Efectivamente, se trata de una de esas. De otra de tantas películas de acción con aroma a videoclub que buscan asomar la cabeza a base de violencia gratuita, compadreo y falta de complejos. De otra de tantas películas de acción que no disimulan su condición, sino que la abrazan como si les fuera la vida en ello. Porque, de hecho, les va en ello.

En caer en gracia al espectador y lograr lo que, por ejemplo, lograron Chad Stahelski y David Leitch con el primer 'John Wick': trascender de la mera "explotation". Algo que por lo general, en el cine de acción, se consigue a través de dos pilares fundamentales: un estilo y unas escenas de acción en alguna medida diferenciales y reconocibles.

El argumento, para el caso, es lo de menos. Al fin y al cabo todo suele resumirse a matar o morir. Lo importante es dejarse notar de alguna manera, como sin ir más lejos lo hizo 'John Wick' en 2014. Es uno de los casos más aceptados, universales e indiscutibles junto con el de 'Redada asesina', aunque no el único. Allá cada cual con sus debilidades.

Debilidades como 'Guns Akimbo', 'Juego de asesinos' o 'Boss Level'; como 'Monkey Man', 'Hardcore Henry' o 'Upgrade (Ilimitado)'. Y como 'Kill', 'Jolt' o 'Kill Boy'. Por citar algunas de las que un servidor recuerda más o menos a bote pronto, no necesariamente porque sean las mejores o más disfrutables. Pero ahí están, en algún lugar de mi cabeza.

Supongo que 'El juego del asesino' también se quedará por ahí, deambulando por mi cabeza como por ejemplo lo hace 'Bushwick'. ¿Cuál? Otra con Dave Bautista que recuerdo haber visto, vagamente, hace años. Sé que me entretuvo, que no es más que lo que pretendía; que no es más que lo que esperaba. Lo sé... o al menos eso es lo que recuerdo. 

Sucedáneos de otras por el estilo que tan pronto veamos, tan pronto habremos olvidado. Sucedáneos sin la chispa, gracia o encanto de referentes como 'John Wick'... sin la chispa, gracia o encanto como para convertirse en referentes de algo. Sucedáneos tan honestos como fallidos, tan genéricos como funcionales que te apañan una tarde de esas.

Una tarde de esas tontas en la que no le pides peras al olmo, y algo tan poco inspirado y tan pocas pretensiones como 'El juego del asesino' te puede valer. A pesar de su lustroso reparto no se puede decir que engañe a nadie, por más que su director, un tal J.J. Perry, sea incapaz de sacar provecho de lo que al final es una más, sin más. Otra de tantas.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex