Las deudas son sagradas. Y las deudas hay que pagarlas. Siempre, de una u otra manera. Las deudas son el recurso más básico con el que poner a prueba la moral de cualquier persona. Y las más valiosas son las verdaderamente personales en las que no media el dinero, las de hoy por ti y mañana por mí.

En 'Sicarivs: La noche y el silencio' Víctor Clavijo interpreta a un asesino a sueldo muy profesional que no se sabe muy bien por qué (al menos hasta el final) le perdona la vida a su próximo objetivo, lo que le permite al novel Javier Muñoz replantear por completo el leitmotiv del asesino reconvertido en objetivo a través de una sencilla premisa: Sé más rápido que ellos. Mata o muere.

Una gratísima sorpresa a la altura de la mejor versión de Enrique Urbizu, hasta ahora uno de los pocos que había sabido sacar verdadero partido del cine negro rodado en español en los últimos años. 'Sicarivs: La noche y el silencio' es un notable y estilizado ejercicio de estilo de turbia y densa atmósfera adereza, a su vez, con la melosa voz en off en primera persona del propio Clavijo.

De argumento simple, seco, pero efectividad máxima y ajustadas dosis de violencia. Una pequeña gran película que automáticamente se posiciona como un futuro filme de culto a la altura de los mejores clásicos internacionales.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex