Turquía rompe la hegemonía suramericana en Berlín
Hubo tiempo hasta el último momento para que grandes figuras del mundo del cine (sin importar los círculos que les rinden culto) desfilaran por la alfombra roja. Fue el caso del prolífico Michael Winterbottom con su desgarradora 'The Killer Inside Me' o el de Gerard Depardieu con su último trabajo hasta la fecha: 'Mammuth'. Pero quedarán en la memoria de esta 60ª edición de la Berlinale por lo ya comentado, por haber traído al certamen caras bonitas (a las mencionadas sumaríamos las de Casey Affleck, Jessica Alba, Kate Hudson, Elias Koteas, Bill Pullman...).
La razón de esta relativa caída en el olvido es debida a que la entrega de premios se celebró poco después de la presentación de esos tres filmes. Por lo visto el jurado presidido por Werner Herzog ya tenía claras sus preferencias antes de la última jornada. La gran cuestión estaba en ver si se rompía la hegemonía de las filmografías suramericanas en el festival. Y así ha sido, pero tampoco se ha dejado de lado la permanente voluntad en este tipo de celebraciones de dar un pequeño empujoncito a las industrias que por su procedencia o por el tipo de discurso que destilan, suelen pasar más desapercibidas a los radares cinéfilos. Si a ello le sumamos las excelentes críticas que recogió el broche final a la trilogía de Yusuf, no debe sorprender en exceso que este año el Oso de Oro haya ido a parar a Turquía.
Así pues, por una vez parece que no habrá excesiva polémica, ya que como hemos dicho, pocas fueron las voces que se alzaron en contra de 'Bal (Honey)', de Semih Kaplanoglu. Más morbo (por aquello de arrestos domiciliarios, por nada más) trae el Oso de Plata al mejor director. Por razones obvias no pudo subir al escenario a recoger su nuevo trofeo, pero a Roman Polanski, que cautivó con su 'El escritor', ya nadie le quita el mérito. Tampoco lo harán con Florin Serban, cuya 'Si quiero silbar, silbo' y su Gran Premio del Jurado han venido a confirmar que lo de Rumanía y Cristian Mungiu no fue flor de un día.
En cuanto a los intérpretes, se confirmaron las previsiones “Herzogianas” ya que 'Kak ya provel etim letom' ("Cómo terminé aquel verano”) no se fue de vacío, al conseguir el Premio al Mejor Actor, compartido por su formidable pareja protagonista, compuesta por Grigoriy Dobrygin y Sergei Puskepalis... aparte del Oso de Plata a la Contribución Artística Sobresaliente, que fue para el director de fotografía Pavel Kostomarov. Por su parte, Shinobu Terajima se hizo con el Premio a la Mejor Actriz por su trabajo en la durísima 'Caterpillar'.
Por último, la china 'Tuan yuan' (“Separados, juntos”) se ha hecho con el galardón al Mejor Guión, mientras que el Premio Bauer fue para Florin Serban por 'Si quiero silbar, silbo', y la Mejor Ópera Prima fue 'Sebbe'.
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Ya está arreglado. +1
"Cuando le he dicho que era una pena que no estuviera con nosotros, me ha dicho que aunque hubiera podido no hubiera venido, ya que la última vez que fue a un festival a recoger un premio, acabó en prisión".
No he seguido esta Berlinale como quería pero al menos un poquito más que otros años. Ahora a esperar a Cannes y felicitar a reporter