Día 7: El canalla de Cuerda y el carnal de Kechiche
No por escribir la frase que viene al final de este párrafo introductorio se irá el pésame en forma de sentido que contiene en sí la susodicha. Su recurrencia le brinda una fuerza imparable, y como buen recurso tópico que es, siempre encuentra la forma de salir a la luz y no le importa que la impotencia y la pena sean las que invadan al que escribe estas líneas y de alguna manera también al que las está leyendo ahora mismo: El SEFF se va acabando.
Lo único que se puede hacer es estirar al máximo el tiempo que queda hasta que llegue el sábado, y la mejor forma es viendo las películas que todavía lucen en la programación del Festival de Cine Europeo de Sevilla. Una de las de ayer era la secuela inconfesa y oficiosa de esa obra magna que José Luis Cuerda firmó con 'Amanece que no es poco', que lleva por nombre 'Tiempo después' y que es de una canallesca excepcional.
Su distopía coral es un repaso burlón y vacilón al pasado y al presente de España con multitud de guiños y placeres para hacer las delicias del público, convirtiéndola en el rato más divertido y ameno de este festival. Roberto Álamo comanda esta comedia absurda que nunca se preocupa de sí misma y que se enorgullece de su cutrez. Aplaudo particularmente la visión que Cuerda tiene de la juventud: Todos hablamos como si supiéramos de todo, pero nunca hacemos nada.
Como plato fuerte de este último tramo junto a la 'Amanecer' de László Nemes, el festival ponía como un título de la Sección Oficial pero sin chance de competición el último trabajo del exquisito cineasta franco-tunecino Abdellatif Kechiche, llamado 'Mektoub My Love: Canto Uno', una película que debe entenderse como el suelo de una casa aún por construir, dado que es la primera parte de lo que se presupone una trilogía.
La cinta es visceral, explícita y muy carnal. Kechiche explora la mente juvenil con una dirección y una narrativa volcánicas donde no se para nunca de hablar y de divagar, usando casi un tono documental. Está claro que el cine de Kechiche requiere una inmersión completa en la historia tal y como el propio director comentaba en el coloquio de después de la proyección. Su mirada a la generación de jóvenes en camino de ser adultos es pura, casi quirúrgica y muy personal. Es un filme que no dejará indiferente.
El antepenúltimo día de esta 15ª edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla llega a su fin y parece que no queda nada por descubrir en estos dos últimos días, pero nada más lejos de la realidad. El año pasado se pudo ver el último día una de esas joyas como lo fue la británica 'Pin Cushion', una película que llegaba sin hacer ruido y apenas interesar pero que provoca una sensación que perdura incluso un año después. Eso también es parte del encanto de este SEFF, el de que hasta el rabo todo es toro.
That's what I say.
Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_
Obra Sin Autor (es una obra de arte).
At War (otra vez brutal Brizé, vaya final más bestia).
El Silencio de Otros (imperdible, impresionante, inolvidable).
Ruben Brandt, Collector (una de las joyas de la temporada. Ocean's Twelve como si fuese animación cubista).
Close Enemies (thriller cojonudo con los tiempos muy bien marcados. Grandes Schoenaerts y Kateb).
Las peores:
Dovlatov (da pereza hasta hablar de ella. Insufrible).
Maya (una de las películas más mal interpretadas que he visto nunca).
Border (la flipada del festival. Se va a la ciencia ficción con un ex abrupto narrativo sorprendente).
The Happy Prince (sodomía gratuita).
Mención Especial a:
Tiempo Después (divertidísima película. Qué canalla es Cuerda).
Michael Inside (drama carcelario muy bien trabajado, sin ningún reproche).
Mektoub, My Love: Canto Uno (Kechiche siendo tan visceral como siempre. Su visión de la juventud es muy pura).
A mí me pareció una soberana mierda.
Es lo que tiene la absurdez.