Día 5: El día de los análisis
Tardaba en aparecer la lluvia que anualmente pinta con más tristeza el Festival de Sevilla, hasta que en la 5ª jornada hizo acto de presencia. Era un martes muy movido desde dos puntos físicos diferentes: Por un lado, dos pases de prensa muy apetecibles con películas tanto de Michel Ocelot como de Ali Abassi y, por otro lado, las nominaciones a los EFA anunciándose a las 10:00 AM, con una importante representación española en varias de las categorías de estos premios. El día empezaba bastante movido.
A primera hora de la mañana llegaba la primera película de animación programada dentro de la Sección Oficial del SEFF. Se trataba de 'Le pharaon, le sauvage et la princesse', del legendario director francés Michel Ocelot, que en esta película vuelve a hacer de juglar cinematográfico para contar tres coloridos y rectos cuentos repartidos por la historia del mundo con un denominador común: El amor siempre llega para las personas que son nobles.
No hay trampa ni cartón en la obra de Ocelot. En esta película de episodios vuelve a quedar clara la intención fabuladora del veterano cineasta francés, a lo que suma un despliegue de versatilidad al darle a cada cuento un estilo visual definido y desmarcado de los otros. Siendo mucho mejor los dos primeros relatos que el tercero, las historias tienen mucha carga solemne y una clara vocación didáctica, que convierte a toda la película en una misma lección. La clave es que esto no se siente como algo impuesto, sino como una luminosa y estimulante posibilidad de disfrute.
Tras cosechar un par de horas antes 4 nominaciones a los EFA, 'Holy Spider' aterrizaba en el Festival de Sevilla en el pase de prensa de la media mañana. La primera mitad de la película es puro David Fincher, con esa sensación punzante que se tenía en 'Zodiac' en los momentos previos a los crímenes, y ahí la película es un portento. El problema llega cuando Ali Abbasi olvida el thriller y dedica una mitad entera a ser salomónico, sumergiendo la polémica en un pantano de conflictiva ética.
Parece que escapa al sentido común de Abassi que el feminicidio en la Irán post 11S no necesita de justificaciones para comprender su logística. No se requiere una gran carga de metraje para el blanqueamiento de la figura del asesino usando la purga religiosa como alegato. Es una decisión tan lícita como evitable. Abassi comentaba que escribiendo el guión, le despertaba simpatía la idea de profundizar en las motivaciones del villano, por lo que la intencionalidad es aquí evidente y deliberada.
Es una película potente y muy jugosa, que levantará ampollas ante la percepción de necesidad que se tenga al representar el por qué se mata en Oriente Medio o por qué, simplificando más el hecho, las prostitutas son un problema para la sociedad de aquella parte del mundo. El premio en Cannes a Zahra Amir Ebrahimi como actriz también resulta cuestionable, puesto que lejos de desmerecer una interpretación sobria e intrépida como una periodista de sucesos capaz de todo, aquí es el relato y un sensacional guión los elementos que incentivan su trabajo, y no al revés.
De la Sección Oficial por la mañana se pasaba a una sección paralela como Revoluciones Permanentes que siempre es una moneda al aire. A veces cae cara, y a veces cae cruz, y a veces la moneda se pierde antes de caer. Ni una década asistiendo a un festival de cine eximen a nadie de llevarse sorpresas tan indescriptibles como la de 'Hole In The Head'. No hay palabras para describir el inexistente sentido del que la película presume. Y la sala aplaudiendo al unísono. Algo así no se procesa a la ligera.
La película de Dean Kavanagh es absolutamente salvaje, pero desde la perspectiva caótica: La de no defender un eje, la de premiar la incoherencia o la de alzar la bandera de lo experimental. Su análisis es tan difícil como encontrarle un razonamiento común a la cinta. La representación de un trauma como pretexto para arrugar la pantalla con múltiples formatos, alterar un montaje que parece asfixiado por lo que la propia película presenta o estrangular el recurso del metacine hasta que solo queda la inopia. Para el que la compre.
En la última proyección llegaba por fin uno de los grandes títulos de esta edición. Rodrigo Sorogoyen volvía al Festival de Sevilla 4 años después de 'Madre', y la sensación que queda tras ver 'As Bestas' es la de que el madrileño es un cineasta en constante evolución profesional. Esa tensión que orbita en torno a algo que aún no te enseña la película, sobre lo que solo se puede especular, es santo y seña del cine de Sorogoyen. En 'As Bestas', el director español aterriza sobre la Galicia rural para teorizar sobre que a veces, ser un desgraciado obedece a algo justo y merecido en vida.
En uno de los mejores guiones del tándem Sorogoyen/Peña, la película manifiesta, de la mano de un gigantesco Luis Zahera (otro Goya a la colección, apúntelo), esa pequeña pero sistemática opresión local que aplican muchos hombres de campo en España hacia todo lo que estimen como amenaza, por pacífica que esta sea e incluso se desarrolle. Sorogoyen decide ser menos vistoso y más orgánico con la cámara, dejando el peso de la historia a cargo de un relato muy funcional, pero de tono algo menor a los que habitúan sus thrillers. No ha perdido ritmo, solo que ya no necesita esprintar tanto.
Muy interesante el retrato de la figura de la mujer en la película, donde los personajes femeninos parecen aguardar a la sombra del hombre, pero luego son las únicas que mantienen el norte con sus actos. Tres generaciones proyectando tres sentimientos diferentes: La del ímpetu moralista en la hija, la de la esperanza y la seguridad en la esposa (tremenda Marina Foïs) y la de la protección abyecta en la madre. Es una película de guión, con los subtextos bien marcados y con los puntos de giro bien apuntalados, pero no deja de ser una película de Sorogoyen. La angustia no se negocia.
Recta final del SEFF con los 4 últimos días de festival en el horizonte. Títulos como 'Close' o 'Aftersun' aguardan su momento, aunque es inevitable echar la vista atrás y entristecerse por lo rápido que pasa lo bueno. Mientras tanto, siguen sucediéndose las colas, las proyecciones llenas, los coloquios repletos con público inquieto y dispuesto a escuchar a cineastas hablar de sus obras. Sevilla sigue respondiendo a la llamada del cine europeo, aunque la propia organización haya dado de lado a la ciudad como enclave físico para celebrar actos de su competencia. Aquí no se necesita lo que otra mano priva. A las pruebas hay que remitirse.
That's what I say.
Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_
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