El cine alemán no levanta cabeza en la Berlinale
No hay manera. De momento los intentos de la industria cinematográfica alemana de “apoderarse” de la Berlinale habían dejado indiferente al respetable. Hasta hoy. Hoy el público ha dicho basta, y le ha dedicado un sonoro abucheo a 'Jud Süss', cinta de Oskar Roehler que trata sobre el rodaje de la película orquestada por Joseph Goebbels y que supuso una de las mayores campañas anti-semitas del régimen nazi. Será que los alemanes ya están cansados de oír siempre lo mismo. Será que simplemente el filme es un absoluto y aburrido despropósito. Sea como fuere, queda claro que este no es el año del cine germano en el Festival de Berlín.
Tampoco le ha ido demasiado bien a una cineasta con pedigrí (por aquello que ganó el Oso de Oro en el año 2006). La directora bosnia Jasmila Zbanic ha presentado en sociedad 'Na Putu' (“En el camino”), una de esas películas difícilmente criticables por el mensaje que promulgan (en este caso, los peligros del fundamentalismo religioso... al igual que el carcelario, un tema recurrente en esta Berlinale), pero también difícilmente memorable por las continuas obviedades en las que cae su discurso. Al final de esta historia situada en Sarajevo la gente se ha quedado igual... que ya es mucho más de lo que se puede decir la fallida experiencia antes comentada.
Pero afortunadamente siempre hay un tablón al que agarrarse. En esta ocasión ha sido el debut de Natalia Smirnoff con la argentina 'Rompecabezas'. Trata sobre una mujer (excelentemente interpretada por María Onetto) que un buen día se da de bruces con la obsesión que marcará su vida: montar puzzles. Así de sencillo. Una vez más se ha demostrado que no es necesario hablar con palabras grandilocuentes para meterse al público en el bolsillo... y ese por lo visto brillante rompecabezas a fe que lo ha hecho. Una película honesta, brillantemente construida y que ha pillado a todo el mundo por sorpresa. ¿Es mal momento para recordar que los últimos Osos de Oro han ido a parar al continente suramericano? Si hacemos caso a las primeras impresiones, esta hegemonía podría prolongarse un año más.
¿Y qué sucedió ayer? Pues que en la Sección Oficial encontramos dos alegrías y una decepción. Primero las malas noticias... o dicho de otra manera, un nuevo fiasco para el cine alemán -¡sorpresa!-. El susodicho traspié está dirigido por Burhan Qurbani y se titula 'Shahada' (que traducido sería “Fe”). La fe como motor principal de una historia que trata sobre las tensiones y conflictos entre jóvenes alemanes de origen turco y árabe. Al final todo se tradujo en una más que fría acogida tanto por parte del público como de la prensa, que no dudó en calificar el filme de "bobada bienintencionada". Los puñales siguen estando afilados.
Y pasamos de las bajas temperaturas germanas a las rusas. Bajas por el entorno en el que se sitúa la historia de la siguiente propuesta, no por el recibimiento que obtuvo en el certamen. Hablamos de 'Kak ya provel etim letom' ("Cómo terminé aquel verano”), último trabajo del director de culto Aleksei Popogrebsky. Nos situamos en una remota estación meteorológica del Ártico. Una estación habitada por Sergei y Pavel, dos personas que salta a la vista que no se llevan demasiado bien. Las tensiones entre ambos se intensifican cuando les llega un perturbador mensaje por radio. Dos personajes extremos marcados por la contraposición entre espacios claustrofóbicos e inmensos parajes naturales. ¿Eso no estará dirigido por Herzog? No, el amigo Werner resulta que es el presidente del jurado. El domingo veremos si podemos relacionar estos dos conceptos.
Y no nos olvidamos de 'The Kids are all right' (“Los niños están bien"). ¿Cómo íbamos a olvidarnos de nuestra querida Julianne Moore? La actriz norteamericana se adueñó ayer de la Berlinale gracias al tercer filme de Lisa Cholodenko, en el que se habla de una pareja de lesbianas cuya familia perfecta se desmorona a partir del momento en que hace acto de presencia el padre de sus hijos (o el que se “limitó” a donar su esperma). Todo se traduce en una comedia con marcados toques indies en la que no tiembla el pulso a la hora de tratar temas escabrosos que suelen ser sinónimos del concepto de familia. El trío interpretativo (compuesto por la ya mencionada Moore, Annette Bening y Mark Ruffalo) ponen la guinda a otra película a tener en cuenta en las quinielas de los premios.
- Turquía rompe la hegemonía suramericana en Berlín.
Ya está arreglado. +1
"Cuando le he dicho que era una pena que no estuviera con nosotros, me ha dicho que aunque hubiera podido no hubiera venido, ya que la última vez que fue a un festival a recoger un premio, acabó en prisión".
No he seguido esta Berlinale como quería pero al menos un poquito más que otros años. Ahora a esperar a Cannes y felicitar a reporter