'The Great' (T2) - De camino a la grandeza
Es fácil y muy tentador decir que 'The Great' es 'La favorita' hecha serie. O algo que se le pueda parecer. Que de hecho se le pueda parecer mucho. Y si lo parece no es por casualidad, pues de eso parece que se trata, básicamente y al menos en su primera temporada. En esencia, y en la práctica bajo la firme y sólida impronta de una gran producción televisiva digna de la corte de un Rey. O de una Emperatriz en el caso de una segunda temporada durante la que nos tienen que seguir recordando continuamente que hablamos de Rusia...
... y no de Reino Unido.
Es más, mi crítica sobre la primera temporada comenzaba exactamente así, afirmando que 'The Great' era 'La favorita' hecha serie. Fácil y muy tentador, lo remarco. Como fácil y tentador es decir que esta segunda temporada iguala cuanto menos la apuesta de su primera temporada. Cuanto menos, siendo el reencuentro con la corte rusa tan satisfactorio que resulta igual de fácil y tentador decir que la supera tras un primer episodio desternillante, y tras el cual se establece un relativo cambio de juego y un relativo cambio de dinámica.
Mismos jugadores, distinta partida. Bueno, no del todo: A la segunda 'The Great' sigue siendo un drama satírico, mordaz, descocado y eminentemente cómico sobre cómo Catalina la Grande llegó a ser Catalina la Grande. Una historia real... ocasionalmente, como a ella misma le gusta recordarnos al principio de cada capítulo. La lucha por tener el poder y la razón, tal vez por un mundo mejor y sobre todo por llevar una buena vida en la corte de la Rusia del siglo 18. Parece hace tanto tiempo como parece que tan poco hemos cambiado.
Eso sí, ahora el poder cambia de manos... pero la nueva Rusia civilizada no es fácil de gobernar de forma civilizada. Ya se sabe, la política hace extraños compañeros de cama y dos no discuten si uno mata al otro. Y todo vale por el bien de Rusia (y/o de uno mismo). Destronar a Nicholas Hoult sólo es el punto de partida de una nueva temporada en la que el actor sigue brillando aún más si cabe, en uno de esos papeles aún más adorables cuanto más les aprieta la vida. Podrán apartarle de Rusia, pero nunca le apartarán de nuestro corazón.
Pero 'The Great' no funciona sólo gracias a él, sino por todo un reparto encabezado por una no tan adorable Elle Fanning que siempre está en su sitio, aunque no siempre estén cómodos en dicho sitio... o el de Gillian Anderson sepa a tan poco. Por decir algo que la serie no tiene ni necesita por qué contar: Es una sátira caprichosa, feliz por poder jugar con sus personajes y cuya mala baba llegado el caso, dispara a cualquiera. Como si 'Veep' hubiera tenido alguna intención en convertirse en la otra cara de 'El ala oeste de la Casa Blanca'...
'The Great' se mantiene a la segunda como una sátira elegante, dinámica y altamente deliciosa, aún más si cabe a través de un discurso, agudeza y una mala leche más asentados. Una segunda temporada con la que adquiere más entidad propia, y durante la que acaba siendo más 'The Great' que 'La favorita' hecha serie. O algo que se le pueda parecer. Un ácido, inteligente y vigoroso placer nada culpable que crece a medida que avanza sobre como las cosas de palacio son, fueron o pudieron ser. Ojo, en Rusia y no en Reino Unido.
Pd. Cómo acabar la crítica si no es con un... Huzzah!
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Un final de ciclo a todas luces prematuro pero bien ejecutado por un McNamara que demuestra de nuevo que tiene talento de sobra para afrontar incluso una situación tan incómoda como la presente. El tío sabía lo que tenía que hacer, de eso no me cabe duda, aunque otra cosa diferente es que previera que lo tuviera que llevar a la práctica en su tercera temporada, cosa que dudo, dada la incuestionable calidad que aún con esa presión ha demostrado tener.
Un cierre que no ha flojeado ni aún conociendo su destino que bien podría haberse notado con algún tipo de desgana por acabarla o celeridad dejándola en 6 episodios, pero no, este no ha sido el caso. Una profesionalidad admirable a prueba de bomba por parte de todo el equipo. Admirables.
Pero es que incluso para despedirse de nosotros McNamara lo hace con clase con un último baile dirigido al público queriendo sonar más como un "Hasta siempre" que como un "Hasta nunca" en el que interviene Fanning que puso lamentablemente el fantástico broche final donde estuve contemplando como hipnotizado los créditos hasta su término sin creerme todavía lo que estaba sucediendo pero consolándome con el abultado saldo a favor que me ha dejado y que, aún hoy, sigue y seguirá dejando.
Además, un gustazo verla completa acompañado de los comentarios de Soprano y Wancho que han sido la guinda.
Un 10.
Se podría decir Soprano que mi gusto e inclinación por las series y películas de época ha cambiado sustancialmente después de esta experiencia y me alegraría sobremanera que gracias a tu iniciativa otr@s tuvieran mi misma suerte.
P.D.: otro de esos hilos que uno se llevaría a la famosa isla...