'No es tan fácil': Sin prejuicio alguno
Vía El Séptimo Arte
por wanchope 24 de diciembre de 2009
Dejar el peso del relato sobre los hombros de la mejor actriz de la época (y quien sabe si de la historia) siempre es un acierto: resulta difícil encontrarle una película en la que no diera algo más que la talla. Aquí demuestra una vez más que para ella componer un personaje real, sutil y carismático aparenta ser bastante más fácil de lo que le resultará a Megan Fox aparentar ser actriz. Sin embargo, del verdadero epicentro de la atención cuando se deja ver es Alec Baldwin, el único de los Baldwin que sabe actuar. Su interpretación resulta tan jovial como simpática, rica en matices y tremendamente convincente creando un personaje tan sólido y humano como cómico. Reconozcámoslo, de lo mejorcito de la película, y junto a Streep una pareja protagonista sumamente lograda (y eso salvando que sigue siendo difícil ver a un Baldwin sin pensar en South Park...). Meryl Streep se lía con su ex-marido 10 años después de su separación, aunque mientras ella está soltera él está casado con otra (que resulta ser la que hace 10 años era la "otra"). El punto de partida se las trae, y su punto de interés es innegable aunque luego el desarrollo sea algo blando, ya que la película centra demasiado su atención y desprecia el resto, craso error que limita mucho sus opciones. Por ejemplo, la aportación de Steve Martin no pasa de ser anecdótica, y su presencia secundaria no aporta mucho más que, por ejemplo, la de los hijos, el prometido de una de las hijas, las amigas de la prota o la mujer del prota, todos ellos simples recursos ocasionales con los que "desatascar" la trama y rellenar el metraje. Eficaz y correcto, como todo el reparto, cumple un cometido necesario de cara a la trama... pero poco más. Por decirlo de alguna manera, el personaje de Martin es un mal necesario que por contra le resta minutos en pantalla (o se los suma a su quizá demasiado extenso metraje) a la meritoria dupla protagonista. 'No es tan fácil' es una producción adulta para un público adulto, una nueva ración del talante de Nancy Meyers, quien escribe y dirige a modo de terapia, de ahí que sus cintas recojan unos patrones tan definidos y reconocibles, fácilmente prejuzgables a la par que, siendo justos, aceptables y válidos, porque como todas sus obras es eficaz hasta un punto, sincera en todo momento, y aunque condescendiente con sus personajes en última estancia su optimismo irredento extrae al menos la sonrisa del espectador más duro. Pensándolo bien, no debiera ser tan fácil salir del cine y "cargarse" una película. Ésta, tal vez, podría ser fácil por no ser nada del otro mundo pero, por otro lado, tampoco es fácil hacer una película que resulte simpática y amena, cuanto menos. Y partir de ahí... Nota: 6.4
por Juan Pairet Iglesias