'Infiltrados en clase' - Estúpidamente divertida
Si no fuera por la imagen suministrada por la Super Pop de un jovencísimo Johnny Depp con pintas inequívocas de rebelde ochentero -pendiente y flequillo incluidos, ríete tú de Justin Bieber- forrando las carpetas de las jovencitas de la época, no tendría ni puñetera idea de que era aquello que en España emitían en televisión bajo el título de 'Jóvenes policías', una serie que no vi en su momento ni de casualidad haciendo zapping (en la época en que había tres o cuatro canales, y el videoclub en casa que es Internet aún no había abierto sus puertas), y cuya calidad dudo que sea merecedora de que hoy en día alguien se acuerde de ella salvo, si acaso, por ser el salvoconducto por el que el citado Depp llegó a trabajar con un Tim Burton con quien ahora, casualidades de la vida, le hace la competencia a esta adaptación cinematográfica con otra adaptación para la gran pantalla de una serie olvidada, 'Sombras tenebrosas'. Y lo cierto es que importa bien poco pues su llamada "adaptación", póngase los dedos de ambas manos en comillas a lo Doctor Maligno, solo toma prestada su premisa para ofrecernos una variación de esa película que hemos visto un millón de veces, sí, pero que pocas veces resulta tan divertida en el momento como ahora lo es ver las mencionadas pintas del Johnny Depp de aquellos tiempos...
Como bien apunta en un momento dado el personaje de Ice Cube, el Capitán de policía negro y amante de los gritos que casi siempre parece estar de mala leche, vivimos en un tiempo en el que hay según que mandamases que da la sensación de que nos quieren tomar por tontos, o algo parecido, a la hora de tratar de vendernos algo antiguo y reciclado como si fuera toda una novedad... en realidad no lo dice Ice Cube, pero bueno, da lo mismo. El caso es que así es como vienen a presentar en la película más o menos, que mis risas y las del resto del personal no me dejaron escuchar bien la frase, a la recuperación por parte de la policía del programa '37 Jump Street'... perdón, creo que me he confundido, del programa '21 Jump Street', título original de la serie y de la película en Estados Unidos y dirección donde en la ficción, entre otras cosas, nos encontraremos con un Cristo coreano al que rezar en los momentos de duda, tal y como suena, y que viene a evidenciar el sentido del humor de una comedia que sabe tomarse precisamente a broma, como tiene que ser para que el público pueda optar por aquello de "Adonde fueres haz lo que vieres". Y porque está claro que Channing Tatum no tiene precisamente 18 añitos...
Y también podemos asumir que esta es la base de 'Infiltrados en clase' cuando se la ofrecieron a Jonah Hill, principal mente creativa de la propuesta como protagonista y guionista, la de reciclar una idea del pasado para afrontar el futuro a través de una de esas películas que sí, que se pueden calificar como malas si hay a quien eso le hace feliz, las cosas como son, pero que lo son en la medida justa en que lo pretenden ser, una consciencia de sí misma que le permite darle la vuelta a su calidad aparente través de la mejor arma de la que puede hacer gala una autoproclamada como comedia: el humor. Mala, tal vez, pero con orgullo y sobre todo humor, mucho humor.
Porque 'Infiltrados en clase' viene a ser la clásica producción que hemos visto un millón de veces cuya estructura argumental nos la sabemos de antemano, baste echarle un vistazo a su sinopsis para que cualquiera con un mínimo de experiencia en la materia intuya de manera convincente como se va a desarrollar de principio a fin, y en líneas generales, su historia. Y aunque en realidad es algo que se le puede achacar a la mayoría de las películas, en un caso como el que nos ocupa más aún. ¿Importa? Pfff... ¿Lo pretende? Pfff...
'Infiltrados en clase', curioso aunque acertado título español que parece querer emparentarla con ese otro 'Infiltrados', el popular remake de Martin Scorsese, ni es la clásica adaptación falsamente respetuosa para con su material original ni busca ser un producto fácil a través de la perversión de una licencia conocida. Vaya, que no es 'American Pie: El reencuentro'. En todo caso es lo que debería de haber sido 'American Pie: El reencuentro', eso se ajusta más a la realidad.
Como decíamos la semana pasada a este tipo de productos no hay por qué pedirles nada más que aquello que cabe pedirles, una dosis razonable de esas risas que puedan justificar con orgullo su condición de comedia, algo en lo que se aplica con sumo entusiasmo esta 'Infiltrados en clase' que, además, erradica en buena medida el principal problema de estas producciones, ese exceso de seriedad por lo general concentrado en un tramo final sorteado en gran parte y con inteligencia a través de los labios de alguien sin acreditar..., y que en no pocas ocasiones parece menospreciar el hecho de que una comedia no pueda ser simplemente eso, una comedia, y con ello incluso llegar a ofender al público con su falso y acartonado mensaje moralizante sobre que bla bla bla bla...
Si todo viene a ser en realidad una excusa para el chiste, ¿para qué intentarle darle un sentido más profundo si la risa es ya de por sí la voz del alma? Un Jonah Hill tan inspirado como el de 'Supersalidos', un Channing Tatum riéndose de sí mismo, y una pareja de directores como Phil Lord & Chris Miller, debutantes en la imagen real tras esa maravilla llamada 'Lluvia de albóndigas', para un servidor una de las mejores películas de animación de los últimos tiempos (o en su defecto una de las más disfrutables), demuestran que hasta para ser estúpido hay que ser inteligente.
La cinta, a través de un tono paródico evidente donde son los pollos los que saltan por los aires en vez de la gasolina, irrumpe de lleno en el absurdo de forma tan inteligente que aquellos a los que ya nos ha convencido de inicio tan sólo con esa musiquilla tan "a lo Hans Zimmer" durante los logos, no nos queda otra que hacernos los estúpidos y "flipar en colores", Fase 2, y así dejarnos llevar por una de esas películas que no se graduaran Cum Laude, puede, pero que a imagen y semejanza del que creíamos era la vida en un instituto norteamericano, al menos hasta el 2006, no por ello dejará de ser una de las "populares". Y con amigo o compañero al lado casi mejor, le guste o no el medio ambiente...
Nota: 6.75
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
(21 Jump Street)
SINOPSIS:
Schmidt (Jonah Hill) y Jenko (Channing Tatum) son dos tipos que han sido enemigos acérrimos en el instituto, pero que posteriormente se encuentran en la academia de policía y terminan haciéndose amigos. Cuando se gradúan, los destinan a una unidad de la policía secreta llamada "Jump Street", comandada por el Capitán Dickson (Ice Cube). En ella tendrán que cambiar sus armas e insignias por mochilas y libros y tendrán que utilizar su apariencia juvenil para infiltrarse en un instituto.
CRÍTICA: Estúpidamente divertida
Si no fuera por la imagen suministrada por la Super Pop de un jovencísimo Johnny Depp con pintas inequívocas de rebelde ochentero -pendiente y flequillo incluidos, ríete tú de Justin Bieber- forrando las carpetas de las jovencitas de la época, no tendría ni puñetera idea de que era aquello que en España emitían en televisión bajo el título de 'Jóvenes policías', una serie que no vi en su momento ni de casualidad haciendo zapping (en la época en que había tres o cuatro canales, y el videoclub en casa que es Internet aún no había abierto sus puertas), y cuya calidad dudo que sea merecedora de que hoy en día alguien se acuerde de ella salvo, si acaso, por ser el salvoconducto por el que el citado Depp llegó a trabajar con un Tim Burton con quien ahora, casualidades de la vida, le hace la competencia a esta adaptación cinematográfica con otra adaptación para la gran pantalla de una serie olvidada, 'Sombras tenebrosas'. Y lo cierto es que importa bien poco pues su llamada "adaptación", póngase los dedos de ambas manos en comillas a lo Doctor Maligno, solo toma prestada su premisa para ofrecernos una variación de esa película que hemos visto un millón de veces, sí, pero que pocas veces resulta tan divertida en el momento como ahora lo es ver las mencionadas pintas del Johnny Depp de aquellos tiempos...
Como bien apunta en un momento dado el personaje de Ice Cube, el Capitán de policía negro y amante de los gritos que casi siempre parece estar de mala leche, vivimos en un tiempo en el que hay según que mandamases que da la sensación de que nos quieren tomar por tontos, o algo parecido, a la hora de tratar de vendernos algo antiguo y reciclado como si fuera toda una novedad... en realidad no lo dice Ice Cube, pero bueno, da lo mismo. El caso es que así es como vienen a presentar en la película más o menos, que mis risas y las del resto del personal no me dejaron escuchar bien la frase, a la recuperación por parte de la policía del programa '37 Jump Street'... perdón, creo que me he confundido, del programa '21 Jump Street', título original de la serie y de la película en Estados Unidos y dirección donde en la ficción, entre otras cosas, nos encontraremos con un Cristo coreano al que rezar en los momentos de duda, tal y como suena, y que viene a evidenciar el sentido del humor de una comedia que sabe tomarse precisamente a broma, como tiene que ser para que el público pueda optar por aquello de "Adonde fueres haz lo que vieres". Y porque está claro que Channing Tatum no tiene precisamente 18 añitos...
Y también podemos asumir que esta es la base de 'Infiltrados en clase' cuando se la ofrecieron a Jonah Hill, principal mente creativa de la propuesta como protagonista y guionista, la de reciclar una idea del pasado para afrontar el futuro a través de una de esas películas que sí, que se pueden calificar como malas si hay a quien eso le hace feliz, las cosas como son, pero que lo son en la medida justa en que lo pretenden ser, una consciencia de sí misma que le permite darle la vuelta a su calidad aparente través de la mejor arma de la que puede hacer gala una autoproclamada como comedia: el humor. Mala, tal vez, pero con orgullo y sobre todo humor, mucho humor. Porque 'Infiltrados en clase' viene a ser la clásica producción que hemos visto un millón de veces cuya estructura argumental nos la sabemos de antemano, baste echarle un vistazo a su sinopsis para que cualquiera con un mínimo de experiencia en la materia intuya de manera convincente como se va a desarrollar de principio a fin, y en líneas generales, su historia. Y aunque en realidad es algo que se le puede achacar a la mayoría de las películas, en un caso como el que nos ocupa más aún. ¿Importa? Pfff... ¿Lo pretende? Pfff...
'Infiltrados en clase', curioso aunque acertado título español que parece querer emparentarla con ese otro 'Infiltrados', el popular remake de Martin Scorsese, ni es la clásica adaptación falsamente respetuosa para con su material original ni busca ser un producto fácil a través de la perversión de una licencia conocida. Vaya, que no es 'American Pie: El reencuentro'. En todo caso es lo que debería de haber sido 'American Pie: El reencuentro', eso se ajusta más a la realidad. Como decíamos la semana pasada a este tipo de productos no hay por qué pedirles nada más que aquello que cabe pedirles, una dosis razonable de esas risas que puedan justificar con orgullo su condición de comedia, algo en lo que se aplica con sumo entusiasmo esta 'Infiltrados en clase' que, además, erradica en buena medida el principal problema de estas producciones, ese exceso de seriedad por lo general concentrado en un tramo final sorteado en gran parte y con inteligencia a través de los labios de alguien sin acreditar..., y que en no pocas ocasiones parece menospreciar el hecho de que una comedia no pueda ser simplemente eso, una comedia, y con ello incluso llegar a ofender al público con su falso y acartonado mensaje moralizante sobre que bla bla bla bla...
Si todo viene a ser en realidad una excusa para el chiste, ¿para qué intentarle darle un sentido más profundo si la risa es ya de por sí la voz del alma? Un Jonah Hill tan inspirado como el de 'Supersalidos', un Channing Tatum riéndose de sí mismo, y una pareja de directores como Phil Lord & Chris Miller, debutantes en la imagen real tras esa maravilla llamada 'Lluvia de Albóndigas', para un servidor una de las mejores películas de animación de los últimos tiempos (o en su defecto una de las más disfrutables), demuestran que hasta para ser estúpido hay que ser inteligente. La cinta, a través de un tono paródico evidente donde son los pollos los que saltan por los aires en vez de la gasolina, irrumpe de lleno en el absurdo de forma tan inteligente que aquellos a los que ya nos ha convencido de inicio tan sólo con esa musiquilla tan "a lo Hans Zimmer" durante los logos, no nos queda otra que hacernos los estúpidos y "flipar en colores", Fase 2, y así dejarnos llevar por una de esas películas que no se graduaran Cum Laude, puede, pero que a imagen y semejanza del que creíamos era la vida en un instituto norteamericano, al menos hasta el 2006, no por ello dejará de ser una de las "populares". Y con amigo o compañero al lado casi mejor, le guste o no el medio ambiente...
Nota: 6.75
Lo Mejor:
- Su tono auto paródico y la plena consciencia de sí misma, y que hacen de ella una producción francamente divertida y recomendable para pasar un buen rato
Lo Peor:
- Que aparenta ser algo bastante peor, y por ello muchos no le darán la oportunidad que sí le darían a 'American Pie: El reencuentro', una producción inferior a casi todos los niveles.
De vez en cuando el cine te da sorpresas, algunas veces son sorpresas que te descubren tus películas favoritas, otras son sorpresas decepcionantes y otras son cómo esta, sorpresas agradables, muy agradables, que quizá no las recuerdes para toda la vida pero que en el momento se disfrutan mucho. El Sábado fui al cine con unos amigos para rematar el fin de semana de cumpleaños de uno de ellos y, habiendo visto 'Los Vengadores' hace dos semanas estábamos entre esta o 'American Pie: El reencuentro' y a mí, no me hacía mucha gracia pagar por ver una novena entrega de una saga que ya está acabada desde hace tiempo, y en la que lo único que vemos es a un grupo de amigos haciendo tonterías y cosas pervertidas, algo que se puede ver en casa tranquilamente sin pagar ni un solo duro. A pesar de que desde el momento en el que vi su primer cartel 'Infiltrados en clase' me olía a chamusquina, acabé convenciendo a mis amigos con la excusa de "Es que la están poniendo bien por todos lados" y con "Esta por lo menos tendrá más acción que la otra", dos excusas de las que sólo me creía yo mismo la segunda, pues incluso después de haber pagado la entrada seguía pensando que lo que iba a ver era un bodrio, pero por lo menos era algo nuevo. Por suerte mis prejuicios desaparecieron en cuanto la película consiguió sacarme la primera de las múltiples sonrisas que me sacaría a lo largo del metraje.
La premisa es muy sencilla: a dos policías bastante patéticos, los envían a infiltrarse en un instituto, no porque valgan la pena, sino porque aparentan ser adolescentes y no los pueden meter en otro sitio. Una cosa está clara, y es que no se puede sacar más de lo que hacen los directores a partir de esa idea. Podía haberse tomado en serio y, seguramente, haber fracasado o, simplemente, haber sido una más de las muchas buddy action movie para adolescentes que hay, pero no. Philip Lord y Chris Miller decidieron reírse de ellos mismos con la ayuda del cachondo guión escrito por uno de los protagonistas, Jonah Hill y un escritor poco conocido cómo Joe Gazzam. Menos mal que tomaron la senda de la auto parodia y no la de la seriedad, porque gracias a eso consiguen una película tan delirante cómo hilarante, con toques sorprendentes en su particular humor y que, por muy tópica que sea, consigue sorprender, una cosa que resulta muy sorprendente (valga la redundancia). Además de lo bien llevada que está en su parte humorística, cabe destacar los tiroteos (bueno, el tiroteo, porque sólo hay uno) y las persecuciones, llenas de emoción, dignas de las buenas películas de acción, todo esto sin dejar de estar presente el humor.
Una cinta de estas características si no tiene una pareja protagonista a la altura, pierde mucha gracia, por no decir toda. En esta ocasión la pareja está formada por Channing Tatum y Jonah Hill interpretando a Schmidt y Jenko, dos personajes que se llevaban mal en el instituto pero que al ingresar en el cuerpo de policía se dieron cuenta de que los dos se complementaban a la perfección, y decidieron hacerse amigos. Jonah Hill se encarga de Schmidt, el típico chico gordo, torpe, pero muy inteligente, un papel que se le da a la perfección, será que lo ha interpretado infinidad de veces a lo largo de su corta carrera, pero se le nota muy puesto en el papel y la verdad es que lo clava. Lo he visto cómo secundario únicamente, en películas cómo 'Sigo como Dios', 'Virgen a los 40' o 'Click', y no recuerdo demasiado sus personajes, por lo que mucho protagonismo no tendría, pero metido en la piel de Schmidt nos da momentos muy divertidos. No sorprende que Hill esté bien dentro de una comedia, lo que realmente sorprende es que Channing Tatum, en su primera comedia, lo haga tan bien cómo lo hace. Él es Jenko, un tío que tiene tanta grasa cómo cerebro: muy poco. Al igual que Hill, su personaje no deja de ser una parodia de cómo piensa la gente que es él en realidad y reírse de uno mismo me parece una gran cualidad. Tatum lo hace e incluso me atrevería a decir que más que Hill. Desde que lo vi en 'Fighting: Puños de asfalto' lo odio con todas mis fuerzas a este, aparentemente, cara palo que tendría que haberse dedicado a portero de discoteca, pero en '21 Jump Street' me ha ganado con su actuación. Carismático, entrañable y muy divertido, así es Jenko y así consigue plasmarlo a la perfección delante de las cámaras Tatum, con momentos tan tronchantes cómo en el que se ve obligado a probar algo que no quería probar. Valorándolos por separado, están muy bien, pero es que cuando están juntos son aún mejores pues la química de esta pareja tan peculiar es uno de los pilares del film. Los secundarios siguen con el tono auto paródico del film y todos están correctos, excepto Ice Cube, que no me ha gustado demasiado y es uno de los puntos flojos de la cinta. Su sobreactuación me irritaba muchísimo dentro de la sala, pero quitando esto, el reparto cumple de sobra, y sus dos protagonistas con nota.
Del resto, poco que comentar. Su banda sonora es muy cañera, ideal para la película y su guión, completamente cachondo desde su primera línea, con diálogos desternillantes y puntazos que no te esperas. Sólo con una de las primeras frases del film, ya nos describe cómo se ve ella misma y nos adelanta cómo nos la tenemos que tomar, para no evitar sorpresas desagradables. "Me ha salido por el agujero del culo" o "Adopta a un niño" son algunas de las frases memorables que nos deja. Los momentos memorables prefiero no comentarlos, para no destrozarlos y que os sorprendáis tanto cómo yo cuando la veáis, no tiene precio la cara que se me quedó cuando vi el famoso cameo que no tenía ni la menor idea de que existía.
Agradable sorpresa, así resumiría toda esta palabrería que acabo de escribir. Espero que Tatum se dedique más a las comedia de este estilo y menos a los dramas románticos, porque se le da mucho mejor. ¿Por qué no le doy más nota si he disfrutado tanto en el cine? Porque no da para más, este film es lo que es, y se acabó, una comedia que, gracias a no tomarse en serio, es un soplo de aire fresco al genero, pero que no deja de ser tópica, por muy divertida que sea (que lo es, y mucho). Y ahora, me voy a rezar al Cristo coreano.
Los "niños Apatow" se hacen grandes y es que Jonah Hill no solo co-protagoniza el film junto a Channing Tatum, sino que comparte con Joe Gazzam la tarea de escribir el guión.
Ambos protagonistas eran polos opuestos en el instituto. Uno el típico deportista popular, el otro el típico nerd al que no le caben más hierros en la boca y granos en la cara. Ahora se encuentran en la academia de policía y se hacen amigos, pudiendo compartir sus dotes intelectuales y habilidades físicas respectivamente.
La película parodia los géneros de comedia de instituto y el de acción. Respecto a lo primero se invierten los papeles de cuando ellos iban a clase y ahora el popular es el rechazado y el impopular el ligón. Uno se lo toma a mal como algo inesperado y al otro se le sube demasiado a la cabeza. Quizá esta parte es la menos necesaria de la película, con algún bajón en su narración y navegando sobre los lodos peligrosos de caer en los clichés que quieres parodiar. En el apartado de acción está mejor, con sus roles de novatos y entre otras cosas la parodia del típico jefe negro gritón o como suelen explotar las cosas en este género de forma exagerada. Aunque por ejemplo Superfumados me gustó mucho más en ese sentido.
Como fan de este tipo de comedias y viendo que los que no lo son la ponían tan bien, quizá me esperaba más. Seguramente ellos, se esperaban una basura y por eso la sorpresa. Personalmente me ha resultado entretenida y ligera, con alguna que otra cosa interesante y una pareja protagonista en la es patente la química.
Nota: 5'7