'Playmobil: La película' - McClic
Las comparaciones son odiosas.
No hace falta ver 'Playmobil: La película' para pensar en 'La LEGO película', aunque si sea necesario verla para poder opinar con propiedad. Se supone, en teoría. En la práctica quién más, quién menos hace lo que le sale de las narices, que para eso vivimos en libertad como los animales del zoo. En la práctica quién más, quien menos se deja llevar por las impresiones, por las ideas preconcebidas. Por lo que le sale también de las narices, en esencia.
Entrar a ver 'La Playmobil película' pensando en 'La LEGO película' es lo mismo que acudir a La Romareda pensando que el Real Zaragoza es el vigente campeón de la Recopa de Europa. Si las comparaciones son odiosas, en parte, son porque nos hacen odiar a menudo según que cosas que no merecen ser odiadas. Al fin y al cabo siempre hay algo mejor, pero también, siempre hay algo peor... aunque en ocasiones pueda ser en ambos casos inconcebible.
Es cierto, y no voy a echarle morro negándolo como si el director fuera amigo mío: 'La Playmobil película' ni es 'La LEGO película' ni es 'La LEGO película 2'. Tampoco es lo que se dice una buena película, no a ojos de quién tiene edad como para haber visto el primer episodio de 'Futurama' el día de su primera emisión. Es en esencia una de esas películas "de animación" enfocadas hacia aquellos que en plena democracia aún le piden cosas a los Reyes.
A ver cómo digo lo que voy a decir para que suene en su justa medida: Me cuesta tanto defender 'La Playmobil película' como tanto me cuesta atacarla. Es de hecho tan fácil atacarla (no sin razón) que muchos la atacaran como si fuera el asesino de sus hijos. Es el prototipo de producción y película que por todo lo que la rodea, parece que ha nacido para recibir tantas hostias como hostias se reparten en las misas de los domingos en todo el mundo.
Repito, no sin razón: Ni es graciosa ni aporta gran cosa, ni como película ni como producto animado, por no mencionar que su argumento viene a ser algo tan trivial como pasar páginas de un catálogo o que está claramente enfocada de manera reduccionista a los más pequeños. Pero en realidad, a poco que queramos verlo, no está tan lejos de otras muchas producciones de la misma quinta: Sólo es tal vez más evidente que en otras ocasiones.
Admito que aún con todos los pesares, disfrute de 'La Playmobil película' como no he logrado hacer de otras películas más supuestamente reconocidas (que no mencionaré para no herir sensibilidades). Es lo que es, como por desgracia son la mayoría de las producciones de animación de las que has oído hablar en los cines de un país como España: El típico plato de pasta con tomate que sirven a los niños hasta en los restaurantes de cuatro estrellas.
Si en el mundo de los ciegos el tuerto son los 'Angry Birds', la película de los Playmobil al menos nos sumerge, como aquella, en un mundo muy particular que le da un cariz... especial, y accidentalmente propio. Los "clic" como un servidor los ha llamado toda la vida, salvan la papeleta en base a esa poderosa fuerza de la naturaleza llamada imaginación infantil de la que la película, lo dicho, como si fuera un catálogo muestra aunque no forme parte de ella.
A ver si lo he dicho bien: La película de los clics es como ponerse a jugar con clics a los 30 años (o más) de edad. No es desde luego lo mejor que uno puede hacer a los 30 años (o más) de edad, pero tampoco es un drama: Tan sólo es la enésima película de animación que deja en fuera de juego a los padres. La enésima película de animación que antes que firmar un guión preferiría firmar con McDonalds... de no ser porque son su propio McDonalds.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex