'Saturday Night' - Live from New York, it's Saturday Night!
El 11 de octubre de 1975 se emitió el primer 'Saturday Night Live', el famoso e irreverente late show creado por Lorne Michaels que revolucionó la televisión con su humor gamberro y provocador, y que 49 años (y pico) después aún continúa en antena. La "cantera del humor" estadounidense de la que han surgido buena parte de los cómicos de estos últimos 49 años (y pico).
'Saturday Night' se desarrolla durante los 90 minutos previos a dicha primera emisión, escenificando el caos vivido entre bastidores a través de un nutrido y variopinto grupo de personajes que entran y salen continuamente de escena; que van y vienen, y que se entrecruzan sin solución de continuidad alrededor de la figura del mencionado Lorne Michaels (a quien interpreta Gabriel LaBelle).
Un film trepidante, frenético y estresante seguro que muy del gusto del Aaron Sorkin de 'The Newsroom', con una narrativa a contrarreloj que no concede ni un instante de respiro, ni tampoco de paz. Un sprint continúo apoyado en su encanto setentero y una magnífica labor de equipo: La de un exquisito y generoso reparto que entra y sale de escena en unos segundos que exprimen con el ímpetu del que sólo tiene unos pocos segundos para hacerse notar.
Una coreográfica película coral en la que el propio programa en sí actúa como hilo conductor, como epicentro de una desenfrenada vorágine que carece de ancla. No se trata de contar una historia, sino de vivir el momento; no se trata de diseccionar, sino de dejarse arrastrar por la corriente. 'Saturday Night' es, literalmente, una montaña rusa de 90 minutos sin mayor ambición que capturar la sensación, aquí y ahora, de estar montado en esa misma montaña rusa.
Y de hacerlo durante todos y cada uno de los minutos de su metraje, en el que sin duda es el mejor film de Jason Reitman. Fluido, natural, orgánico, enérgico. También superficial, obviamente: Reitman no rasca ni profundiza, sólo muestra en tiempo real lo que hay. Los personajes van y vienen sin explicar nada que no esté a simple vista, lo que sin duda puede suponer un problema para quien no conozca a nadie y esté pensando en un clásico y convencional biopic.
Lo que por descontado no es 'Saturday Night', siendo esto mismo su principal y más característica valía: No es un "cómo se hizo", ni de puta coña, sino una suerte de locuaz "found footage" (en el fondo, que no en las maneras) que se lanza de cabeza sobre la granada para sumergirnos en sus entrañas de manera harto simple, harto directa, harto efectiva; condenadamente excitativa.
Puro cine en esencia, y en la práctica, por cuanto prescinde de cualquier artificio, truco, recurso o subterfugio dramático para ir al grano con una determinación tan agresiva como contundente, tan pura como honesta. Toda una experiencia similar, en casi cualquier sentido imaginable, a quedarnos sólo con los 90 minutos de acción de una película de 150 como por ejemplo 'Redada asesina 2'.
¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué hacen, para qué? ¿Quiénes son? Da igual: Hostia va, hostia viene. No pienses. Déjate llevar, vívela. Disfruta del viaje.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex