'Anna' - Dura de matar
A efectos prácticos, 'Anna' es una producción de Luc Besson de esas "de acción" que además también ha dirigido el propio Luc Besson. Es instantáneo, intuitivo, genuino: Tirando de memoria y a bote pronto me vienen a la cabeza títulos como 'Taxi', 'El beso del dragón', 'Danny the Dog', 'Distrito 13', 'Colombiana' o 'Desde París con Amor'. Aunque no son necesariamente las películas, sino la vocación que une a todas ellas: Hacer girar la rueda como un hamster enjaulado hace girar su noria.
Traducido al lenguaje cinematográfico, ser entretenidas. A ser posible de manera competente, algo de sobra conseguido en las mejores de ellas, no tanto en las que mi memoria ha preferido borrar de los archivos. Y eso sería 'Anna', una película mayormente entretenida, y mayormente competente que, por supuesto, al menos para aquellos que conocemos a Luc Besson de lejos, no puede sino remitirnos a aquella famosa 'Nikita' que hace 30 años nos demostró que los franceses también pueden matar.
Quizá no por casualidad esta 'Anna' esté ambientada en aquella época. Cuando todo, incluido el cine, era o parecía más sencillo. No había tantas vamos a decir, objeciones a lo que llegado el caso, no tienen por qué ser más de dos horas más o menos distraídas. Eso es principalmente lo que propone Besson con 'Anna' a través de un guión que al igual que los 'Fantasmas de Marte' de John Carpenter, encuentra su fundamento en el desorden estratégico de una serie de eventos de sobra sospechados.
Es quizá el único pero realmente reseñable de este cruce no especialmente reseñable entre 'Gorrión rojo' y aquella 'Nikita' de icónico recuerdo: Creerse demasiado lista como para alargarse 25 minutos por encima de los 90 reglamentarios. 'Venganza' o 'Transporter' son lo que lo fueron porque iban al grano: 'Anna' es una de ellas, otra más, tan competente y correcta como la vez relativamente lastrada por un Luc Besson que ante su mismo guión, se cree más como director que como productor.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex