Han pasado más de diez años desde el estreno de 'Juno', el fenómeno comercial que sitúo en el mapa al director Jason Reitman, la guionista Diablo Cody y la actriz Ellen Page como tres grandes promesas del cine indie norteamericano. Tres grandes promesas ahora más o menos incumplidas aunque sigan trabajando asiduamente en la actualidad, demostrando algo que muchos ya sospechábamos en aquel entonces: Que aquella película en realidad no tenía nada de especial.

Más de diez años después tampoco parece que Jason Reitman y Diablo Cody tengan nada de especial, como parece evidenciar que sus respectivas carreras artísticas aún continúen a la sombra de aquella más de diez años después. Algo que no va a cambiar con 'Tully', la tercera colaboración entre ambos que al igual que la segunda, caerá en el olvido por una mera cuestión de lógica filosófica: Uno recuerda aquello que le llama la atención, ya sea para bien o para mal.

Porque 'Tully' no destaca ni para bien ni para mal, una constante en la carrera de director y guionista que sin embargo no está reñido con el cumplimiento del deber. Para nada, y ambos cumplen como lo hace la película o sus dos solventes protagonistas, Charlize Theron y Mackenzie Davis, esta última por cierto protagonista de la estupenda 'Halt and Catch Fire'... En fin, que en 'Tully' todo el mundo cumple, como profesionales en lo suyo, de tal manera que nadie destaque.

Nadie. Y quién dice nadie, también puede decir... cualquiera. Que podría ser cualquiera, en OTRA de esas producciones falsamente "indies" que chocan contra la relativa cotidianidad de un patrón que aunque agradable, y 'Tully' siempre lo es, suena demasiado pusilánime como para sentirse auténtico. Como para ser relevante. Como para ser algo más, o algo menos que una breve sonrisa, o una breve lágrima que olvidaremos en cuanto alguien nos haga llorar o reír un poquito.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex