Ha comenzado la 66ª edición del Festival de San Sebastián, el que en principio es el festival más importante de este país que se hace llamar España de puertas afuera. Y lo ha hecho con sabor argentino, con 'El amor menos pensado'. Una película que a un servidor le ha recordado poderosamente a 'Golpe de efecto' porque, al igual que aquella, más que una ópera prima parece un capricho de un productor, aunque sólo sea por saber que se siente siendo el que está sentado en el centro del universo.

Si en aquella fue Robert Lorenz, ahora es Juan Vera quién se da el capricho, con un filme muy correcto en todos los aspectos que a lo largo de dos largas horas (y pico) no cuenta nada del otro mundo. Y si en aquella fueron Clint Eastwood y Amy Adams, ahora son Ricardo Darín y Mercedes Morán los que hacen el favor de dignificar una propuesta que ni molesta ni emociona, y a la que poco se le puede achacar en lo suyo (salvo la duración) pero más propicia para la sobremesa de Antena 3 que para un festival de cine.

Más satisfactoria, pero también más irregular es 'Un día más con vida', una co-producción europea con origen español que está basada en la novela homónima del famoso reportero polaco Ryszard Kapuściński. La referencia de 'Vals con Bashir' es clara, los propósitos no tanto aunque el proyecto esté respaldado con una buena dosis de pasión, es evidente. Y quizá, también, un excesivo respeto encorsetado más cercano a la propaganda que al periodismo de investigación.

No se le puede negar carácter, tampoco que no sepa llamar la atención. Ahora bien, la técnica de animación empleada que tanto bien aporta en sus momentos más líricos, tanto mal aporta en la nula expresividad de unos rostros más propios de los extras de una animática que de los protagonistas de una película. Eso, unido a un retrato simple, llano y plano del conflicto y del propio Kapuściński, interpretable por Bruce Willis, niegan al filme un rango mayor que el de entretenida (y curiosa) rareza.

Para terminar el día otra ración de animación, mucho menos inquieta pero también mucho más sabrosa. Warner Bros. Animation vuelve a la carga con 'Smallfoot', obra que en ningún momento sobresale dentro del paradigma del cine de animación por ordenador (en 3D) para todos los públicos, pero que a su vez, cumple en todo momento como una solvente película de animación por ordenador (en 3D) para todos los públicos (aderezada con un puñado de canciones).

Entre medias del toque "cartoon" de 'Cigüeñas' y el pragmatismo de Illumination Entertainment, 'Smallfoot' se desenvuelve con paso rápido y firme como lo que se puede esperar que sea (de una película que empieza y acaba con una canción): Una efectiva (e inofensiva) distracción para grandes y pequeños a disfrutar con la misma sumisión práctica con la que está concebida. Y con un sonrisa cómplice que ahogue la tentación de buscarle las cosquillas, por favor.

Continuará...

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex