Enfilando el fin del primer tercio del festival, este domingo nacía con mejor clima en Sevilla, aunque no tanto como el de los exteriores del primer pase de esta 3ª jornada del Festival de Cine Europeo. Lucrecia Martel, una de esas directoras que cuentan con la bendición de los Almodóvar (le producen la película a través de su negocio, El Deseo), cuenta la historia de la figura de Diego de Zama, un oficial español que aguardó ser reconocido por sus méritos, alabanzas que nunca le llegaron. Esto es 'Zama'.

Ambientada en el siglo XVII, y basada en la novela existencial escrita por Antonio Di Benedetto en 1956 (la cual Lola Dueñas, actriz de la película, comenta que le fascinó), la película es un ejercicio arriesgado, por la complejidad que siempre tiene pretender hablar de identidades durante un metraje que roza las 2 horas, y ese error lo paga Martel. Su primer acto, repleto de burocracia, de vaivenes, de conversaciones poco intensas, resulta soporífero, y encima, cuando la película adquiere más fuerza, concluye.

La idea de tratar ese manido refrán de "el que espera desespera" eligiendo a Daniel Giménez Cacho es muy acertada. Está imponente y férreo en la contención, pero también luce roto cuando la historia más lo arrincona, dando incluso pie a un posible tour de force. No es una mala producción, pero desde luego Argentina tiene cosas mejores en su haber cinematográfico donde 'Zama' probablemente quede en un plano propicio para el olvido.

La situación de lamento por 'Zama' la iba a levantar sustancialmente Xavier Beauvois con 'Las guardianas', uno de los trabajos favoritos seguro a rascar algo en el palmarés del SEFF, y no porque sea un ejercicio brillante, sino porque es una de esas películas que encuentra éxito en la división de opiniones. La premisa es interesante, porque brinda una mirada al conflicto armado de la I Guerra Mundial pero desde la perspectiva del que espera, del que aguarda un regreso o una noticia fatal.

El problema es que el trato de personajes está mal gestionado, y las motivaciones, sus acciones y su desarrollo son un atropello en la historia. Si se les hubiese dedicado más tiempo, el drama de época habría sido a todos los efectos brillante, porque lo tiene todo para destacar: un cast impecable (sensacional Iris Bry), una dirección seria de Beauvois usando la paisajística campiña francesa y una partitura estupenda de Michel Legrand (otrora nominado por 'La academia'), una sinfonía a flauta que carameliza la escena.

El día no dio para más, pero no le debe importar al que mira al calendario y ve que al festival le quedan 6 días más. La dicha del que asiste es completa. Y además un lunes es menos lunes con Roberto de Paolis, un gran narrador italiano, y menos todavía con la que venden como "primera gran superproducción española", 'Oro', de Agustín Díaz Yanez, entre otras. Que el ritmo no pare no pare no (si es de alguien, créditos a el/ella).

That's what I say.

Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_