Que se encargue la diplomacia
Vía Festival de Cannes
por reporter 22 de mayo de 2010
El reto del día es... pronunciar a la primera, de forma correcta y sin atragantarse el nombre del director tailandés Apichatpong Weerasethakul. Imposible, verdad? Pero peor pintaba aún su presencia en La Croisette, ya que recordemos, su país de procedencia está plenamente sumido en el caos, merced a las sangrientas luchas entre el gobierno y el movimiento de las “camisas rojas”.
Al final, las fuerzas diplomáticas francesas se han anotado un gran tanto (de paso recuperándose un poco después del fiasco el caso de Jafar Panahi) consiguiendo que Weerasethakul pudiera coger un avión dirección a Francia para presentarse a última hora en Cannes. La razón de tanta insistencia es una de las grandes apuestas de la organización para la Sección Oficial a Competición. Es 'Uncle Boonme Who Can Recall His Past Lives' (que traducido sería algo así como “El tío Boonme, que puede acordarse de sus vidas pasadas”).
La película, una de las más aplaudidas en lo que llevamos de certamen, es una propuesta radical y arriesgada; una experiencia sensorial casi indescriptible. Algo próximo a un acercamiento obsesivo a la cultura y espiritualidad tailandesa, con temas de fondo tan universales como la vida y la muerte, que de paso se salta todo tipo de barreras lógicas. Un filme definitivamente diferente, de los que en parte da sentido a este tipo de celebraciones cinematográficas.
Algo parecido podría decirse de 'Hors la loi' (“Fuera de la ley”), del francoargelino Rachid Bouchareb. En este caso no hablamos de un producto que se aleja de todo tipo de convencionalismos, pero sí de una cinta que trae consigo la bendita polémica -¡un clásico!-. La prueba más palpable de ello son las fuertes medidas de seguridad que se han tenido que poner en marcha para la proyección del filme. Y es que una película sobre la independencia de Argelia cuando hay ahora mismo tantas fricciones sociales entre la comunidad francesa y argelina, lleva la palabra “problemas” escrita en la frente.
Efectivamente, un grupo de manifestantes que acusan a la película de ser anti-francesa han hecho subir la temperatura unos cuantos grados, pero afortunadamente no ha habido que lamentar ningún incidente. Y eso que la cinta al final ha cumplido los pronósticos, no cortándose un pelo a la hora de plantear un tenso debate sobre la memoria histórica, y las responsabilidades de la nación gala con respecto a las barbaridades que cometió durante su etapa colonialista. Un debate doloroso para algunos por aquello de reabrir viejas heridas, pero un debate al fin y al cabo necesario... como la propia película.
Con tanto ajetreo, casi ha pasado desapercibida “la tercera en discordia”, la surcoreana 'Hahaha', de Hong Sang-soo, que a pesar de su risueño título, tiene más de drama que de comedia. El argumento, que trata sobre unos amigos que se reúnen para compartir sus últimas vivencias, tratando siempre de omitir los malos recuerdos (alguna razón habrá...), habla por sí solo.
Donde se ha vuelto a armar ha sido en uno de los anuncios más sonados en lo que llevamos de festival. Todos sabemos que el 3D aplicado al cine, al que se le está dando tanto bombo, parece haber vuelto para quedarse. Una lección que la industria quiere aplicarse de verdad... tanto que ni el porno ha podido negarse a tan lucrativa tendencia. Como lo oyen, el productor especializado en este tipo cintas Marc Dorcel ha presentado con pleno orgullo la primera película erótica tridimensional. Mentes calenturientas de todo el planeta... hoy se ha cruzado otra frontera.
Click aquí para más información
A destacar lo del porno 3-D. Y al tailandés lo bautizamos cariñosamente como "Pisha" y a correr.