'El viaje de Marta' - Cara y cruz
Neus Ballús, responsable en 2013 de 'La plaga', presenta en este 2019 su segunda película, 'El viaje de Marta', una propuesta algo más convencional pero no por ello menos interesante. Si acaso, como corresponde a la reválida de una ópera prima, con un lenguaje cinematográfico y narrativo más depurado y consciente, con lo que eso conlleva. Un paso que la confirma como una directora con una marcada sensibilidad y comprometida, no ya sólo con los individuos y colectivos, sino con temas sociales de largo alcance.
Partiendo del retrato de Marta, una joven de Barcelona que viaja con su padre y su hermano a Senegal, más por obligación que por placer, nos habla del turismo y de esas fronteras invisibles que separan a los locales de los extranjeros, a los ciudadanos de los turistas, a los sirvientes de los servidos. Particularmente, en esas regiones tirando a pobres donde la dependencia de unos hacia los otros es tan clara como en apariencia fundamental, y del peligro y las consecuencias cuando estas frágiles burbujas se rompen.
La directora nos permite explorar, de la mano de esta adolescente ávida por romper las reglas y descubrir el mundo, qué hay más allá de esos preciosos paquetes turísticos de ensueño (con sus piscinas, sus cócteles, su "todo incluido" y safaris organizados) y de los circuitos habituales, trazados con premeditada pulcritud, para que dos mundos tan dispares, forzados a necesitarse aunque no necesariamente a entenderse, no lleguen a cruzarse y la cruda realidad no enturbie la idílica moralidad de ese capitalismo que sólo entiende de dinero.
Marta, que contagia esa incomodidad con el mundo a los espectadores, conocerá un par de personajes autóctonos que le permitirán inmiscuirse en esa realidad paralela: A través de las pantallas, que definen toda una generación de jóvenes que perciben el mundo casi exclusivamente a través de ellas, y con la ingenuidad también característica de su edad, se dará cuenta de que la rebeldía inconsciente puede salir cara, especialmente, a todo aquel que no vive en una burbuja, sino en un mundo real donde los errores casi siempre salen caros.
Describiéndonos la compleja relación entre quién lo vive desde dentro y quien lo ve desde fuera, 'El viaje de Marte' es el retrato de dos mundos que colisionan allí dónde más quieren, o pretenden, o están forzados a necesitarse: El adolescente frente al adulto, el trabajador frente al empresario, el nativo frente al extranjero. Está claro que es necesaria una cierta concienciación, y aquí, quizá, el mensaje esperanzador aunque previsible de una película que ante la imposibilidad de cambiar el mundo, se limita a cambiar a su protagonista.
por Aina Riu & Juan Pairet
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