Sitges 2023 - Parte II
Bienvenidos a la segunda de las crónicas que iremos dedicando día tras día a la edición número 56 del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges. Seguimos.
'El chico y la garza' - Aprecio y respeto las bondades del cine de Hayao Miyazaki, pero este su (pen)último filme está marcado por una excesiva autoindulgencia. El maestro japonés se deja arrastrar (o arrollar) por su habitual ímpetu fantasioso, recreándose con júbilo casi infantil en una estética, por momentos muy poderosa, que se ve resquebrajada por una narrativa y una lógica interna demasiado inconsistentes y volátiles. Es, por decirlo de alguna manera, una preciosidad inestable cuyo desordenado y críptico entusiasmo nos complica formar parte de una experiencia que se siente extracorporal. ******
'The Seeding' - Del dicho al hecho hay un trecho: Una cosa es tener una idea, y otra es darle forma. Y que además funcione. Barnaby Clay no acierta a hacer de su ópera prima una película interesante o de provecho. O que funcione. El principal problema, además de un protagonista bastante antipático, es la manera tan poco creíble y manipuladora en la que se suministra la información a destiempo para mantener una falsa y engañosa sensación de expectación. Es... como una de esas películas australianas de los años 80 ambientada en el Outback... pero sin la puñetera gracia de serlo. ***
'Vive dentro' - Dentro o fuera, que lo mismo da. Como lo mismo da la cultura India que aparenta impregnar la película sin darle sin embargo ninguna personalidad. O aportar algún tipo de elemento que marque alguna diferencia sustancial. Es... la típica película de este estilo en la que un demonio, ya sea de donde sea, acosa a una persona y amenaza la vida de cuantos le rodean. Algún que otro plano o momento muy aislado no compensan lo que, por resumir, es una producción funcional que hemos visto un millón de veces. Y que da más sueño que miedo. ****
'Jackdaw' - Thriller de suspense con más estilo que contenido que sobre todo al principio, nos obliga a pensar en un Nicolas Winding Refn que la podría haber rodado hace quince años. La película sin embargo se va diluyendo con el paso de los minutos, y tras un comienzo prometedor va perdiendo fuelle a marchas forzadas. Como si efectivamente, no supiera hacia donde ir ni aún menos qué hacer con lo que tiene. La participación especial de Jenna Coleman en un papel irrelevante y residual es un buen mal síntoma de ello. En resumen, una huída hacia ninguna parte. *****
Continuará...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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