Cometieron un (grave) error: Tocarle las narices a Denzel Washington y creer que tenían alguna posibilidad. En realidad, cometieron dos (graves) errores: Primero, tocarle las narices a Denzel Washington y creer que tenían alguna posibilidad... y segundo, no aceptar la oportunidad que este les brinda para salir con el rabo entre las piernas. Nada que ver con la cobardía, simple sentido común. El cementerio está lleno de héroes, pero mucho más de chulos tan tontos como para no saber a quién le estaban chuleando. Al menos en la ficción, aquella en la que Denzel Washington sigue siendo una de las pocas auténticas estrellas como para llenar un cartel y una pantalla con su sola presencia y don de gentes.

Hay que haber estado encerrado en un zulo durante al menos 20 años como para no saber quién es Denzel Washington; como para no saber que cuando Denzel Washington habla los demás callan; como para no saber que con un arma en la mano Denzel Washington tiene un 99% de posibilidades de sobrevivir... exactamente, las mismas posibilidades que tiene de morir cualquiera que se enfrente a él. Marton Csokas, amigo, que pareces nuevo en esto... y no es sólo que Denzel Washington sea muy bueno, es que ya no tiene por qué demostrarle nada a nadie y es dueño de un estatus que le permite adaptar el traje a su medida.

'The Equalizer: El protector' es la adaptación de una serie de televisión de los 80 del que por estos lares -me apuesto 10 céntimos- seguro que pocos se acuerdan, si es que por estos lares hay quién la llegó a ver. Su mecanismo vendría a ser tan sencillo como el de la mucha más popular 'El Equipo A', en vez de con cuatro con uno: Un tal Robert McCall que a lo largo de 88 episodios le echaba una mano a gente con problemas por vías digamos que poco constitucionales. Así de directo, y con ese toque episódico tan convincente para con la época. Lo que podría dar para una de esas con las que Charles Bronson hizo carrera... si no fuera claro está por Denzel Washington, aka The Man.

Se trata de una cuestión de glamour, la misma que le sirvió a la cinta para abrir la 62ª edición del Festival de San Sebastián, cita a la que acudió con el traje de los domingos. Un golpe mediático. Y que sepan todos que aquello iba a comenzar. ¿Con qué? Con Denzel Washington. ¿Y a este dónde le he visto? Con 'The Equalizer: El protector' Washington no decepciona a quién no tiene que decepcionar, a su público, de paso que cumple y a la vez cumple con su función de llamar la atención. Nada nuevo bajo el sol, nada que le suponga un reto. La enésima revisión del leitmotiv del justiciero (en la ciudad) sazonado con sobriedad, algo de melodrama, una Chloë Grace Moretz con forma ya de mujer y un poco de violencia (para adultos).

Un "fuego de la venganza" elegante y aliñado por la siempre solvente labor de Antoine Fuqua, uno de los mejores realizadores de la cara B de Hollywood. Como en 'Shooter: El tirador' u 'Objetivo: La Casa Blanca', Fuqua ayuda a elevar el grado de satisfacción de un producto de medio alcance muy convincente al que, condescendencia aparte, solo procede echarle en cara su excesiva duración y la falta de un villano que le pueda aguantar la mirada a Denzel Washington, quien sigue siendo mucho Denzel Washington para un eso sí voluntarioso Marton Csokas. Tanto, tanto, tanto como para que nadie le discuta el cambio de color de piel de su personaje central (como si le ha ocurrido al de 'Los Cuatro Fantásticos'...).

Nota: 6,5

Por Juan Pairet Iglesias