Siguiendo con el buen cine latinoamericano que tenemos la suerte de disfrutar estos días en la Berlinale, y más destacable que las películas del día a competición, nos llega 'El despertar de las hormigas', de Costa Rica, primer largometraje de Antonella Sudasassi Furniss. Bien escrita, bien dirigida, con un buen trabajo de los personajes (en especial de su protagonista Daniella Valenciano, pero también remarcables las dos niñas), nos hace viajar a un pequeño pueblo costarricense, donde la desigualdad de géneros es todavía bien palpable en el marco tradicional familiar.

A través de cuidadas imágenes, la directora nos pone en la piel de Isa, buena madre y ama de casa, que a su vez trabaja de costurera, y a quien las obligaciones del menaje le impiden progresar en lo que gustosamente convertiría en su carrera profesional. Salirse de lo que aparentemente es el camino trazado para una esposa, que se basa fundamentalmente en cumplir con los deseos del marido, es algo difícil de concebir hasta para ella. Pero la voz de Isa crece en su interior, y busca modos de liberarse. Logrando grandes momentos de empatía (la reacción de la sala de cine es, en estos casos, infalible), la película retrata con toques a veces irónicos, a veces surreales, ese matrimonio en una sociedad patriarcal, y cómo la mujer, en búsqueda de su emancipación, encuentra la forma de aceptar y articular sus propias necesidades.

La película, tanto por el contenido como por el hecho de tener una mujer directora, encaja en el esfuerzo del festival para contribuir con la igualdad de géneros en la industria cinematográfica, y es a la vez, simplemente, un gran ejemplo de buen cine. Por tener una temática cercana, mencionar la película 'Bulbul Can Sing' de la directora Rima Das, que hace un retrato un tanto más dramático del papel de las jóvenes en una pequeña localidad de la India (pueblo donde creció ella misma), donde las tradiciones son rígidas, la mente cerrada, y el honor juega un papel crucial en sus vidas.

por Aina Riu
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