'Colombiana' - Nunca olvides quién te produce
En un mundo en el que el reciclaje de cualquier tipo está a la orden del día, ¿por qué no ejercerlo sin descaro alguno? Eso es lo que voy a hacer al reutilizar con algo de morro, lo reconozco, lo escrito por un servidor en abril de 2010 a raíz del estreno en España de 'Desde París con amor'. Al fin y al cabo ambas son producciones surgidas de la factoria de Luc Besson, el galo irreductible y maestro del reciclaje, y aunque Megaton no es Morel y Saldana no posea ni la mitad del sentido del humor de Travolta esta nueva propuesta ofrece igualmente dos poderosas razones con las que seducir al espectador: acción trepidante y absoluta ligereza.
Con un "Luc Besson presenta" antecediendo a una película cualquiera, ¿qué podemos esperar? Mientras no la dirija él ni sea una nueva entrega de su frenchicia de los 'Minimoys', si hace quince meses dije que algo parecido a 'Desde París con Amor' ahora voy y digo que algo parecido a 'Colombiana'. Porque el Besson productor al igual que el algodón no engaña y sus intenciones son tan sencillas y prácticas como cabe reconocer que honradas, y si bien el resultado final pueda quedarle mejor o peor su firme propósito en seguir sacándole el orgullo al conocido como "placer culpable" rara vez es recompensado con un resultado propicio para el bostezo salvo para aquellos incautos que se creen que "la venganza es bella" es un eslogan reenvolsable a la salida...
En su momento, y casi me cito textualmente, comentaba que lo mejor que se puede decir del Besson productor, ya no tanto del Besson director donde se suele reservar mayores posibilidades artísticas, es su franqueza y dedicación absoluta a la hora de intentar satisfacer los instintos más básicos de su público. Y nada de eso ha cambiado, tal vez que el día nos pille más o menos empalmados como dirían los soplagaitas de turno, y a pesar de que en ocasiones dicha sinceridad fílmica puede confundirse con una simpleza narrativa que haga del absurdo un insulto al espectador contribuyente, citar como ejemplo ese 'Transporter 3' con el mismo Olivier Megaton de 'Colombiana' como inoportuno e invencible rival de Frank Martin. Pero no está de más reconocer que la insustancialidad alimenticia y ligereza de las propuestas auspiciadas al amparo de su nombre son tan inocuas, premeditadas y sinceras que cualquier atisbo de sonrojante acción reprobativa debería ser dejada al margen.'Colombiana' reincide en la concisión dramática que erradica cualquier elemento que no se ajuste a unos parámetros de eficacia máxima, marca de fábrica y valores tan propios del Besson productor que uno diría que si no ha inventado, si al menos los ha reciclado e identificado bajo su sello para aplicarlos en la versión más primitiva posible sin que suenen estúpidos o rebuscados, tomese nota por ejemplo de las diferencias respecto a producciones como 'Sin identidad', y a pesar de detalles como el de reventar la puerta de un garaje con un furgón blindado cuando no existe fundamento alguno o el de alentar a la educación pegando tiros a plena luz del día y como si no pasara nada, por el mero de que "mola". La agilidad a la hora de mover la película de un punto a otro, su instinto narrativo para coger la vía rápida y la ejecución directa para distraernos eficazmente sin que caigamos en la tentación de intentar desmoronar son valores a tener en cuenta de la que por otro lado es una producción bastante más sólida de lo que aparenta, un poquillo nada más, pues no en valde se nota su origen como la hija bastarda de un profesional a la que providencia no quiso ver nacer, aun hoy en día puede que la contribución más loable de Besson al séptimo arte y motivo por el cual algunos le tienen incluso el debido respeto de considerarle en ocasiones como si fuera un cineasta.
En esta ocasión incluso Megaton permite rebajar la intensidad cómica de su apellido a la hora de trazar un considerable paso adelante en la ejecución de sus tareas, empleando para ello una melodía más cinematográfica, un montaje más pausado y una realización algo más elegante que tan sólo confunde la acción con la confusión en momentos puntuales, tales como un prólogo muy a lo Bourne, una calma por demás que se antojaba necesaria en una producción que tiene en la escultural anatomía de Zoe Saldana uno de sus principales fundamentos narrativos, y que con o sin traje azul sigue demostrando que la cara de mala leche no le hace feo a su talento. ¿Es acaso 'Colombiana' una gran película? No, tan sólo es una producción de Luc Besson que al igual que Cataleya nunca olvida de donde viene, que no es ni la mejor ni la peor de esa Europa Corp. de la que muchos deberían aprender, y que asume sin prejuicio alguno su condición de usar y tirar, una condición que supone el único requisito que se le pide al espectador para disfrutar de la magia de las palomitas.
Nota: 6.5
Por Juan Pairet Iglesias