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Día 1: Nuevos cambios, misma costumbre.

Vía SEFF por 08 de noviembre de 2024
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La espera se acabó. 345 días después del último halo de vida del Festival de Cine Europeo de Sevilla en su edición número vigésima, el SEFF vuelve a encender las luces y a abrir el telón. Este será el segundo año bajo el mandato de Manuel Cristóbal, nuevo director del festival, quien ya cogiese el pasado año las riendas de un certamen al que el cambio de gobierno en la ciudad y un estado de inactividad que duró varias semanas lo dejaron casi moribundo. Por suerte, pudo salir adelante en una edición que, aunque algo descafeinada, permitió disfrutar de títulos como 'La estrella azul', 'Robot Dreams’ o la flamante ganadora del Oscar, 'Anatomía de una caída’.

Para esta edición número 21, se han recuperado la visita de celebridades de primer nivel, como es el caso de Jeremy Irons o de Johnny Depp, y se ha apostado por una programación que busca más lo cuantitativo para generar calidad, así como la creación de nuevas secciones y premios que se especializan en producciones con un alcance concreto, como por ejemplo la que representa "Puerta América", un galardón que otorgará el jurado a alguna de las películas que están en órbita Oscar para esta temporada de premios.

En su primer día, el festival presentaba otra de sus novedades para esta edición: la ampliación de sedes para acoger las proyecciones de los títulos programados. El Nervión Plaza deja de tener el monopolio del SEFF y cede varios de los pases a otros cines de la ciudad, como el Cine Cervantes o el Odeón Plaza de Armas. En este último se llevaba a cabo la primera proyección de la muestra, que llevaba por título 'Fario'. La película es la ópera prima de la directora francesa Lucie Prost, y trata sobre un joven llamado Leo que trabaja en Berlín, pero es natural de una región rural francesa, donde unos asuntos sobre propiedades familiares le hacen volver, con todo lo que eso le remueve.

Es mucho mejor 'Fario' cuando se pone rigurosa y adquiere un tinte investigador que cuando se desmelena para sincronizarse con el elemento natural. Había una historia potente en la denuncia ecologista, pero el guión a tres manos no consigue despegarse de lo onírico, haciendo que la película vague errante fruto de ser demasiado esotérica. Finnegan Oldfield, una suerte de George MacKay de menor escala, encorseta demasiado con su ceño fruncido a un personaje que podía bucear varias capas de su emoción, en especial la del trauma familiar. El coming of age se queda también a medias y para cuando llega la resolución, esta luce fría, anticlimática y ciertamente torpe.

Eso sí, es una película que emocionaría al mismísimo Leonardo DiCaprio, por lo honesta que es al defender la tierra y señalar con el dedo al culpable del que la envenena. Es como si Rodrigo Sorogoyen se hubiese olvidado del neo western que tenía preparado para Luis Zahera y Denis Ménochet en 'As Bestas', y se hubiese quedado desarrollando el conflicto eólico que había de fondo. Lástima que a Lucie Prost le interesa más explorar la sinapsis entre naturaleza y ser humano, bajándole un punto al tono reivindicativo y de denuncia que empezaba a cargar la película.

Primero de nueve largos días de puro cine europeo (y algo no tan europeo también; ustedes ya entienden), de trasbordos entre sedes y de cruce constante entre compañeros de prensa e industria más la gente del público que como todos los años, no le vaya al SEFF. Vuelve a ser noviembre en Sevilla, y la capital andaluza vuelve a oler a cine. Como dice la sevillana, "y tienes que comprender que mis costumbres son estas, y no las quiero perder".


That's what I say.

Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_


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