O mejor dicho... Hostia va, hostia viene (según me corrigen). Con esta sexto capítulo ponemos fin a la 2ª edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Madrid, aka Nocturna 2014 para los amigos del Ktulu y su humilde cohorte de seguidores. Seis días y medio malgastando las tardes a base de cerveza, palomitas y alguna que otra película que contar a nuestros nietos.

Más bien pocas, en una segunda edición que al igual que la primera no ha destacado por la calidad, sino por su buen humor, la alegría por respirar, la promesa de volver al año que viene y una clausura que ahoga cualquier posible pena en un gozo de alegría: el año pasado 'The Conjuring', en este la que esperemos no sea la única proyección en pantalla grande que veamos en España de 'The Raid 2: Berandal'. Porque el público lo merece.

Pero no avancemos antes de tiempo, pues la tarde no empezaba de forma no tan brillante con 'Wolves', debut en la dirección "del guionista de 'X-Men 2' y 'Watchmen'", que así dicho siempre queda bien.

David Hayter no se sale de la norma y presenta en esta su opera prima una producción timorata y humilde en donde, como si fuera un primer polvo, se adivina más entusiasmo que calidad. En realidad lo previsto: una cinta pasablemente distraída que no lleva a ninguna parte y a medio hacer, totalmente inofensiva e inocua donde lo único que destaca, por destacar algo, es que a los hombres-lobos de su título se les ha dado vida mediante el maquillaje lo que, sabiendo de la tendencia actual por depender de los efectos digitales se agradece.

Quien sabe, y al menos a Hayter no se le puede decir ya que nunca lo haya hecho, experiencia que puede valer lo mismo que sacarse el carnet de conducir sin tener ni idea de conducir... que vendría a ser lo mismo pero en peor que ocurre con Robert Figueras y su 'Panzer Chocolate'. Es tal y como se vende con letras bien grandes la "primera película transmedia e interactiva", algo que a la hora de la verdad es decir tanto como decir nada. La pesadilla de todo espectador medio decente, dar carta blanca para que la gente tenga el móvil en la mano durante la función (para dos chorraditas mal contadas). Este hallazgo y la siempre temible (aunque escueta) presencia de Geraldine Chaplin son los únicos elementos señalabes de un slasher más bien flojito (con o sin móvil) que tira del comodín de los nazis.

Después de todo la posibilidad de haber visto en su lugar 'Rojo oscuro', de un Dario Argento cuyo prestigio no acabo de comprender del todo (cuanto mal ha hecho 'Drácula 3D'), no era tan mala opción para hacer tiempo. Porque en realidad de eso se trataba, de hacer tiempo hasta la esperada llegada de una de esas películas que se valen para justificar un Festival al completo: hablamos, por supuesto, de 'The Raid 2: Berandal', secuela que no decepciona y con la que Gareth Evans confirma su crecimiento exponencial como cineasta, desde 'Footsteps' a 'Merantau', de 'The Raid' a su secuela.

Este segundo título es mucho más ambicioso, grande y completo en todos los sentidos, perdiendo algo de intensidad pero ganando en amplitud. Evans amplia el universo del llamado "cine de hostias" para darle absoluta credibilidad como "cine con (muy buenas) hostias", una evolución que recuerda a la llevada a cabo por James Cameron en 'Aliens' para con su original. Una especie de versión inflada a hostias de las películas de Takeshi Kitano sobre la Yakuza, que quizá genere una reacción instintiva menos entusiasta que el primer filme si bien es netamente superior a este, con una producción muy cuidada en todos los aspectos y unas peleas que, bien dosificadas de menos a más, enmarcan algunos set pieces sencillamente fabulosos que superan de lejos la brutalidad de los de su precedente.

Y casi hubiera sido mejor dejarlo ahí, o en su defecto haber acudido esta misma mañana a la doble sesión apta para todos los públicos -formada por 'Los goonies' e 'Invasores de Marte'- con la que Phenomena Experience ha aportado su granito de arena al Festival -a la espera de concretarse la promesa de traer 'La lista de Schindler' a Madrid-. Pero no, los incautos buscadores de nuevas experiencias se habrán encontrado primero con 'The Apostles', producción made in Hong Kong que uno nunca tiene claro si es una comedia o una de terror (o ninguna de las dos cosas), si bien dentro "de lo oriental" que puede resultar todo se la puede dar por entretenidilla (por más que su final se alargue y alargue y alargue). Y después y ya como última producción hasta la edición de 2015, que no hay dos sin tres, 'Delivery', una especie de screener de 'Paranormal Activity' cuya capacidad de sugestión es equivalente a la de un disco DVD rayado, más o menos. Nada nuevo.

Por Juan Pairet Iglesias