'Staff only', o las barreras invisibles que separan el mundo - estreno en la Berlinale
Neus Ballús, la directora que tuvimos el placer de descubrir en 2013 con su primer largometraje, La plaga', que formó parte del programa Forum de la Berlinale, presentó este año su segunda película, 'Staff only', en la sección Panorama del festival. Quien haya tenido ocasión de visionar su ópera prima, sin duda espera con expectativas (altas) la continuación de su trayectoria, pues ahí demostró una sensibilidad y un dominio del lenguaje cinematográfico y narrativo como pocas veces se aprecia en el debut de un director.
La nueva propuesta, algo más convencional, es un paso que la afirma como directora comprometida, no ya sólo con los individuos y colectivos, sino con temas sociales de largo alcance. Partiendo del retrato de Marta, joven de Barcelona que viaja con su padre y su hermano al Senegal (más por obligación que por placer) nos habla del turismo y de esas fronteras invisibles que separan a locales de extranjeros, particularmente en esas regiones pobres donde la dependencia de unos hacia los otros es clara, y del peligro y las consecuencias cuando esas burbujas se rompen.
La directora nos permite explorar, de la mano de esta adolescente ávida por romper las reglas, qué hay más allá de los paquetes turísticos (con sus piscinas, cócteles y safaris organizados) y de los circuitos habituales marcados para que dos mundos tan dispares no lleguen a cruzarse. Marta, que contagia esa incomodidad con el mundo a los espectadores, conocerá un par de personajes autóctonos, que le permitirán inmiscuirse en esa realidad paralela: A través de las pantallas (que definen toda una generación de jóvenes que perciben el mundo casi exclusivamente a través de ellas) y con cierta ingenuidad, característica también de su edad, terminará por darse cuenta que su curiosidad y rebeldía pueden costar caras a sus nuevos amigos.
Describiéndonos la compleja relación entre el turista y el local, 'Staff only' es el retrato de mundos que colisionan: el adolescente frente al adulto, el trabajador frente al poder, el nativo frente al extranjero. Está claro que es necesaria una concienciación y una redefinición de esas fronteras; y aquí, quizá, el mensaje esperanzador de la película: La posibilidad de aprender de los errores y el perdón.
por Aina Riu
@ganiveta_online
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