'Querer' - Sufrir. Prejuzgar. Sobrevivir. Ganar.
*querer. *mentir. *juzgar. *perder.
'Querer', la primera serie de Alauda Ruiz de Azúa, es "un juicio a las últimas décadas en cuatro episodios". Tras 30 años de matrimonio y dos hijos en común, Miren abandona el domicilio conyugal y denuncia a su marido por violación continuada. Esta grave acusación obliga a los hijos a elegir entre creer a su madre o apoyar a un padre que defiende su inocencia, en un viaje familiar que avanza en paralelo al judicial con un mismo objetivo: conocer la verdad.
Una verdad que como se suele decir, os hará libres... pero también prisioneros. Prisioneros de unas intenciones que suelen cercar el poder de sugestión de una película o una serie, socavando de esta manera la opinión de un espectador al que en última instancia no se le pide más que reaccionar. Por más que cada uno no deja de tener sus prejuicios y puntos de vista, y que por lo tanto en cualquier caso tendamos a ver la vida, el mundo y las historias a nuestra manera.
La duda de los dos citados hijos es también la duda del espectador, llegando a su cenit en su tercer y exquisito episodio: el juicio. Pero en el cuarto episodio Ruiz de Azúa decide resolver (o matar) esa duda. Dar a conocer... la verdad. Una decisión legítima y respetable que no perjudica a la valoración objetiva de lo que en forma y fondo sigue siendo una gran miniserie, pero si le arrebata al espectador la siempre jugosa posibilidad de pensar por sí mismo.
De esta manera, el debate pasa a no ser un debate y se reconvierte en no más que una reacción, tal vez pasajera y sin mayor recorrido. Ya está. Esto es lo que hay. Fin. Y lo que hay es una gran serie que durante buena parte de su metraje nos sitúa en ese maquiavélico punto de incertidumbre que tan bien le sienta a cualquier ficción con visos de realidad. Se constituye, de hecho, en una realidad pausible y orgánica... en lugar de un alegato, ya sea panfletario o no.
'Querer' pretende profundizar en el concepto del consentimiento, e ir más allá del polémico "sí es sí". La responsable de 'Cinco lobitos' plantea y desarrolla su historia con mucho rigor y cero morbo, con un enfoque hiperrealista que se desenvuelve en un ambiente nórdico, gris y plomizo retratado en formato panorámico y dentro de una sociedad que controla sus emociones, no suele airear los problemas y tienden a la contención como símbolo de fortaleza.
Es obvia su intención de tratar al espectador como un juez, sin recurrir a flashbacks ni a mostrar certezas absolutas... al menos hasta dicho cuarto y último episodio, que en gran medida limita y condiciona nuestro veredicto a una sola verdad que pasa de ser poliédrica a poco más que institucional. Así, lo que vemos, escuchamos y sentimos acaba siendo reconducido hacia lo que desde ese momento pasa a ser una fría, seca y muy contenida ficción.
No me malinterpreten: 'Querer' es una notable miniserie que se desenvuelve con una solidez formal, narrativa y argumental exquisita a través de cuatro episodios concebidos como una suerte de antología. Querer (o sufrir). Mentir (o prejuzgar). Juzgar (o sobrevivir). Y perder (o ganar). Ahora bien, dado su planteamiento y desarrollo acaba jugando en su contra la decisión de resolver la incógnita, transformando así un debate constructivo en uno reactivo.
Algo que, dado su cariz extremadamente sereno e impasible, ni compensa ni amaga con compensar con algún tipo de apunte o subrayado emocional que de alguna manera avive una resolución que no parezca tan calculada, mecánica y distante como un discurso más político que humano. Es, en última instancia, esto lo que lastra a una gran serie en casi cualquier sentido que, sin embargo, no acaba trascendiendo de lo políticamente tan correcto... como pasajero.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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