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'Una noche en el viejo México': Simplemente

Vía El Séptimo Arte por 07 de mayo de 2014

'Una noche en el viejo México' fue la encargada de ponerle punto final a la edición número diecisiete del Festival de Málaga, la que será recordada como la del apoteósico triunfo de 'Por un puñado de besos' (más al respecto, en unos siete días). Una película dirigida por Emilio Aragón... Emilio Aragón, repito. Ese Emilio Aragón. Imaginad por un momento, pongamos que hace diez años y con el 'Susanita tiene un ratón' aún sonando por la cabeza, que nos dijeran que Emilio Aragón iba a dirigir en Estados Unidos a un actor de la talla de Robert Duvall. E imaginad ahora que nos dicen que además, con sus pros y sus contras, el resultado será lo suficientemente apreciable como para que se gane nuestro respeto (y una poca de envidia).

Forzado a abandonar a regañadientes tanto su rancho como la tierra que tanto ha trabajado, el viejo Red Bovie decide coger el coche y viajar hasta México en busca de una última aventura junto a su joven nieto Gally, un veinteañero perdido y vapuleado por el presente que se ha escapado de Nueva York en busca de sus raíces. Dos perfectos desconocidos que se acaban de conocer y que se embarcan en un viaje a través sus respectivos sueños, pasados y futuros, que se verá condicionado por dos encuentros, el primero de ellos con un par de autoestopistas portadores de una valiosa carga, y el segundo con Patty, una stripper con alma de cantante que encuentra en ellos la esperanza de una vida mejor. Todo claro, ¿verdad?

"Una aventura a golpe de carretera y tequila. Una historia sobre la virtud de sobrevivir y el derecho de cada persona a elegir su propio final". Así se define oficialmente la segunda película como director de Emilio Aragón, ese Emilio Aragón al que conocemos de toda una vida. 'Una noche en el viejo México' viene a ser un bonito y solvente western fronterizo, de esos rodados entre México y Estados Unidos con algún que otro cadáver de por medio, que remite directa o indirectamente a la sombra de títulos como 'Quiero la cabeza de Alfredo García' o 'Los tres entierros de Melquíades Estrada'. Y este podría ser quizá el mejor halago que le podamos hacer, la fácil aceptación "como si nada" de una producción "que da el pego". Simplemente.

"Da el pego"... y remite a la sombra de. Modesta y humilde, 'Una noche en el viejo México' es una producción entretenida antes que realmente lograda, y en donde sus mayores logros no dejan de remitir a otros filmes más redondos y con mayor presencia (o ambición). Un filme pequeño, para entendernos, en donde y como era de prever sobresale la figura de un Robert Duvall que anima a desentendernos de nuestro agorero espíritu crítico para con un filme agradablemente menor. Agradable, pero menor (e irrelevante). De esos que sin ser nada especial ni contar con un argumento fuera lo previsible cumplen con buena letra, respeto y educación sin mayores molestias. Entrar y salir. Cortesía de Don Emilio Aragón. Se gano el Don.

Nota: 6,25

por Juan Pairet Iglesias

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