La 2ª jornada del Festival de Cine Europeo de Sevilla trae consigo una particularidad única, ya que es el único día que se repite a lo largo del evento; el sábado. El de la semana que viene será el último coletazo del SEFF, el día final, pero como para eso queda mucho, la prioridad y lo que atañe al análisis es el de esta semana, la cual está a punto de terminar una vez se eche el cierre este domingo.

En una mañana climáticamente engañosa, pues lucía el sol pero corría una desagradable brisa, el primero en probar suerte era el francés Eugène Green. Hace dos años, Green presentaba 'La Sapienza' en el SEFF, y la impresión causada fue la de ser un señor cuyo cine es una clase de arte preciosa impartida de una manera muy muy muy muy lenta, y así es imposible en esto de los festivales, y menos cuando el pase está programado nada más y nada menos que a las 08:45.

Un poco más de dos horas más tarde, y también desde Francia, se proyectaba el segundo film del día. El título en inglés ('Miss Impossible') es acertado, pero el francés hace un plausible honor a la película. 'Jamais Contente' (una cinta muy parecida a la 'Incompresa' de Giula Salerno del 2014), es la historia de Aurore, una chica en una cruzada perpetua contra su propia vida, que siempre está echando humo, que nunca está contenta. Era necesario que esto lo reflejase el cine, una oda a esas personas que se hacen querer a pesar de ofuscarse con el mundo.

Todos hemos sido presos de nuestros enfados y dueños absolutamente anárquicos de nuestra soledad. Lèna Magnien (Aurore) canaliza con un carisma sorprendente en su personaje este torbellino de naturaleza imparable. 'Jamais Contente' es una película de corte ramplón, sin ningún pretexto estético ni convicción de calar, pero es de las cintas más llevaderas que se van a poder ver en el SEFF. Además, tiene un soundtrack rockero y potente, tanto que a José Mercé le encantaría ver el final de la película (no intenten comprenderlo, véanla).

A las 17:30 se concentraba en la sala 2 de los Cines Nervión Plaza la que de momento es la mejor película que esta página ha visto durante el certamen. El honor recae en Dinamarca, concretamente en 'Krigen (A War)', uno de los varios dramas bélicos que se van a poder disfrutar este año entre las diferentes secciones del festival, pero única y distintiva en su naturaleza, su proceso y su acabado.

Pocas veces se ha exprimido tanto a un espectador en un visionado como en el del film de Tobias Lindholm. 'Krigen (A War)' es un viaje tenso y doloroso a lomos del Comandante Petersen (Pilou Asbaek, que ha estado en las 3 películas que ha hecho el director danés) hacia un destino en el que profesionalidad y ética se pisan entre sí. Una especie de descenso a los infiernos culminado en un final que asfixia en torno a conocer una decisión: culpable o inocente. La Guerra de Afganistán sirve de contexto para una película diseñada en pos de retorcer y purgar la moral de propios y extraños.

El rigor profesional, la protección y el velar por un compañero y la familia convergen como elementos narrativos en lo que supone una película relatada a pulso, vibrante a la par que violenta, que enfanga a más no poder cualquier límite moral en ámbito bélico. Una de esas películas que reconcilian con el género después de dar bandazos en busca de un drama decente. Son listos los daneses, ya que esta es la candidata a representarles en los Óscars.

Cernida ya la noche sobre los aledaños del Estadio Ramón Sánchez Pizjuán, lugar vecino de los Cines Nervión Plaza, una propuesta curiosa asoma por el penúltimo tramo horario de la jornada. De manufacturación finlandesa, 'El día más feliz en la vida de Olli Mäki' (Hymyilevä mies) demuestra dos características identificadoras del cine de esta región nórdica; el talento en la alternancia de emociones en estados de ánimo y el gusto por el filtro blanco y negro.

La película, mareada entre la comedia y el drama, es un biopic deportivo en torno a la figura de Olli Mäki, cuyo parecido físico con el actor que lo encarna, Jarkko Lahti, es asombroso. En ella se establece una relación irónica entre el final de la misma y el título de la cinta, en un claro juego de palabras. La moraleja del relato es que a veces, en la derrota se haya la victoria, un mensaje inteligente a pesar de la decepción que supone el clímax de la película, la cual fomenta con amor, boxeo y zona de confort la llegada de dicho momento.

Con las luces más encendidas y el personal más agotado que nunca se abren las puertas de la última película de este sábado. La alegría invade el rato pre-visionado, porque la película es española, y porque el que se haya informado sobre ella sabe que el hype es importante. Se trata de 'La mano invisible', adaptación cinematográfica de la obra literaria del sevillano Isaac Rosa, y cuya idea es potentísima, pero su factura audiovisual carece de la chispa que rebosa en el papel impreso.

El relato, curtido en la generación de innovaciones de la segunda década del siglo XXI que inició 'Black Mirror', constituye una crítica soez al mercado laboral. Es incisiva y va a degüello con la tiranía abusiva de las empresas. Poco que añadir a una idea sobresaliente, salvo que esto es cine, y hace falta más que un buen guión (o adaptación en este caso) para convencer. A nivel técnico, el contar con un solo escenario acorta la posibilidad de brillar en aspectos fotográficos o realizadores. Lo mejor sin duda es el rendimiento del reparto coral, cuya naturalidad luce pura y casi inherente.

De igual forma, hay que reconocer el riesgo de hacer cine a partir de una idea como la de 'La mano invisible'. Es una tarea ardua darle forma cinematográfica, y lo normal era haber creado un desastre, pero a David Macián, director del film, le sale un trabajo decente y aceptable. Precisamente aceptable es la palabra que de momento podría definir este SEFF. Aceptable a nivel de media en las proyecciones, sin ninguna basura y sin ninguna obra de arte, aceptable a nivel organizativo, con cosas mejorables como las colas y aciertos como el trato del staff, y aceptable a nivel climático, con lluvia y frío a la par que sol y calor. Seguiremos informando.

That's what I say.

Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_