Capítulo II: Las deudas son sagradas
Las deudas son sagradas. Y las deudas hay que pagarlas. Siempre, de una u otra manera. Las deudas son el recurso más básico con el que poner a prueba la moral de cualquier persona. Y las más valiosas son las verdaderamente personales en las que no media el dinero, las de hoy por ti y mañana por mí.
Y de eso va el día de hoy, de la deuda contraída por ejemplo entre los dos principales protagonistas de 'Los héroes del mal', dos teóricos marginados que encuentran en su amistad la clave de su supervivencia (anti)social. Y todo es tan bonito, al menos hasta que todo deja de serlo y hay que pasar de las palabras a la sangre.
A uno se le viene a la cabeza la ambigüedad indiscreta de 'El club de la lucha' como virtual padre de familia. La ópera prima de Zoe Berriartúa es de una anárquica y nihilista tosquedad adolescente. Sin elegancia, pero con esa marca España tan pasada de rosca propia de su productor, Álex de la Iglesia, en donde los niveles de picaresca, burla y orgullo patrio se entremezclan sin solución de continuidad. Una obra claramente primeriza, irregular y algo inconsistente, pero a la vez tan forzadamente tragicómica que resulta de lo más simpática.
Y algo más que simpática -aunque en sentido opuesto- resulta 'La deuda (Oliver's Deal)', buen thriller dramático que, bajo su aparente corrección formal, entrega una obra mucho más sentida que el habitual cliché genérico para lavar conciencias con el que (intentar) llenar taquillas, en particular gracias al provecho que le saca el director de fotografía Bjørn Ståle Bratberg de la orografía del Perú.
Una obra "social" en contra del capitalismo despiadado -por supuesto- que entrelaza tres historias y que, con ecos al 'Babel' de Alejandro González Iñárritu o al 'También la lluvia' de Icíar Bollaín, combina en una sola dosis la efectividad de ambos títulos. Quizá no tanto a la hora de revolver conciencias, replantearse tus inversiones o alumbrar un nuevo modelo de vida, pero sí a la hora de entretener con una elegancia y finura no siempre tan resuelta en el cine con tan clara vocación internacional.
Otra "deuda" es la que motiva al personaje de Víctor Clavijo en 'Sicarivs: La noche y el silencio', un asesino a sueldo que, no se sabe muy bien por qué, le perdona la vida a su próximo objetivo, lo que le permite al novel Javier Muñoz replantear por completo el leitmotiv del asesino reconvertido en objetivo a través de una sencilla premisa: Sé más rápido que ellos.
Una gratísima sorpresa a la altura de la mejor versión de Enrique Urbizu, hasta ahora uno de los pocos que había sabido sacar verdadero partido del cine negro rodado en español en los últimos años. Un notable y estilizado ejercicio de estilo de turbia y densa atmósfera adereza, a su vez, con la melosa voz en off en primera persona del propio Clavijo. De argumento simple, seco, pero efectividad máxima y ajustadas dosis de violencia, en una de las primeras candidatas a optar al galardón a la mejor película del festival.
Y para rematar el día el telefilme francés 'Santuario', producción para televisión con mayor empaque que muchas producciones "más serias" que, a modo de crónica periodística, recoge los intentos diplomáticos franceses por poner paz entre España y ETA a mediados de los años 80. Una producción fría, que huye del maniqueísmo (con acierto) y presenta un punto de vista bastante neutral y constructivo, evitando por completo (parecer) estar sujeta a una intención política (como la mediocre 'Lasa y Zabala').
Una producción ejemplar a la que sólo podemos echar en cara sus autoimpuestas limitaciones de formato que le impiden mirar de tú a tú a filmes como 'El dilema', pero que al igual que 'Carlos' eleva su condición con una buena letra y pulso que ya quisieran para sí mismos muchos supuestos "largometrajes"...
Continuará...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
No entiendo exactamente a qué te refieres.
Os habéis ido de Málaga sin probar pescaíto?
Hemos comido un poco de todo, y también lo que nos ha salido de los mismísimos. Pero es algo que no tiene por qué tener cabida en las crónicas.