'Shatter Belt' - La manzana (y el mundo que nos rodea)
Es fácil, cómodo, acertado y oportuno emparentar 'Shatter Belt' con otras series de antología distópicas como 'Black Mirror', 'Electric Dreams' o 'La dimensión desconocida'. Una producción que "probablemente no asustará a ningún espectador, sino que los transportará a un lugar nuevo y extraño en sus propias mentes, o tal vez cuestionará la realidad de una manera que los inquietará antes de ir a dormir", en palabras de su creador, James Ward Byrkit.
Sí, el mismo de 'Coherence', en la que es su teórica reválida, más de diez años después de aquella, y que por su cuenta y riesgo ha sacado adelante estos cuatro primeros episodios de lo que espera poder seguir ampliando en el futuro de alguna manera. "Intento que se basen en un aspecto pulp entretenido que pueda gustar a un público amplio, así como a los súper nerds que quieren aprender sobre estas ideas más profundas sobre cómo está construido el universo".
Y es que al igual que en 'Coherence', los elementos metafisicos sobre los que se apoya 'Shatter Belt' pretenden hacer pensar al espectador además de entretenerle. Porque "no hay una explicación satisfactoria sobre cómo nuestros pensamientos abstractos, que no tienen peso físico ni masa, afectan al mundo físico. ¿Cómo es posible? Todavía no podemos responder a esa pregunta. Todo lo que hay en 'Shatter Belt' está impulsado por esa pregunta, y por mi pasión por el cine".
Byrkit, básicamente, pretende expandir nuestras mentes y hacernos cuestionar la realidad que nos rodea. No dar nada por sentado. Cada uno de los cuatro episodios que -por ahora- forman 'Shatter Belt' presenta una premisa y una historia distintas, partiendo de la ciencia ficción como marco para explorar cuestiones filosóficas sobre la consciencia, el libre albedrío, la percepción de la realidad o nuestra relación con la tecnología. Tipo 'Black Mirror', vaya.
Pero, por descontado, servido con el enfoque y la sensibilidad más minimalista, intelectual e 'indie' del responsable de 'Coherence', una de las obras fundamentales de la ciencia ficción moderna. La idea, en cualquier caso, viene a ser la misma: plantear y especular con cuestiones complejas y actuales de manera accesible y atractiva a través de episodios independientes pero conectados por un hilo temático común. Y por el momento funcionar, funcionan.
Por el momento. Porque sus por ahora -crucemos los dedos- cuatro episodios saben a poco, por más que todos resulten más o menos intensos, más o menos sugerentes, más o menos accesibles y más o menos satisfactorios por igual. Se nota que Byrkit ha puesto mimo en cada uno de sus cuatro episodios, los cuales, no obstante, y a pesar de su "coherencia" interna, no dejan de ser como minipelículas domésticas de poco más de media hora cada una, si llega.
Es, quizás, el único "pero" reseñable para los que amamos 'Coherence' y la ciencia ficción especulativa que intenta abrazar una realidad plausible y cotidiana: que más de diez años después de aquella sean tan sólo cuatro episodios, y no cuatro películas.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex