'Gora Automatikoa' - Bocadillo de Goya
Una cosa hay que reconocerle a 'Gora Automatikoa': Su honestidad. Tal y como reza su sinopsis está hecha para ganar un Goya, el de la mejor película de animación. Literal. Y de forma descarada. Con orgullo y a pecho descubierto. Quien avisa no es traidor. Aunque lo de "película" le quede algo grande... y el Goya aún más. O debería.
Eso sí, todo lo bueno de esta "producción" comienza y acaba en su honestidad. Más que insuficiente para sostener una cansina broma privada para académicos que salvando las distancias, remite a aquel famoso 'Bocadillo'. Porque en realidad de película hay más bien poco, siendo una producción que va bastante a degüello con el "hecha la ley, hecha la trampa".
Una "trampa" que puede suponer que esta poco inspirada sucesión gratuita de tonterías cuál relleno de almohada barata pueda llevarse, efectivamente, un Goya a la mejor película de animación del año. Triste paradoja: Al igual que sucedió con 'Bocadillo', la sola existencia de 'Gora Automatikoa' podría acabar siendo, después de todo y en sí mismo, un buen chiste...
... lo malo, claro está, son los insufribles sesenta (y pico) minutos de película mayormente animados, de una desvergüenza moral que molesta por cuanto bajo todo el trabajo, tiene de idea de borracho que sólo tiene gracia para ese mismo borracho. Pero claro, lo dicho: 'Gora Automatikoa' es honesta y sólo quiere el Goya. Y restregarlo por nuestra puta cara.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex