'Deadpool' - Oh si, da para paja
Ya desde el comienzo de unos excelentes títulos de crédito elaborados por el mismo tío tras los no menos excelentes créditos iniciales del 'Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres' de David Fincher (y ahora director debutante), 'Deadpool' deja claras sus intenciones para con el personaje, la película, el público y la santa madre de todos en general. Intenciones que, por supuesto, resultan tan dicharacheras y llevaderas que no tienen casi (...) nada que ver con aquel "claro error" que cometió la Fox con 'X-Men orígenes: Lobezno'. Si no fuera por 'Cuatro Fantásticos' se diría que Fox aprendió la lección: El público puede parecer tonto a menudo -y de hecho suele serlo-, pero también es soberano y a menudo también el que pasa por taquilla, compra palomitas y hace que las cosas merezcan (o no) la pena. Va por estos auténticos héroes.
Según el propio 'Deadpool' esta es una historia de superhéroes diferente. Ni si ni no, sino todo lo contrario. Como suelen ser cuando como es el caso se trata de un bocazas en parte tiene razón, y en parte no la tiene. No deja de ser la iniciación de un "badass" que recibe una serie de "aptitudes especiales" y que, movido por la rabia, ejecuta su venganza contra el "británico" que hace de malo quién, a su vez, decide cometer el terrible error de secuestrar al "pibón" que le mola al finalmente héroe a su pesar. Ni si ni no... la diferencia fundamental entre lo "habitual" y 'Deadpool', lo que hace de ella algo "distinto" por llamarlo de alguna manera, es el enaltecimiento de su sentido del humor. Eso, y el propio personaje, claro está.
Dos ejemplos se nos presentan como idóneos para hacernos una idea clara y directa sin desparramar más sesos de lo debido: 'El último gran héroe' e 'Infiltrados en clase'. Al igual que estas dos cintas, 'Deadpool' parte de la plena consciencia de que se trata, en suma, de una película. Una película que llega en un momento determinado, tras unos eventos determinados y con unas expectativas igualmente determinadas. Y es por todo esto que 'Deadpool' funciona tan bien, porque desde el principio (incluso de su promoción como hemos podido comprobar) se ha sentado a nuestro lado, como un amigote más, para charlar y hacernos cómplices de sus diabluras. 'Deadpool' somos todos. Y a todos nos gusta bromear, pasarlo bien y ser un poquito cabrones.
Es la película que cabía esperar, la película que merecíamos esperar... y parte de la disculpa que necesitaban los aficionados a la Marvel por parte de una Fox que ahora deberá de rematar la faena con la tercera de 'Lobezno'. Un "renacer" generalizado que unido a los éxitos de los últimos trabajos de George Miller y Alejandro G. Iñárritu puede traer consigo una nueva era en dónde tipos como los superhéroes, al menos los que no viven poseídos por la Disney, sean tan libres como para expresarse a su gusto y sin complejos. Vaya, lo que hacen 'Deadpool' y un Ryan Reynolds que, al igual que hiciera Robert Downey Jr. con Iron Man, se ha ganado un lugar de por vida en el Olimpo de los iconos rojos de la gran pantalla.
'Deadpool' no deja de ser una peli de "supertíos" narrada con muchísimo humor, algo de sangre, violencia, algún taco y sobre todo una aguda percepción de la empatía, el colegueo y la llamada cuarta pared. El mérito es doble: no sólo funciona como una buena variante "hardcore" adscrita al "concepto Marvel" de multisalas, también como una especie de compensación que justifica las decepciones pasadas. Esto es, se erige con orgullo en el catalizador de la liberación de toda esa frustración acumulada proyectando así el gozo y el disfrute por encima incluso de sí misma. O sea, en vez de sacar la basura nos la deja a la vista para que, precisamente, en contraste, parezca que ha llegado tan alto como tan bajo se ha llegado a caer en otras ocasiones.
¿Realmente llega tan alto? ¿O tan sólo es una ilusión? Ni si ni no... 'Deadpool' es una gamberrada de primera que se disfruta con un entusiasmo liberador. El júbilo se hace patente en la sensación que parece emanar de la pantalla que proyecta la película. Algo relativamente parecido a 'Mad Max: Furia en la carretera', en donde puede que no sea necesariamente tan cojonuda como pueda parecer que lo es, se admite, venga, vale, pero cuyo oportunismo juguetón y libertinaje sin prejuicios elevan a los altares de la sanísima diversión macarra. Aquel lugar de donde uno sale con una sonrisa de oreja a oreja que deja en fuera de juego cualquier posible duda sobre su calidad cinematográfica. Mola. Y mucho. No es necesario más.
En resumen, que da para paja. Bueno, para más de una....
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Además, 'Deadpool' tiene algo que no tienen muchas otras y es que se ríe de si misma, siendo siempre consciente de su condición de película de superhéroes que al fin y al cabo es.
Deadpool, guste o no, es más fresca que cualquier adaptación de cómic que se ha llevado a cabo desde 'Los Vengadores'.
Eso sí, la frescura solo se la admito en el tema del humor, porque en cuanto a argumento era imposible hacer algo más convencional.
dos palabras: HUMOR FACILON.
Recuriendo al sexo como moneda de cambio, chistes de culos,pedos y un largo etc, para mi eso no es humor negro, es humor del facil que puede hacer cualquier pelicula, y no no me gusta, no me parece la mejor pelicula de superheroes, no la volvería a ver, y si saca una segunda parte, dios no quiera, pues conmigo que no cuente XD, pero si admito que es algo nuevo(DENTRO DE MARVEL no en peliculas americanas), pero nuevo no siempre va acompañado de mejor.
Hace poco la vi de nuevo en Blu-Ray y pienso que no pierde ni un ápice en su revisionado. Los golpes de humor son menos efectivos porque ya los conoces, como pasa en todas las comedias, pero las risas siguen estando ahí y el carisma de Ryan Reynolds es indudable. Se come la película. Por otro lado, rompo una lanza a favor del villano interpretado por Ed Skrein, que es una buena replica para Deadpool. No es ninguna maravilla, pero tampoco aspira a ser Loki o Joker. Dentro de sus posibilidades, está genial, y Ed Skrein consigue que le cojas rabia al personaje.
Es tan consciente de que sigue siendo una más de superhéroes que acaba por no serlo. Consigue que empaticemos con Wade Wilson, trata el tema del cáncer con mucho más tacto y emoción del que uno se puede imaginar y acaba haciendo que nos alegremos por el final feliz. Porque al contrario que otro superhéroes como Thor, aquí si que tratan bien al personaje. Le dan una personalidad, unas motivaciones y un tono dramático a sus acciones, aunque siempre sea con ese tono ácido y autoparódico que tiene Deadpool. Los guionistas y el director, consiguen que te importe lo que le ocurra a su novia, y todo por lo que tiene que pasar él.
Está claro que su historia es convencional, la película ya te lo dice. Una historia de venganza por parte de un superhéroe. La diferencia es que se ríe de esto, y que este superhéroe tiene poco de super y solo mira por su bien común y por el de sus seres queridos. Nada de "gilipolleces de X-Men".
Estoy seguro que la segunda parte será aún más bestia, espero que no se retengan con absolutamente nada y que, esta vez si, aparezca Lobezno. Yo le mantengo la misma nota, el 8. Esta es la película que siempre deseé ver de Deadpool, solo espero que no la caguen con la secuela.