'Celeste' no es un color. Tampoco es una comedia propiamente dicho, ni la protagonista de la serie que lleva su nombre. 'Celeste' es, en efecto, tal y como se la vende, un thriller "tributario" en el que Carmen Machi interpreta a una gris y aburrida inspectora de Hacienda que prácticamente no ha hecho otra cosa en la vida. Que prácticamente no ha hecho nada, y que el día antes de jubilarse, no se sabe muy bien para qué, se encuentra no ya ante el caso más importante de su carrera, sino ante la que puede ser la única experiencia relevante de su insignificante, mísera, pobre y anodina existencia.

Lo que más destaca de 'Celeste' es su tono, el de un thriller frío, calculador, deshidratado y distante que poco a poco va tornándose ligeramente cálido a través de Manolo Solo y la mala leche y el humor no tan negro soterrado de su premisa. Y es que Hacienda nos acojona a todos, más aún cuando la representa el prejuicio más extendido de todos: Que Hacienda son gente gris, aburrida, apática, rastrera y miserable. Gente que sólo se puede relacionar entre ellos, ya que no le caen bien a nadie... Carmen Machi, en uno de esos eternos papeles que en sus manos no pueden sino acabar cayéndonos bien.

Porque Hacienda somos todos. Esa gentecilla insignificante de vidas rutinarias siempre a la espera de una de esas grandes experiencias que los famosos parecen disfrutar cada semana. Porque los famosos tienen vidas, tienen dinero con el que vivir... y con el que evadir. O no. 184 días. La mitad del año... más uno. 'Celeste' es un thriller sobre una inspectora de Hacienda que tiene que demostrar que "una Shakira" debe al fisco más de 20 millones de euros. Un thriller que por las formas e incluso su estilismo recuerda, un poco, nada más que un poco, tan sólo un poco a 'Better Call Saul'.

Más que nada, aparte de por ser un referente de sobra conocido, por ese tratamiento reposado, paciente, sereno y a la vez tan serio de lo que no es pero es una comedia. Pero con Gus Fring de protagonista y el costumbrismo español de fondo característico de un Diego San José aquí mucho más acertado, fino y/o maduro que en la fallida trilogía de 'Vota Juan'. La idea, en cualquier caso, viene a ser la misma: Enfrentar al espectador al que parece ser uno de los bastiones más inmutables, abyectos y amorales de la sociedad española con una sonrisa benévola de humana y traviesa complicidad ácida.

No se dejen llevar por sus primeros compases ni la falsa y errónea expectativa de ver a una 'Aída' haciendo payasadas: 'Celeste' es una serie con estilo propio y las ideas muy claras que se va poniendo a tono minuto a minuto, episodio a episodio, a través de la templada, calculada y rígida solidez de una historia de suspense bien escrita, dirigida e interpretada de una manera solemne pero mordaz, distante pero cálida, y con una vocación humanista que ratifica que al final, desde los artistas más carismáticos hasta los más sosos de Hacienda, todos somos personas a las que nos mueve lo mismo.

Y como dijo recientemente Johnny Depp: "El dinero no compra la felicidad, pero te compra un yate lo bastante grande para navegar hasta ella".

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex