No resulta nada difícil reconocer la personalidad de los hermanos Coen detrás de ‘Un Tipo Serio’ para cualquiera que les haya prestado algo de atención, un film que recupera la verdadera esencia del dúo norteamericano y nos los devuelve en plena forma tras unos años titubeantes, en donde su filmografía se ha nutrido de films algo por debajo del genio de unos directores con tanto potencial. 'Un Tipo Serio' aunque le anda cerca no es una obra maestra pero no deja de ser su mejor película de los últimos 10 años, prácticamente desde "El Nota", y que pone sobre el tablero la evidencia de que tan importante es el talento como la personalidad para poder resultar verdaderamente estimulante.
Tras la seriedad de la irregularmente notable 'No es País para Viejos' (sobrevalorada en su conjunto, que no por partes) y la ligereza de 'Quemar Después de Leer' (un simpático pasatiempo, no más), los Coen vuelven a su terreno de juego predilecto con esta comedia negra, por calificar de alguna manera, género que han ayudado a desconfigurar y reformular continuamente durante toda su carrera, y de donde podemos extraer los más logrados momentos cómicos del cine moderno, algunos de ellos firmados por los propios Coen. Es aquí donde su talento mejor luce ante una cámara, extrayendo con maestría quirúrgica las gotas de humor directamente del corazón del drama, o a la inversa, reposando el drama sobre los hombros de la comicidad más pura, todo ello con la naturalidad propia de la vida en sí, ácida existencia totalmente alejada de una sencilla etiqueta con la que ser catalogada, y reformulable por completo a cada tic del reloj. Los Coen cuando resultan imprevisibles e inclasificables son tan notables cineastas que logran el casi imposible de hacer evolucionar su obra conforme su metraje avanza… ‘Un Tipo Serio’ cumple, y con nota. Tengo que reconocer que había perdido la fé en los hermanos Coen. Tras su más que notables trabajos de los años 80 y 90, el siglo XXI parecía que había hecho mella en el talentoso espíritu de unos cineastas que se presentaban cansados, sin chispa ni rumbo, y cuyo anarquia e indefinición conceptual y narrativa les dejaba sin sitio a los ojos de una industria adicta al fast-food identificativo. Cuando son etiquetables y serviles resultan tan asépticos como intrascendentes, simples profesionales impersonales; amparados bajo el manto del verdadero espíritu indomable del enfant terrible a espaldas de la gran industria, con la libertad que otorga no rendir cuentas necesariamente de la taquilla, presentan la que es su tercera producción en tres años, una obra digna de la insolente frescura desprejuiciada de sus primeros trabajos pero empaquetada y formulada con la experiencia y sabiduría adquirida en sus últimos 15 años, reinventando con suma sencillez, sobriedad y eficacia el rico y frondoso mapa dramático de una historia tan compleja en su interior como sencilla en su exterior.
Ya desde su hipnótico y desconcertante prólogo, que aparenta no tener absolutamente nada que ver con el resto de la película, el planteamiento reflexivamente jovial de los hermanos Coen fluye con plena eficacia. El film es todo un prodigio narrativo fundamentado en un no menos excelente guión, una a la par tan ligera como profunda reflexión sobre la vida, un surtido variado de ideas mezcladas pero no revueltas, caóticamente estructuradas pero con la solidez dramática de una comedia ligera, y un dulce tan golosamente sencillo a simple vista como aparenta su acidez y mordaz concepción, pero que sin ello deje de resultar complejamente gustoso. Y es que nuestra forma de experimentar la realidad depende directamente de nuestra propia noción del mundo, de ahí que una idea tan simple puede tener unas posibilidades tan complejas como variables a cada mínima decisión. De esto trata básicamente 'Un Tipo Serio', casi como quien no quiere la cosa, y con más sabiduría y maestría que muchos autocatalogados como "dramoneros/corruptores sociales", más preocupados en imponer una visión sesgada y partidista que en proponer un pensamiento libre.
Rematado todo el conjunto con un gran reparto, y que habría que acachar a un magistral trabajo realizado por parte de su departamento de casting y en donde todos y cada uno de sus integrantes están dónde y cuándo deben de estar, y en el que hay que destacar su protagonista Michael Sthulbarg, "fichado" vía Broadway, con una capacidad admirable para sostenerse entre el drama y la comedia con una extrema finura. Y no dejar de mencionar los también remarcables trabajos de Jess Gonchor (diseño de producción), Cartel Burweell (compositor del 90% de los trabajos de los Coen) o el Montador Roderick Jones... pero una crítica es tan finita que así como en ocasiones sobran las palabras malas en otras no caben todas las buenas...
En definitiva, los Coen parece que han vuelto de las "vacaciones". O eso me lo parece a mí, o me han pillado de buenas, o últimamente alguno que otro "palo" ha propiciado que alguna haya de salvarse. Lo cierto es que 'Un Tipo Serio' es un Coen 100%, tal vez demasiado y por eso su alcance se limite a una cierta condescendencia artística y no sea la oportunidad propicia para no iniciados, y que tal vez mi entusiasmo se deba al respeto que 'Muerte entre las Flores', 'Barton Fink', 'Arizona Baby' o ' El Gran Lebowski' (y alguna más que se me escapa) producen en mí, y la impresión de que he vuelto a ser convencido por el talento de sus mismos responsables... o tal sea simplemente cine, puro cine, como la vida misma. Sea como fuere, mi notable alto no se lo quita nadie.
Nota:
8.4
por Juan Pairet Iglesias
Tengo ganas de verla..
No es pais para viejos sobrevalorada en su conjunto e irregularmente notable? pa gustos los colores, pero en mi opinion no le sobra ni un frame.
Gato de Schrödinger
(Wikipedia)
"El experimento del gato de Schrödinger o paradoja de Schrödinger es un experimento imaginario, concebido en 1935 por el físico Erwin Schrödinger para exponer uno de los aspectos más extraños, a priori, de la mecánica cuántica.
Schrödinger nos propone un sistema formado por una caja cerrada y opaca que contiene un gato, una botella de gas venenoso, una partícula radiactiva con un 50% de probabilidades de desintegrarse en un tiempo dado y un dispositivo tal que, si la partícula se desintegra, se rompe la botella y el gato muere.
Al depender todo el sistema del estado final de un único átomo que actúa según las leyes de la mecánica cuántica, tanto la partícula como la vida del gato estarán sometidos a ellas. De acuerdo a dichas leyes, el sistema gato-dispositivo no puede separarse en sus componentes originales (gato y dispositivo) a menos que se haga una medición sobre el sistema. El sistema gato-dispositivo está en un entrelazamiento, Verschränkung, en alemán originalmente.
Siguiendo la interpretación de Copenhague, mientras no abramos la caja, el sistema, descrito por una función de onda, tiene aspectos de un gato vivo y aspectos de un gato muerto, por tanto, sólo podemos predicar sobre la potencialidad del estado final del gato y nada del propio gato. En el momento en que abramos la caja, la sola acción de observar modifica el estado del sistema tal que ahora observamos un gato vivo o un gato muerto. Esto se debe a una propiedad física llamada superposición cuántica que explica que el comportamiento de las partículas a nivel subatómico no puede ser determinado por una regla estricta que defina su función de onda. La física cuántica postula que la pregunta sobre la vida del gato sólo puede responderse probabilísticamente.
La paradoja ha sido objeto de gran controversia (tanto científica como filosófica), al punto que Stephen Hawking ha dicho: «cada vez que escucho hablar de ese gato, empiezo a sacar mi pistola», aludiendo al suicidio cuántico, una variante del experimento de Schrödinger."
"- ¿Qué hemos aprendido?
- No lo se.
- Yo tampoco.
- ... no se que coño hemos hecho.
- Yo tampoco señor.
- Joder, la madre que nos parió!"
Esta no se va muy lejos (en el concepto guasón de los Coen, la anteriormente mencionada es mucho más superficial, vana y comercial y esta es mucho más compleja y trabajada). En esta ocasión podría definir la película una serie de diálogos entre un rabino y el protagonista sobre la historia de los dientes del no judío. El primero le cuenta la historia de un dentista judío que lee en los dientes de un paciente que no es judío que necesita ayuda, que le salven y este se dedica en cuerpo y alma a averiguar que le pasa y ayudarle. La historia se va alargando y tanto tu como el protagonista esperáis ansiosos a donde llevará para que el rabino sin concluirla se ponga a beber te y pase a hablar de otra cosa.
- ¿Qué narices pasa con el de los dientes? ¿Con el que quería ayudarlo? ¿Qué me quieres decir con esta historia? (pregunta el protagonista mientras uno asiente con la cabeza estando de acuerdo con él)
- Y que más da? (contesta el rabino)
EXASPERACIÓN es la palabra que define este film. Los Coen siguen riéndose de lo agusto que se habrán quedado y de hecho apostaría que se meten en algún cine a ver sus películas pero sobretodo a descojonarse con la cara de tontos que se les queda al público al final.
No es la primera vez que acabo de ver una peli de los Coen cagándome en todos sus antepasados ni tampoco la primera que tras meditar la película me va gustando más y más y algún día después me la vuelvo a ver y aún mejora más mi visión sobre la misma. Siempre es bueno con este tipo de films un 2º visionado sabiendo a lo que te "enfrentas" aunque de por si es sabido que estos directores se caracterizan por su estilo pelicular al contar las cosas, el ritmo para llevarlas y el modo de concluirlas, alejado de lo que estamos acostumbrados. Y para mi esa es la grandeza de los Coen y de que me guste tanto verlos. Los puedes odiar, los puedes amar, puedes pasar de una cosa a otra con el paso de las horas u otro visionado, pero no te dejarán indiferentes.
Empiezan con una historia de judíos de otra época que bien podría ser un corto que acompañe de forma previa al film sobre superstición religiosa con mucho humor a lo Coen y con el espíritu del film de "que más da todo?".
En general el film y todos sus gags supongo que serán mucho más disfrutables por los judíos y para los "gentiles" hay cosas con las que nos perdemos en ocasiones y todo.
Como decía y a diferencia de su antecesora, cada secuencia y cada personaje está cuidado al máximo. Sea un personaje o una historia principal (Michael Stuhlbarg en el papel de protagonista está absolutamente genial) o secundarios o incluso escenas anecdóticas o puntuales. Cada frame en la película tiene su sentido y no le sobra ninguno, quizá le falten. Y esque abre muchos frentes que al igual que la historia de los dientes del no judío te quedas con ganas de saber que pasa y el film te responde con un "simple" que más da!
Una mujer que le pone los cuernos y encima le dice que no es adulto por no tomárselo con una sonrisa, el amante que le putea (de otras formas a parte de zumbarse a la mujer) y encima lo abraza en plan "no pasa nada colega, la vida es así" y con la misma candidez lo hecha de su casa, un hijo fumeta que pronto tendrá su bar mitzvah y que ya puede haber un divorcio, un funeral o lo que sea por medio que se tira el día increpando al padre sin miramientos sobre el funcionamiento de la antena para ver su canal favorito (y con su propia historia paralela divertida con su camello), un hermano cuanto menos pintoresco que se tira el día y lo lleva por el camino de la amargura (a él y a su hija que se pasa el día lavándose el pelo para salir), un compañero de trabajo tocapelotas exasperante, un alumno coreano y su insistente deseo de aprobar física pese a no tener ni idea de matemáticas, variados y pintorescos rabinos (incluyendo el esperado cameo por los amantes de The Big Bang Theory de Simon Helberg alias Wolovitz) y un largo etcétera que te llevan a pensar ....
Spoiler
El concepto del film se puede definir como que la vida es una serie de calamidades, sobretodo para nuestro protagonista convertido en Job moderno, cuya recompensa por aguantar su sufrimiento es más sufrimiento y cuando entre tanto abuso quiere permitirse un capricho, un atisbo de pecado recibe un castigo mayor que los anteriores (con el final del que se sobreentiende que tiene alguna dolencia muy grave de salud coincidiendo con el momento que decide coger el dinero del coreano, todo ello aderezado con un tornado para que todo resulte más caótico y dramático) . La vida es mierda y más mierda y simplemente hay que relajarse y afrontarla con una visión alegre, porque como total no se va a ir, mejor pasar de ella y no sufrir.
En resumen y por no alargarme más (que ya lo he hecho bastante ) film Coen total, que muchos odiarán sobretodo por el repentino final, por la falta de respuestas a muchas cosas, por estar todo el film pendiente de donde te va a llevar y la frustración ontenida; pero lleno de matices, de trabajo, ingenio e ironía en cada frame y que cuanto más lo meditas más te gusta. Eso si, en muchas ocasiones el ritmo decae y los Coen siguen siendo unos cabritos
Un 7.3
P.D. Para variar, en la BSO cuando un tema les gusta lo ponen no una ni dos veces...pero me encanta el temazo de Jefferson Airplane, todo hay que decirlo.