Hace unos meses, cuando los medios informaron que Sofia Coppola estaba dirigiendo un remake del film de Don Siegel 'El seductor' ('The Beguiled' en VO), gran parte de la crítica y la cinefilia recibieron la noticia con cierta hostilidad. Como es sabido, pocos remakes de grandes clásicos consiguen vencer la sombra de su obra original. Y, en efecto, la película estrenada esta mañana en el Festival de Cannes no iba a ser la excepción de la regla. Sin embargo, aunque Coppola haya perdido el pulso con el largometraje que Clint Eastwood y Geraldine Page protagonizaron en 1971, es muy interesante analizar las razones de Coppola sobre la elección de esa película en concreto, así como las escasas alteraciones que la cineasta ha tenido que idear para colocar su sello en la historia.

Sin entrar en detalles que hagan spoilers al lector que no haya visto el film de culto de los setenta, comentaremos que 'El seductor' tenía lugar en una Virginia conservadora en tiempos de la Guerra de Secesión. Cerca de una mansión habitada por Gerdaldine Page y sus respectivas hijas (pequeñas y adolescentes) aparece un soldado (del bando opuesto) al borde de la muerte. Haciendo honor a sus piadosas creencias cristianas, las sureñas caritativas sanan al enemigo y le acogen en casa hasta que se recupere. A partir de ese momento el militar convaleciente se convertirá en el pasatiempo de todas ellas. Pues, después de la muerte del paterfamilias en el frente, ningún hombre había entrado en el hogar. Así, el conflicto estalla con la llegada del desconocido: su presencia les anima a participar en un juego de seducciones basado en una carrera por ser la primera en cazar al combatiente.

De vuelta a la directora que nos atañe, diremos que el cine de Sofia Coppola saca a la luz la naturaleza oculta de las personas cuando estás se hallan atrapadas en un lugar con el que no empatizan lo suficiente para considerarlo su hogar. Desde los hoteles de 'Somewhere' y 'Lost in Translation' hasta las casas de los famosos donde robaban los protagonistas de 'The Bling Ring', los personajes de Coppola entablan un vínculo no afectivo con el espacio que les rodea. De este modo, tras su debut 'Las vírgenes suicidas' y 'Maria Antonieta', 'La seducción' (también 'The Beguiled' en VO) se convierte en la tercera película de la neoyorquina que explora las desavenencias de una comunidad encerrada –concretamente, un grupo de mujeres–.

En este sentido, no nos sorprende que la hija de Francis Ford Coppola haya copiado los diálogos de Siegel palabra por palabra. Como decíamos, aunque la nueva versión sea inferior a la primera, las obsesiones de Coppola se adhieren perfectamente a la trama de ese film rodado cuatro décadas atrás. Tan sólo existen dos cuestiones que diferencian una película de la otra. Por un lado, la directora de 'A Very Murray Christmas' ha eludido el significativo trasfondo racial que se apreciaba en Siegel al descartar el personaje de la doncella negra que explotaban en el matriarcado. Y, por el otro, Coppola ha añadido mucho metraje de escenas que reflejan la atmósfera fría y malsana de ese lugar. Con 'La seducción' Sofia Coppola se abre a un público más amplío sin renunciar a los temas e inquietudes que ha tratado durante todos estos años desde que debutó como cineasta en 1999.

Otro día, más.

por Carlota Moseguí
@carlota_mosegui