Los “dramas sureños” son una constante en el cine americano desde sus inicios y ha dejado a lo largo de muchos años películas aclamadas por crítica y público. No se si es una apreciación personal (puede que equivocada, la memoria no es mi fuerte) pero el cine independiente parece decantarse bastante de unos años para acá por este sub-género con películas caracterizadas por una narración pausada alterada sólo por momentos de clímax (normalmente hacia el final), notables personajes y una atmósfera cargada y trabajada entre otras cosas. La aclamada “Winter's Bone” de unos años atrás, la más reciente “Mud” o dando el salto a la pequeña pantalla, la serie de moda y receptora de alabanzas “True Detective” podrían ser algunos ejemplos.
Esta que nos ocupa se centra en una pareja (notáblemente interpretada por Rooney Mara y Casey Affleck ) que han compartido vida y fechorías desde pequeños y que ya de adultos, enamorados y futuros padres, realizan un robo que les sale mal. Esto acaba con él en la cárcel y ella como madre soltera aunque el verdadero punto de partida de la cinta y la trama es la huída de él y la intención de encontrarse con ella y conocer a su hija, aunque con todo el estado y parte del país buscándole (incluidos algunos que parecen querer zanjar viejas cuentas) no parezca ser la decisión más inteligente.
El director y guionista parece esforzarse enormemente en trasladarnos una tragedia existencialista con una historia de amor apasionada que lucha contra todos los elementos con la distancia y la impotencia ante la imposibilidad de un beso, una caricia, el coger en brazos a una hija que sabes que nació, está creciendo y aún no conoces, como el mayor de ellos. No se si por el hecho de que no le de tiempo a profundizar más en sus personajes y en esa relación desde pequeños que nos cuentan, porque al fin y al cabo se hayan buscado su situación, porque tampoco sienta uno la ansiedad de la espera en prisión por el temprano salto temporal o por un poco de todo, es complicado acabar de empatizar al 100% con el relato y que despierte las emociones o el dramatismo que algunos momentos busca tener.
Aunque no se llegue a la empatía completa, si se siente uno partícipe de la historia que no pretende hablarnos de buenos, malos o juzgar a unos geniales personajes, desde sus protagonistas a todos los secundarios, con quizá no profundas o existencialistas reflexiones pero si interesantes dilemas y momentos en unos y otros, con esas escenas puntuales de acción y/o elevar el tono típicas del género que van siempre colocadas en el momento oportuno y suben la tensión al espectador. También resaltar su gran fotografía y discreta pero más que acertada BSO y en general un apartado técnico irreprochable. Una cinta que podría parecer telegrafiada desde el inicio y en la que como se suele decir “se masca la tragedia” pero no cae en recursos facilones ni precipitados sino que demuestra un mimo y buen hacer de principio a fin, aunque seguramente en general sea menos notable o reseñable de lo que quiera pretender.
Nota:
6.5
por Abrahán Guirao, AKA Calderilla
Pongamos la misma nota, un 6,5.
Bien, lo mismo que Rooney o Ben, los actores es de lo que más destaca del filme. Como actor diría que es sustancialmente mejor que Ben, aunque a nivel personal no me termine de convencer (lo que es problema mío, no suyo).