La ópera prima de Myroslav Slaboshpytskiy es una de esas películas llamadas a dar mucho de que hablar, a generar todo tipo de posiciones encontradas y a perdurar en la memoria de por vida. Lo que la convierte, en efecto, en una obra "imprescindible", tanto para lo bueno como para lo malo; tanto para sus muchos fans como para sus no menos detractores.

Para quien esto suscribe, 'The Tribe' es una de las sensaciones cinematográficas más auténticas, fascinantes, impactantes, extremas, perturbadoras y salvajes de los últimos años. También, una de las más exigentes para con el espectador. Una película que te atrapa, te sorprende y te absorbe del primer al último fotograma de forma serena pero contundente.

Slaboshpytskiy da un golpe sobre la mesa con este fascinante ejercicio de estilo sin diálogos ni subtítulos, sin banda sonora ni concesiones que está construido sobre todo tipo de (brillantes) planos secuencia. En apariencia, a partir de un hilo argumental deshilvanado y caprichoso que sin embargo acaba por tomar forma en un clímax... brutal. Inolvidable y brutal.

Algo más de dos horas de "experimento" artístico, narrativo y dramático que por resumirlo de alguna manera, resultan hipnóticas y magnéticas... para quién por descontado logre entrar en esta paciente experiencia inmersiva llamada 'The Tribe' que, desde luego, no es ni para todos ni para todas; ni tampoco para sus muchos fans ni para sus no menos detractores.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex