Capítulo VI: ¿Y ahora qué?
A la hora y lugar previsto en la mayoría de los programas ha comenzado 'Edén', la nueva película de la directora francesa (y muy francesa) Mia Hansen-Løve, un falso biopic sobre un DJ que se abre camino en el mundo de la música electrónica del París de los años 90. Un biopic a la francesa (y muy francés) que no suena nada mal, si bien no logra traspasar esa barrera que separa habitualmente al biopic (al uso) de la emoción.
Las referencias a Daft Punk y 'Showgirls', lo más salvable... y a continuación un inciso: 'Showgirls', que ha pasado de ser odiada en el momento de su estreno a ser querida casi 20 años después. Se la ha nombrado en la cinta y media sala se ha puesto a aplaudir, en uno de los grandes momentos del Festival. ¿Acaso no nos precipitamos a menudo juzgando así, sin más y rematando sin dejar caer la pelota, en esta época de realidad instantánea en la que algo se convierte en un eco del pasado apenas unas horas después de haber sucedido, o al menos asi lo parece (verdad Sr. Don Eduardo)?
En fin, tiempo para comentar 'Félix et Meira', un buen drama canadiense del que tampoco nos sale hablar demasiado, asi, en consonancia con un filme reposado e igualmente parco en palabras. Bien, gracias, aunque necesitado de unos pequeños retoques y recortes para poder aspirar a jugar en alguna gran liga. Apreciable en cualquier caso. ¿Y ahora qué?
Después de comer una posible aspirante (y de verdad) a los Oscar, la israeli 'Gett: El proceso de Viviane Amsalem' la cual nunca abandona un juzgado para relatarnos a lo largo de meses, incluso años, un proceso de divorcio que coquetea con todos los estados de ánimo posibles. Un absurdo de ritmo endiablado que por una cuestión cultural puede parecer del todo descabellado, pero que se digiere con una facilidad y alegrías pasmosas. Como valor añadido una peculiar puesta en escena, chocante al principio pero muy estimulante al final: los tiros de cámara tienden a posicionarse en donde la visual de los distintos personajes, lo que dota de bastante personalidad a esta por demás "obra de teatro filmada".
Y de uno de los títulos más a tener en cuenta a 'Magical Girl', que en el lado positivo de la balanza cabe decir es mejor que 'Diamond Flash', principalmente gracias a un presupuesto que le ha permitido alguna movilidad. Sin embargo sigue adoleciendo de los mismos defectos de aquella, básicamente, un tempo narrativo bastante aborregado y una excesiva literalidad cuasi académica. No se trata de la interpretación de un guión, es su transcripción literal. Una especie de lectura en voz alta de dicho guion -el argumento de Vermut- teñida de una molesta capa de prepotencia. Y asi resulta artificiosa, opaca, y visualmente tan poco sugerente que hasta se puede seguir sin gafas (literal).
Última del día, 'Girlhood', que no es la versión femenina del duerme ancianos que es 'Boyhood'. No, hablamos del título internacional de 'Bande de filles', otra cita francesa, en este caso un drama social ambientado en la periferia de París que, tan refinado y tan pulcro, cuesta encontrarle algún detalle mínimamente genuino o dramático. Indiferencia, vaya, aunque no todo está perdido y cuenta con una de esas escenas que, por A o por B, incluso por C o por D, nos cala hasta en el hueso: en un momento dado sus protagonistas se cantan el 'Diamonds (In the Sky)' de Rihanna en plan 'Spring Breakers'. Y aquí que seguimos, camino de la cama, con la dichosa cancioncita rondando por la cabeza. Quien no se conforma, es porque nunca canta en la ducha...
Continuará...
Por Juan Pairet Iglesias
Veo que la podría recuperar en Sitges. Pero es eso, son 200 minutos muy complicados de encajar en el calendario. Aunque me la apunto como plan B, que nunca se sabe.
Me quedo mucho antes con 'Relatos salvajes', que es un filme que a nivel popular es mucho más fácil que guste. De hecho a 'Magical Girl' no le auguro una carrera comercial brillante por más que, ahora mismo, podamos dar por sentado que aspirará a unos cuantos Goyas.
Ya, claro, Relatos salvajes tiene más números para hacer mucha mejor taquilla. Pero Magical Girl está ganando notoriedad, y que el productor de la primera diga eso de una directa competidora me parece bastante sorprendente y refrescante. Yo tengo serias dudas de que la argentina me guste ni parecido a la de Vermut, pero habrá que verla.
Por otro lado la notoriedad que pueda estar alcanzado la veo igualmente reducida a un ámbito muy cinéfilo, de San Sebastián por ejemplo a mí me han preguntado mismamente por 'Relatos salvajes' o 'La isla mínima', pero no por 'Magical Girl'.