Sitges 2023 - Parte I
Bienvenidos a la primera de las crónicas que iremos dedicando día tras día a la edición número 56 del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges. Empezamos.
'Project Silence' - Su premisa es irresistible, no tanto el resultado final. La principal razón la encontramos tanto en su falta de ambición como en su falta de valentía. El director Kim Tae-gon se conforma con hacer una película apañada y resultona que nunca escapa de los márgenes de lo conveniente, tópico y comercial. De esta manera su desarrollo, por más que sea siempre entretenido, se puede decir que no llega ni a sorprender ni a impactar. Y es una lástima porque por momentos la película sí da muestras de su potencial, siendo instantes fugaces que tal vez sirvan para alimentar nuestra imaginación pero que, sin embargo, no acaban de cuajar en una experiencia memorable. ******
'Suitable Flesh' - Mientras veía "esta película de Stuart Gordon dirigida por Joe Lynch" no podía dejar de pensar en las producciones navideñas de Hallmark. 'Suitable Flesh' es algo así, pero con el cine de terror erótico de serie B con aroma a colonia barata de medianoche. Una obra entre lo pulp, lo kitsch y lo camp que si entras en su juego resulta extraña y fascinantemente divertida y disfrutable. Una obra retro que sin embargo se siente muy moderna, releyendo el manual de una manera abiertamente cómplice y desenfadada para con el espectador más desinhibido. *******
'Propriedade' - Leyendo su sinopsis se nos viene a la cabeza el '4X4' de Duprat y Cohn. Algo así, con alguien enfrentándose a un mundo que quiere devorarlo en un espacio diminuto. No obstante, las inquietudes de Daniel Bandeira son más políticas y sociales. Sin dejar de lado el thriller, 'Propriedade' es más un cruento drama sobre la lucha de clases que por otro lado funciona, a pesar de no terminar de explotar, de no llegar a transmitir nunca el estrés de una situación así, o de resultar poco creíble dentro de su presunto realismo. Pero a su manera, (le) funciona. *******
'Sleep' - En manos de un cineasta occidental es probable que acabase derivando en una suerte de telefilme. Sin embargo el surcoreano Jason Yu se las apaña para mantener la incertidumbre y la intriga hasta el final, dotando a su sencilla premisa de una contención y picardía afiladas y turbadoras. Le falta eso sí rematar la faena con un último acto ni tan logrado ni tan contundente, lo que repercute en el poso que acaba dejando: El de una película sólida dentro de lo que pretende, pero no tan completa, sugerente e impactante como insinúa por el camino. *******
Continuará...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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