Capítulo III: Cuestión de estilo
A menudo todo se resume en una cuestión de estilo. Por ejemplo, el del novelista Dennis Lehane quién con 'La entrega (The Drop)' se adapta por primera vez (y con muchísimo respeto) a sí mismo. El belga Michael R. Roskam resuelve su debut norteamericano con la misma solvencia y credibilidad con la que resolvió su debut, 'Bullhead'.
Un título relativamente "menor", más bien sencillo y tirando a humilde que no brilla de forma particular en ningún aspecto, ni que tampoco destaca de entre los de su especie, si bien su solidez a todos los niveles, decirle adiós a James Gandolfini y el constante fluir de pequeños detalles garantizan un grado óptimo de satisfacción.
Roskam intenta ser discreto ahí en donde Susanne Bier intenta todo lo contrario, realizadora que en 'En chance til' lleva hasta el extremo su obsesión por el porno dramático (en el peor de los sentidos). Incluso uno de sus personajes la describe indirectamente como algo "descabellado", sin que quede claro hasta que punto es consciente la realizadora de lo ridículo que puede ser su desprecio hacia la raza humana.
Y es que Bier no se cansa de arrojar mierda y más mierda (sobre mierda) a sus personajes, en especial al popularmente conocido como Jaime Lannister, en una bacanal culebresca cuyo exceso de miserias ahoga por completo el impacto de las mismas. Indudablemente entretenida, pero tan desfasada y pasada de vueltas que cae de lleno en el terreno de la parodia (suponemos que) involuntaria, que a saber.
Cuanta diferencia encontramos respecto a la verdaderamente impactante 'The Tribe', una de esas películas llamadas a dar mucho de que hablar, a generar todo tipo de posiciones encontradas y a perdurar en la memoria de por vida, lo que la convierten en una obra "imprescindible" tanto para lo bueno como para lo malo, tanto para sus fans como para sus detractores.
Para quien esto suscribe una de las sensaciones cinematográficas más auténticas, salvajes y magistrales de la temporada, también una de las más exigentes para con el espectador. El debutante Myroslav Slaboshpytskiy da un golpe sobre la mesa con este fascinante ejercicio de estilo sin diálogos, sin subtítulos, sin banda sonora y sin concesiones que está construido sobre todo tipo de (brillantes) planos secuencia, en apariencia con un hilo argumental deshilvanado y caprichoso que acaba por tomar forma en un clímax brutal. Algo más de dos horas de "experimento artístico" que en una palabra resultan magnéticas... para quién logre entrar en una experiencia que, desde luego, no es ni para todos ni para todas.
Después de este "evento" difícil papeleta se le presentaba a la relativamente fallida 'The Casanova Variations', una ida de olla grandilocuente y recargada demasiado pagada de sí misma, lo que la conduce a una excesiva duración de dos horas que acaba pesando en contra de sus incipientes valores. Y es que tras una primera mitad muy interesante, el filme, empieza a retorcerse sobre sí mismo, sin aportar nada que no haya aportado ya salvo la presencia de John Malkovich, en una especie de 'Quiero ser como Malkovich' operístico y acartonado .
Para rematar la jornada 'La chambre bleue', nuevo filme protagonizado y dirigido por Mathieu Amalric que a pesar de durar tan sólo 75 minutos se hace largo y un tanto pesado, lo que nunca es buena señal. Y es que a pesar de la agilidad con la que Amalric dota al filme este carece de intensidad, de nervio, mostrándose como un ejercicio de estilo fútil e incapaz de emocionar, de impactar, de estimular. O lo que es lo mismo, tiende a la indiferencia a pesar de la validez de una propuesta para nada desechable.
Continuará...
Por Juan Pairet Iglesias
Veo que la podría recuperar en Sitges. Pero es eso, son 200 minutos muy complicados de encajar en el calendario. Aunque me la apunto como plan B, que nunca se sabe.
Me quedo mucho antes con 'Relatos salvajes', que es un filme que a nivel popular es mucho más fácil que guste. De hecho a 'Magical Girl' no le auguro una carrera comercial brillante por más que, ahora mismo, podamos dar por sentado que aspirará a unos cuantos Goyas.
Ya, claro, Relatos salvajes tiene más números para hacer mucha mejor taquilla. Pero Magical Girl está ganando notoriedad, y que el productor de la primera diga eso de una directa competidora me parece bastante sorprendente y refrescante. Yo tengo serias dudas de que la argentina me guste ni parecido a la de Vermut, pero habrá que verla.
Por otro lado la notoriedad que pueda estar alcanzado la veo igualmente reducida a un ámbito muy cinéfilo, de San Sebastián por ejemplo a mí me han preguntado mismamente por 'Relatos salvajes' o 'La isla mínima', pero no por 'Magical Girl'.