Ahora sí que sí: después de diez intensos días durante los cuales más de uno ha visto más películas que horas de sueño ha dormido, toca decirlo adiós al que desde luego que no es ni el más perfecto ni el más prestigioso... pero sí el más adorable festival de cine de entre los que nos pillan por el camino. Muchas películas, muchas horas, mucho esfuerzo y mucho cansancio. Pero para entendernos, lo mismo que después de un polvo, con la sonrisa en la boca.

No es que sea así precisamente como nos deje 'Tusk', el último filme de un Kevin Smith que al menos en los últimos tiempos, las cosas como son, lo está intentando como nunca. A pesar de llegar sin ninguna expectativa la cinta decepciona, básicamente, porque es una tontería bastante diluida en la nada que, perfectamente, podría pasar por ser una producción amateur improvisada por un grupo de amigos con pasta durante una borrachera. Más bien, como si fuera la jodida resaca del día después, como si fuera aquella extraña que se despierta a tu lado al día siguiente. Colega, ¿dónde está mi dignidad? El capricho imbécil y excéntrico de un Smith que lo intenta, sí, pero que no sabemos muy bien el qué con este animal perfectamente sacrificable...

Y tras los teloneros, turno para el inevitable e imprescindible maratón con el que siempre hay que cerrar el Festival, otra de esas leyes básicas de conducta que incluye entre otras la obligatoriedad de ver siempre una de Miike. No tan imprescindible pero sí muy amigo de la zona es el también prolífico Sion Sono, de quién hemos podido ver su (pen)último filme, 'Tokyo Tribe', película desbocada que se agota y agota a los 15 minutos de proyección. Y dura 120. Tremendamente cansina, pesada, tortuosa: un Sion Sono sin vergüenza y totalmente desbocado. Un esperpento musical en el que al director le da un ataque de "autor por encima de las leyes de la física cinematográfica" que, al igual que el citado filme de Kevin Smith, por muchos huevos que le eche no cuela. Cercana a la tortura.

Todo lo contrario es 'The Raid 2: Berandal', a la que ya podemos catalogar de casi obra maestra del cine de acción (al igual que lo es su antecesora). Ya se encargó de desatar la locura en Madrid en mayo en la clausura de Nocturna, y anoche volvió a hacerlo en el Auditori de Sitges. A la segunda se revela ya sin tapujos como un filme muy fuerte, redondo y logrado, "el Padrino del cine de artes marciales" como popularmente se la conoce. No es para menos: pierde intensidad respecto a un primer filme al que gana en todo lo demás, con un tramo final que sencillamente deja sin aire. Hostias que duelen. Que no la vayamos a ver en los cines españoles es sin duda uno de los WTF del año más dolorosos e incomprensibles, más cuando nadie está demandando para ella un estreno masivo...

... como suponemos que nadie demandará el estreno en nuestro país de 'Let us Prey', la cinta encargada de cerrar la noche y ponerle punto final a Sitges 2014. Totalmente indigna e infecta, en lo que se nos antoja un plan z de circunstancias al que han tenido que recurrir a última hora para cerrar el maratón. Y no sólo porque la rumorología daba por sentado una tercera opción que, visto lo visto, no debió de cuajar finalmente. Menos mal que tras el subidón de 'The Raid 2' pocos estaban por la labor de perder el espíritu festivo, en una de esas ocasiones que gracias al humor y el buen rollo que se pone desde la platea un mojón infumable como este de los gordos, un sinsentido que molesta, adquiere tintes de comedia abstracta de lo más desternillante. Y a buen entendedor...

A continuación una vez ya algo reposado (durante tres horas en AVE) un listado con la valoración de todo lo visto a lo largo de estos diez últimos días, a modo de resumen/chuleta. Un placer

Continuará... crucemos los dedos, el año que viene.

Por Juan Pairet Iglesias