siempre a la sombra de ese estímulo perturbador que Christos Nikou ha heredado de Yorgos Lanthimos (fue director de la segunda unidad de 'Canino'), pero cuando esta brota, la película convierte al cine en un lugar cálido y de refugio. 'Apples' es un examen a conciencia de la vulnerabilidad ante el trauma del ser humano, de su capacidad para inventar delirios absolutamente cuerdos con tal de no sufrir. Una película vil, que engaña y tergiversa solo para excavar la sonrisa más honesta posible. Formidable película de camaleónica intención.

El SEFF está cruzando el ecuador de esta edición y a partir de este martes 10 se embarca en una odisea imprevisible. Con los horarios de las sesiones afectadas reprogramados, la venta de entradas activa desde hace no más de 15 horas y una tarea titánica por asegurar el fin de la actividad cultural antes de las 18:00 de la tarde, el certamen pide a su público un poco más de compromiso para llenar sus salas, para demostrar que todavía se puede asegurar una cultura segura y responsable. No será por el espectador, de eso puede estar seguro cualquiera que se atreva a dudar de ello.

That's what I say.

Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_


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