'El asesino' - Los vivos y los muertos
'El asesino' sigue un patrón argumental muy clásico que no por casualidad hace honor a su título: el del profesional en el arte de dar muerte cuyo último trabajo no sale como estaba previsto, tras lo cual no le quedará más remedio que enfrentarse a quienes le contrataron para así poder respirar tranquilo. Porque ya se sabe; en este tipo de profesiones y de películas todo se resume en matar o morir, disparar o cavar.
Es complicado no pensar en Jean-Pierre Melville o John Woo, siendo que el título remite claramente a su clásico de 1989. No obstante, desde entonces ha habido otros "muchos asesinos" cuyas desventuras, sobre el papel, se describían de igual forma. Además de por la presencia de un Michael Fassbender con apariencia de turista alemán, este asesino se define y diferencia, obviamente, por la personalidad de David Fincher.
Es en verdad lo único que destaca de 'El asesino': la impronta audiovisual tan aseada y elegante de un cineasta en esta ocasión poco exigido que añade algo de encanto, ni poco ni mucho, a lo que podría definir como una película de suspense y acción sin apenas suspense o acción. Fincher filma como Dios, pero su técnica esteticista no puede impulsar una historia y un guión que tienen más bien poco que ofrecer.
Algunos como Woo la habrían adornado con tiros, mientras que otros como Gareth Evans lo habrían hecho con hostias. Su protagonista también podría haber sido alguien como Jason Statham o Scott Adkins, según el presupuesto. Fincher apuesta por darle algo de esa sutil y seca calma y sosiego del cine de los 70, no obstante rotos por una insistente, sobre explicativa e innecesaria voz en off que molesta más que aporta.
Fincher le da una muy buena apariencia visual y sonora a una producción que sin embargo se siente vacía y hueca. Sólida, pero cuyo trazado argumental llama al "cine de explotación" que tan sólo llega a ser en una escena. Fassbender es un protagonista muy solvente, pero tampoco tiene la presencia de un Denzel Washington capaz de hacer que 'The Equalizer: El protector' se presente con una dignidad por encima de sus posibilidades.
No es que 'El asesino' no sea una película muy digna, que lo es, más ni Fassbender ni sobre todo Fincher logran enmascarar que avanza sin grandes sorpresas hacia ninguna parte de manera "mu bonica" pero poco emocionante y sin demasiada credibilidad, siendo que sus (casi) dos horas se acaban haciendo algo largas y pesadas. Se deja ver, pero de una manera demasiado vaga para ser de alguien como Fincher.
En su momento, 'La habitación del pánico' fue vista (injustamente) como un filme puramente alimenticio, en parte por quedar atrapada entre dos obras tan rotundas como 'El club de la lucha' y 'Zodiac'. Incluso la comparación con ella muestra la relativa desgana e indiferencia de 'El asesino', una obra poco estimulante con la que el autor de 'La red social' parece resignarse a hacer contenido en lugar de cine.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Antes tú mismo has mencionado 'La ventana indiscreta', película que si mal no recuerdo carece por completo de voz en off y que en gran medida está construida en base al sonido ambiente. Me parece un ejemplo perfecto de lo que podría haber sido la secuencia inicial sin esa voz en off, recurso del que si mal no recuerdo apenas tiró en su carrera Alfred Hitchcock.
Fincher, al igual que Hitchcock, sabe manejar muy bien la imagen y el sonido. La voz en off ni era necesaria ni enriquece a la película, aunque si esta se acaba haciendo pesada no creo que sea necesariamente porque tenga o no tenga la voz en off, recurso en cualquier caso que hay que usar con precaución para que no resulte gratuito o superfluo, como creo que es el caso.
Michael Fassbender no estaba muerto, estaba de parranda. Después de unos años sin aparecer en la cartelera (su último proyecto fue la fallida 'X-Men: Fénix Oscura' en 2019, del que para pasar el mal trago me regalé un buen trago) el actor de 'Shame' o '12 años de esclavitud' regresa de la mano de un director cuyo simple nombre ya despierta interés entre los cinéfilos como es David Fincher. Un Fincher que también regresa de nuevo al cine de la mano de Netflix tras la biográfica 'Mank' con una historia más de su estilo con fotografía de colores más sombríos y un entorno más pesimista, algo que lleva siendo marca de su filmografía desde la discutida 'Alien³' en 1992.
Pero cualquier trabajador en su profesión por muy bueno que sea puede tener sus altibajos, de hecho los ha tenido y los tendrá. Y en el cine no se es menos.
Nada más empezar los títulos de crédito ya daba la sensación de ser algo de entretenerse y ya, pues por la velocidad a la que pasaban y por la simpleza de los mismos tenía la intuición (muy subjetiva) de que esto no iba a ser un señor peliculón de Fincher, y así es. ¿Tiene aciertos? Por supuesto. Me alegra ver que Fassbender no se ha perdido después de algunos tropiezos y sigue siendo aquel actorazo al que descubrí hace 11 años cuando apunté su nombre tras ver 'Shame', y en este caso brinda una sólida interpretación como un asesino metódico, frío y disciplinado. Y es de esos actores que es capaz de cargar a cuestas sin mucho esfuerzo el peso de todo un filme, esta vez necesitando solamente apariciones puntuales de sus compañeros de reparto, entre ellos la gran Tilda Swinton.
Por supuesto, no podía faltar el estilo visualmente sombrío del realizador estadounidense y una banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross que acompaña con su música el tono triste de la narrativa, acompañado también de canciones comerciales como de The Smiths (entre ellos, su canción 'How Soon is Now que estoy escuchando mientras escribo esta reseña), Muse, Blondie o Alice in Chains.
Todo esto hace una buena película, aunque no una gran película; y es que se siente durante casi sus dos horas de metraje que este ha sido (también una sensación subjetiva) de que este ha sido un trabajo de encargo al que Fincher ha podido impregnar algo de su estilo ya que para eso tiene el estatus que tiene y se lo ha ganado. Más allá de eso, queda para este año 2023 como un visionado de los interesantes, aunque no de los que se vayan a quedar agarrados en la memoria durante mucho tiempo. No tiene personajes memorables, más allá del protagonista, no deja escenas para el recuerdo salvo la bestial pelea y algún asesinato que otro y su nivel es de un bien en líneas generales sin llegar al sobresaliente en ningún apartado; solamente daría el notable bajo para la interpretación de Fassbender.
6
Le doy un 6.
Un 6.