Desde que el genio de Pixar esponsorizara el nuevo maná de la animación con la aplicación de las técnicas digitales, muchos son los que han intentado hacerse de oro con ella. Y mientras que Pixar, mejor que nadie, ha sabido entender aquello de que para que un bonito envoltorio luzca tiene que estar relleno de algo igualmente sabroso para no dejar caer el desánimo entre sus espectadores, algunos otros han seguido el camino algo más gratuito del recurso fácil y el juego del artificio pirotécnico. Pues bien, si Pixar es el indiscutible maestro de la animación moderna, Sony Animation se presenta como el alumno aventajado, algo de lo que ya dio muestras con su también notable anterior propuesta 'Locos por el surf'.

'Lluvia de albóndigas' podría valer como la perfecta definición de lo que significa la simpatía. Ya desde su primer fotograma, desde su primer gag (y el cual tiene lugar incluso antes de la película… antológico), es tal la simpatía que despierta que es imposible no caer rendido ante esta notable cinta que sabe apreciar que un film para todos los públicos no tiene por qué ser necesariamente infantil o infantiloide. Aunando una factura técnica excelente, un guión sólido, un ritmo envidiable y con el buen rollo por bandera, el resultado de su visionado es tan sumamente gratificante que no hay otra opción que salir de la sala con una sonrisa de oreja a oreja.

Después de unos años en los que por momentos parecía que el cine para todos los públicos, y en particular el de animación, no tenía muy clara su condición y se dedicaba a presentar propuestas en algunos casos irrisoriamente estúpidas, en este año 2009 parece que algo ha cambiado. 'Up', 'Los mundos de Coraline' o la propia 'Lluvia de albóndigas', y por citar sólo tres ejemplos, presentan propuestas que escapan a todas luces del gueto de la animación para presentarse como verdaderas obras del séptimo arte a tener en consideración en cualquier grado. De Pixar no sorprende, y aunque de las otras dos su condición animada sea fundamental para entender sus intenciones y resultados, lo uno no quita lo otro. 'Lluvia de albóndigas' suma así su nombre a la respetable lista de lo mejor del año, y lo hace por méritos propios.

Centrándonos en la que ahora nos ocupa, la cinta básicamente nos cuenta la misma historia de siempre (y es que no nos engañemos, es algo inherente al cine animado comercial), pero es tal la maestría con la que está contada que no deja igualmente de deslumbrarnos con su devenir mientras que, por el camino, además es capaz de sortear con mucho acierto algunos de los grandes males del cine de animación más vacuo e intrascendente. Todo ello, por supuesto, envuelto en un bienintencionado mensaje que por otro lado no resulta para nada indigesto. Y es que 'Lluvia de albóndigas' resulta una inteligente e ingeniosa propuesta, comedida, realizada con mucho mimo y con una planificación visual y narrativa de primer orden, y un título para recordar y al que hay que reservarle un puesto de honor en el corazoncito cinéfilo. En suma, a un servidor le ha recordado en resultados a 'El gigante de hierro', aquella obra maestra incomparable con cualquier otra cinta de animación que no supere un mínimo de exigencia, ahí es nada.

Resumiendo, 'Lluvia de albóndigas' es una auténtica delicia, una joya de la animación que demuestra que en Hollywood aún queda un reducto de talentosos artistas que, a la par que presentan producciones comerciales, son capaces de satisfacer con ellas las pretensiones de su público, y más allá. Una producción sumamente entretenida y que presenta algunos gags antológicos, tan apta para niños como lo es para los adultos, y una de las mejores opciones para recuperar la magia a través de los ojos de una pantalla de cine. Y encima, en sabrosísimo 3D, ¿se puede pedir más? Eso sí, mejor acudir a la sala con el estómago bien lleno, o si no se corre el riesgo de convertir la experiencia en una pesadilla gastronómica...

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex