Guste o no guste, y aunque pueda sonar un tanto no sé ¿bizarro? leerlo, la franquicia de 'Crepúsculo' es una de las más importantes que por el momento ha dado el siglo XXI y a la altura de ESDLA o Harry Potter, si bien su prestigio es considerablemente menor al de las películas inspiradas en los originales de J.R.R. Tolkien y J.K. Rowling. Evidencia número uno. Y evidencia número dos, con razón al menos por cómo se ha mostrado en pantalla si bien lo uno no quita lo otro: ya sea para amarla o despreciarla (porque ignorar significa literalmente "ignorar"), ya sea para suspirar por cada gesto, mirada o centímetro de carne expuesto a la luz del sol del trío protagonista o ya sea para reírnos de esto mismo (como si nos pagarán a nosotros lo mismo que a ellos...), muchos son los que la hemos seguido desde el principio a lo largo de las cuatro películas ya estrenadas, más de las personas que por ejemplo se congregan en este país para hacer una llamada huelga general... Y expectación había mucha por parte de ambas facciones porque, como suele ocurrir, cuando uno ve empezar algo suele tener curiosidad por ver cómo acaba... y sinceramente, bien está lo que bien acaba: ha costado cuatro películas, pero a la quinta, por fin, los que tanto se supone que la hemos sufrido podemos darnos por crepusculizados: no diré que sea lo que se dice buena-buena, sin cortapisas... pero tampoco advertiré de algo que no hay por qué temer. Y después de las evidencias lo que puede que ya no sea tanto: la última entrega de la franquicia de 'Crepúsculo' es una "buena" película, con o sin las comillas depende del gusto y la pierna con la que nos hayamos levantado de la cama. A la quinta fue la vencida aunque para ello tuviéramos que "tragarnos" las anteriores, y más especialmente una cuarta entrega que de la misma manera que ocurría con la primera parte del capítulo final de la saga de Harry Potter viene a ser una mal necesario que beneficia sin duda a sus respectivas segundas partes por cuanto les permite, valiéndose de sus antecedentes, ser las entregas más dinámicas, efectivas, equilibradas, completas, concluyentes... y aptas para los que no son tan fans, punto de vista desde el que evidentemente estoy escribiendo (y sin olvidar, por supuesto, su intención evidentemente comercial). No hay mal que por bien no venga, y una vez olvidado, con el paso del tiempo y algo de terapia, el sufrimiento proporcionado con las entregas anteriores el buen sabor de boca dejado al final sirve como bálsamo para darnos a entender que, después de todo, la experiencia ha merecido la pena como cuando después de un partido lamentable nuestro equipo mete gol en el último minuto y el resultado nos incita a olvidar el resto... la importancia de un buen final, una impresión tan importante o más que la primera.
Existen al menos tres factores claramente distintos respecto a los anteriores títulos de la saga que hacen de esta una producción superior a sus antecedentes... o cuanto menos superior al poco grato, aburrido y muy empalagoso recuerdo que puede quedar de ellas. En primer lugar y como ya sé certificó en la anterior entrega, el argumento de la cinta no se sustenta en un triángulo romántico que de tan estirado resultaba cansino, sino en un elemento siempre latente pero secundario desde 'Luna nueva' que en esta se adueña de todo el filme dejando el factor romántico en segundo plano: el enfrentamiento contra los Vulturi... en segundo lugar el personaje de Bella, debido a su nueva condición, ha evolucionado permitiendo que la sosería tanto del personaje como de la amante del director de 'Blancanieves' se vea compensada, quién lo diría, con la calidez que aporta su redescubrimiento en primera persona de un mundo de sangre fría... y en tercer lugar, pero no menos importante por ello, la franquicia se encamina se supone hacia un teórico punto final (porque como ha demostrado George Lucas un final también es un principio...) que no le exige pensar en un mañana... no al menos de forma inmediata, y en donde brilla con luz propia una batalla bastante bien planteada y mejor rodada, tan efectiva, convincente y salvaje como la de un buen blockbuster y donde son unos cuantos los que, literalmente, "pierden la cabeza" (y me muerdo la lengua para no decir más).
Estos tres factores permiten entre otras cosas que, primero, el filme se expanda más allá de sus propios e impuestos límites, amplie su margen de maniobra y permita que sus secundarios tengan algo que decir y aportar; y segundo, que todo resulte mucho más trepidante de lo habitual... o trepidante a secas, si se prefiere ver así, donde la acción, tanto física como narrativa, toma una presencia mucho más relevante: mientras que en la Parte 1 todo en ella resultaba estiradísimo, una dilatación exasperante y tediosa de lo que bien contado no tendría por qué durar más de lo que dura un resumen de un episodio de True Blood, en la Parte 2 incluso por momentos parece que falta tiempo y la historia se atropella para poder encajar dentro de una misma duración. Esto además redunda en que si bien quien así lo quiera seguirá encontrando momentos en los que "poder reírse de ella", era inevitable (por ejemplo con la cara digitalizada de Renesmee...), el número y volumen de la mayoría de los tics destinados a poner en celo a sus fans más hormonalmente predispuestos a ello se han visto reducidos hasta un nivel mucho más humano, por llamarlo de alguna manera, sin que la cinta los necesite para sobrevivir o seguir avanzando. ¿Resultado? Un producto mucho más equilibrado, apto y no apto, y nada difícil de digerir. Los fans seguirán viendo en el brillo de sus ojos a los personajes que adoran y guiños no les faltan. A ellos van dedicados por ejemplo el final de la cinta (todo un homenaje que transmite muy bien lo que pretende), mientras que los no fans no encontrarán en ese mismo brillo un motivo para sumirse en la desesperación...
Esta última entrega de la saga no sólo es la mejor... también es directamente lo que podríamos considerar como una buena película, dicho sea sin comillas al menos dentro del espectro cinematográfico en el que se mueve donde incluso podría sacar algo de pecho, y nota. Dejando al margen la posible consideración de unos fans quienes supongo la disfrutarán bastante, y a los que todo sea dicho les debería de traer al fresco lo que se escriba o deje de escribir sobre ella, la cinta cumple de sobra con lo que cabe exigir de toda producción comercial con la ventaja de que no requiere de mayores explicaciones, que para eso ya está el resto de la saga, y hasta el punto de que, lo confesaré, incluso la he llegado a disfrutar como he podido no disfrutar otras producciones aparente y socialmente más decentes. Repito, disfrutar... ni he sentido que perdía el tiempo ni la he padecido, sino que la he disfrutado... e incluso me ha emocionado, sólo un poquillo y muy vagamente, pero igualmente susceptible de ser una verdadera emoción fruto de la película. Al fin y al cabo son cinco películas, cinco películas que todo aquel que se las haya visto las ha visto, evidencia número tres, y a las que de una manera o de otra se le coge algo de cariño. Si encima va y al final, aunque sólo sea al final, te regalan un buen postre que te hace salir del cine incluso con ganas de algo más... en fin, lo dicho, bien está lo que bien acaba, y 'La Saga Crepúsculo: Amanecer - Parte 2' es un buen final capaz de que incluso nos olvidemos de todo lo que la precede...
Nota:
6.5
Por Juan Pairet Iglesias
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hizo nuestro compañero Víctor Esquirol ahora hace un año.
Le doy un 5,5.