Hay directores que no necesitan presentación y entre ellos el padre de "Farenheit 9/11" ocupa un lugar especial en la historia del cine. Sus documentales polémicos por darle un lugar especial a la teoría de la conspiración lo han catapultado a la fama por decir sin tapujos y proyectar a la familia Bush como un conjunto de personas poco éticas (por decir lo menos).
Una historia de amor entre el capitalismo y los Estados Unidos de América se fue dando desde aquel día en que este pueblo se dio cuenta que se podían generar ganancias estratosféricas abusando del poder del dinero. Y precisamente es sobre esta relación entre el discurso político y la realidad norteamericana dónde reside el poder de este documental que va explicando las desigualdades sociales, contratos leoninos y la enorme corrupción que disfrazada de crecimiento económico va carcomiendo las entrañas de este país. Será que no sólo es este el país que sufre de ello y es cuando se nos antoja estrecha la visión del director, pero de nueva cuenta debemos recordar que es un filme hecho por y para la sociedad de este país.
Uno de los errores más graves es la excesiva duración que bien se pudo haber reducido mediante una mejor edición y por esa necesidad americana de compenetrarse con sentimientos de familias afectadas. En cuanto a la edición es notable que mientras se siga el cauce principal el filme es una clase de como EUA ha llegado hasta dónde está, el ritmo es dinámico y sin desperdicio, manteniendo el interés con ese humor tan característico del director. En cuanto a la utilización de casos particulares, estos funcionan en su contra cortando ese dinamismo y desviando una denuncia generalizada, con mayor impacto, hacia casos en los cuales sí vemos el dolor de las familias, pero no podemos comprenderlos más allá de verlos como víctimas como si se tratara de una lucha del bien contra el mal.
Pero a pesar de esa duración de más de dos horas, no es cansina y con el interés necesario, el director se levanta de nuevo triunfante, con un documental más digerible que Farenheit y más claro y objetivo que Sicko. Acierto tras acierto sólo queda la sensación de que algunos temas se pudieron tratar de una manera más profunda sacrificando otros más que sólo cooperan de manera periférica con la trama principal.
"Capitalismo: Una historia de amor" una historia de amor entrañable.
por Jalex
También me escama un poco que se centre únicamente en EEUU, pero es evidente que el propósito es mostrarle a esa sociedad sus garrafales errores y engaños en los que viven sumergidos.
A mi me apasiona este tipo de documental, los encuentro todos muy muy interesantes, y Capitalism: A Love Story no fue menos.
Nota: 7'5/10
Un 4