Día 6: Anodino, intrascendente y algo psicodélico
Quedan pocos metros para llegar a la meta de este festival. Los días han pasado este año con la misma rapidez con la que pasa la mejor parte de esa canción que te encanta. Miércoles, o lo que es lo mismo, quedan 4 días para que el SEFF eche el telón, y la jornada quedaba programada con películas que no ayudan mucho a sobrellevar el disgusto de que el sábado, el día donde el festival se cierra, respire en la nuca de los asistentes.
Desde Rusia y de muy buena mañana llega 'Dovlatov', la última película de Aleksei German Jr., el cual se paseó por este mismo festival 3 años atrás con 'Under Electric Clouds'. La película quiere generar en un ejercicio reflexivo un clima de comprensión y empatía hacia el a veces impotente mundo de la creación literaria, pero su guion se hace pedazos al estirar tanto ese tono depre y pesimista de su historia. En el fondo no deja de ser un desfile de personajes ilustres que no interesan, quedando vacía esa idea de no sucumbir ante la mecanizada sociedad rusa de los 70. Encima dura dos horas, por lo que ya no solo se sufre, sino que encima se aguanta.
Para el primer pase de prensa de la tarde se opta por una cinta que cuenta con una de esas narrativas denunciantes que tan bien le hacen al discurso histórico que este cine aportará a la historia. Desde Austria se presenta la película 'Joy' (que no tiene nada que ver con aquella castañita donde una empoderada Jennifer Lawrence vendía productos del hogar). 'Joy' comete lo peor que le puede pasar a una película de la categoría social que ostenta, que es que pase por delante con una intrascendencia constante. Es un retrato de la trata de mujeres negras y la prostitución vacío, sin matices ni colores. Otras potenciales lecturas poéticas o reivindicativas quedan bloqueadas por esa apatía.
Para finalizar el día se remontaría un poco el vuelo, aunque no ha sido así hasta prácticamente el último acto de la película. Los últimos 15 minutos de 'Pearl' arreglan una cinta que se adorna más en la fascinante psicodelia de su acabado técnico que en su historia. El trabajo visual es apabullante, siendo una candidata firme a alzarse con el galardón de Mejor Fotografía en este festival. Elsa Amiel coloca la cámara casi encima de los actores, usando el plano detalle para transmitir una sensorialidad imposible de esquivar. Nombre a apuntar el suyo al igual que el de Vidal Arzoni, el peque de la película, cuya ternura contrasta muy bien con su emoción y su potencia escénica.
En el día en el que Lars Von Trier ponía patas arriba el festival haciendo incluso abandonar la sala donde se proyectaba su película, la realidad más impactante y próxima es que el día 6 se acaba y que usted está leyendo esto en la mitad del día 7. El Festival de Cine Europeo de Sevilla es uno de esos lugares donde el dicho de que "lo bueno si es breve, dos veces bueno" no tiene ninguna cabida. Ojalá durara más, ojala fuese más lento, ojalá fuese cada mes. A disfrutar de lo que quede, no queda otra.
That's what I say.
Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_
Obra Sin Autor (es una obra de arte).
At War (otra vez brutal Brizé, vaya final más bestia).
El Silencio de Otros (imperdible, impresionante, inolvidable).
Ruben Brandt, Collector (una de las joyas de la temporada. Ocean's Twelve como si fuese animación cubista).
Close Enemies (thriller cojonudo con los tiempos muy bien marcados. Grandes Schoenaerts y Kateb).
Las peores:
Dovlatov (da pereza hasta hablar de ella. Insufrible).
Maya (una de las películas más mal interpretadas que he visto nunca).
Border (la flipada del festival. Se va a la ciencia ficción con un ex abrupto narrativo sorprendente).
The Happy Prince (sodomía gratuita).
Mención Especial a:
Tiempo Después (divertidísima película. Qué canalla es Cuerda).
Michael Inside (drama carcelario muy bien trabajado, sin ningún reproche).
Mektoub, My Love: Canto Uno (Kechiche siendo tan visceral como siempre. Su visión de la juventud es muy pura).
A mí me pareció una soberana mierda.
Es lo que tiene la absurdez.